La Argentina es cuna de emprendimientos digitales: ya cuenta con 12 unicornios y ocupa el segundo lugar de la región, sólo detrás de Brasil. Los primeros, Mercado Libre y Despegar, nacieron hace más de 20 años cuando el límite entre lo «físico» y lo «digital» era más marcado. Hoy, las barreras entre ambos mundos están más difusas.
En este sentido, Fernando Errandosoro, Coordinador del Ecosistema Emprendedor del ITBA, afirma a iProUP que hoy ser un emprendedor es ser digital por definición. «Sería impensado emprender sin considerar el impacto de los procesos de transformación digital que la sociedad está experimentando», señala el experto.
¿Qué es un emprendedor digital?
Francisco Costa, CEO y cofundador de Uaaloo, asegura a iProUP que «el emprendedor digital se caracteriza por tener su foco en el negocio global, el uso de internet y de herramientas digitales que lo ayudan a conocer los hábitos y el comportamiento de sus potenciales clientes. Así, puede identificar nuevas oportunidades e implementar nuevos modelos de negocio».
«La creciente expansión de la web y las innumerables ventajas que ofrece, bien aprovechadas, representan numerosos beneficios para estos nuevos emprendedores. Ha dado espacio a una gran cantidad de nuevos conceptos e ideas que facilitan la creación de incontables productos y servicios«, completa.
Por su parte, Julian Sanclemente, CEO del marketplace de productos financieros Alprestamo, señala a iProUP que «un emprendimiento nace de un problema latente, que no está satisfecho, y es ahí donde se empieza a desarrollar eso que está faltando».
Guillermo Reggiani, CEO y cofundador CheckPagos, indica a iProUP que «las oportunidades de negocios se vieron ampliamente favorecidas en estos últimos años gracias a Internet, propiciando un escenario ideal para todos los emprendedores de esta nueva era digital».
«Si bien pareciera que todo ya existe, queda mucho por hacer. Es ahí donde el emprendedor debe tener creatividad, oportunismo y visión del negocio para desarrollar un proyecto exitoso», indica.
¿Por dónde empezar un emprendimiento digital?
«Al emprendedor lo define su personalidad, su espíritu inquieto, su interés por nuevos desafíos y por cambiar las cosas«, plantea a iProUP Alfredo Parody, CEO de Surhive.
«En definitiva, es alguien que se atreve a salir de su zona de confort. Asimismo, para quien elige el camino del emprendedurismo, la tolerancia al riesgo, el manejo de emociones y de escenarios cambiantes es una constante. Sobrellevar este panorama es parte de su cotidianidad».
Según Parody, para arrancar «se necesita un proyecto de negocios viable o lo que se conoce en el mundo emprendedor como MVP (siglas en inglés de Producto Mínimo Viable), junto a la convicción y recursos de equipamiento y herramientas para ponerlo en marcha».
«Para adentrarse en el mundo emprendedor, es importante identificar y poner en claro la solución a brindar, las ventajas y beneficios que tendrá nuestra idea de negocio y cómo llevarlo a cabo. La planificación es una etapa clave: hay que contar con un road map, evaluar si nuestra idea es factible, como así también la proyección a futuro», completa Sanclemente.
Lo primero, indica a iProUP Esteban Cervi, emprendedor digital desde 2002 y fundador de Neolo y Pulsión Digital, «es tener la mentalidad emprendedora, poder detectar oportunidades y contar con un profundo deseo para organizar la realidad y lograr aprovecharlas».
A su vez, «es valioso contar con habilidades como la resistencia a la frustración, la perseverancia, la capacidad de escucha (a uno/a mismo/a y a los demás) y un ‘yo’ lo suficientemente fuerte como para hacerse cargo de las decisiones e ir hacia adelante».
En línea con ello, Roberto Gallardo, presidente de Sana Digital, destaca a iProUP la determinación, resiliencia y confianza como aspectos clave para desarrollar un emprendimiento digital.
La flexibilidad también es fundamental: muchas veces el mercado, las reglas, un nuevo jugador, cambios de hábito u otros agentes externos pueden generar impactos grandes que requerirán cambiar la propuesta de valor, el equipo, o inclusive los objetivos que se perseguían. Además, una mentalidad de aprendizaje eterno es también requerida.
«Entender la industria, el mercado, los jugadores y las tendencias, pero lo más importante es saber cuáles son los modelos de negocios digitales existentes y en cuál estará parado tu proyecto porque cada uno exige seguirse de cerca con métricas específicas», sigue Cervi.
El experto remarca que es primordial «contar con un muy buen equipo, que puede ser contratado (con empleados), asociado (que sean también socios en el emprendimiento) o freelancers que contratas más o menos tiempo según tus requerimientos. También es importante hacer foco en la cultura para generar un ambiente óptimo de trabajo donde la gente tenga ganas de participar«.
Cristian Medizza, fundador y director de Activarte.net, segura a iProUP que «la clave es lograr una adecuada combinación entre marketing y tecnología. Es la única forma de contar con el diferencial indispensable para el rodaje de cualquier emprendimiento».
Por su parte, Jorge Nieves, director de Innovación de Vortex, afirma a iProUP :«El emprendedor por naturaleza debe ser curioso, ávido de aprendizaje, abierto a derribar reglas preestablecidas e incluso a descartar o modificar sus propias ideas».
«En general, es multidisciplinario, y si bien nadie es experto en todo, claramente es clave aprender lo máximo posible de todo. El liderazgo también es importante: ser fuente de inspiración para el equipo que lo acompañe y que debe construir», completa.
¿Qué es el modelo de negocios?
Es la forma en la que una empresa le entrega valor a sus clientes y cobra por ello. Algunos ejemplos son:
- Suscripción: consiste en vender un servicio o producto a cambio de un pago recurrente. Como Netflix, Amazon Prime, Dropboxy empresas SaaS (Software as a Service)
- Transaccional: se obtienen ingresos por cada vez que se opera. Por ejemplo, Mercado Pago o PayPal
- Ecommerce: se logra facturación a partir de la venta de productos físicos o digitales a través del canal online
- Freemium: se ofrecen acceso a contenidos gratuitos a cambio de publicidady luego se proponen características avanzadas o quita de anuncios a cambio de un pago (como Spotify)
- Marketplace: se crea un espacio para conectar oferta y demanda, como MercadoLibre, Alibaba, Amazon, Airbnb, etc.
¿Cuánto hay que invertir para arrancar un negocio digital?
Juliane Butty, Head of Startups de Platzi, indica a iProUP que es posible iniciar un poroyecto con pocos recursos, debido a la variedad de herramientas digitales y tecnología que hay a disposición.
«Más que en lo referido a dinero, hay que pensar en la inversión en términos de tiempo. Dedicarse a un nuevo negocio genera miedo a perder el empleo actual, sobre todo al inicio, al no tener asignado un salario fijo. Un MVP se puede hacer con menos de 500 o 1.000 dólares«, revela.
Según Sanclemente, de Alprestamo, los puntos clave que se deben conseguir son:
- «Contar con las herramientas y recursos básicos para poder poner en marcha el proyecto»
- «Armar un equipo humano es muy importante para alcanzar los objetivos»
- «Invertir en tiempo para el desarrollo del negocio y para escuchar al equipo»
- «Hacer llegar la idea e información al público deseados»
Hay emprendedores, como Cervi, que deciden autofinanciarse o bootstrappear, en la jerga. Por lo tanto, la mayor inversión es en tiempo y conocimientos, y poco dinero.
«Hoy existen soluciones no-code (sin programar) que permiten crear páginas web, ejecutar campañas de contenidos y publicidad por costos muy bajos (menos de u$s500) para tener la tracción inicial, pero será el mismo emprendedor quien piense y ejecute todo», explica Cervi.
Según el ejecutivo, «con algo más de inversión, u$s10.000, por ejemplo, pueden contratarse profesionales para cada necesidad, generar tráfico a través de anuncios para las primeras ventas».
Muchas startups hoy apalancan sus ventas en las audiencias que construyeron en sus redes sociales, o páginas y videos que posicionaron Google o YouTube. De nuevo, la inversión es de tiempo y energía, no tanto de dinero.
Crear un logo, imagen de marca, presentación para posibles inversores y primeras piezas para redes sociales puede conseguirse desde u$s400 en plataformas de freelancers. Por su parte, constituir una sociedad en países amigables para emprender, como EE.UU., puede costar u$s500 al año, dependiendo del Estado.
En caso de que no se tengan conocimientos para crear un sitio web o aplicación, existen desarrolladores que pueden crear una versión inicial para medir la demanda en el mercado desde 350 dólares.
Destinar fondos a publicidad digital también es conveniente para alcanzar rápidamente a la audiencia en Google, Facebook o Instagram. «Aunque depende mucho de cada mercado y la propuesta de valor, con un presupuesto de entre 1.000 y 3.000 dólares podría medirse si realmente hay mercado para lo que queremos ofrecer», dice Cervi.
Para el vocero de Vortex, el presupuesto inicial no se puede establecer de antemano y depende mucho del tipo de proyecto y etapa en la que esté. «Lo que sí es clave es aprovecharlo para hacer el proceso de prueba y error lo antes posible y las veces que sea necesario hasta descubrir que, si el modelo de negocios es válido con el presupuesto que se posee», aclara.
Para el ejecutivo del ITBA, «en virtud del tipo de oportunidad a explorar, el tipo de tecnología a utilizar y la dimensión del mercado ese valor puede variar significativamente».
«Hay diferencias importantes entre la inversión inicial requerida para un emprendimiento innovador biotech que puede aplicarse a nivel global y exige el desarrollo de pruebas científicas y patentes, respecto de la creación de una app dirigida al consumidor final. Entre ambos ejemplos puede haber una diferencia de 10 a 20 veces«, ejemplifica.
Más allá del monto, «para el armado de un producto mínimo viable o Product-Market Fit, la inversión es mucho menor que para un negocio con presencia física o tradicional, que sin duda también implica menor riesgo«, dice Costa.
En este sentido, remarca que «estamos acostumbrados a que en grandes proyectos, incluso convertidos en unicornios, su primer aporte de financiamiento tuvo su origen en las denominadas «tres F«: friends, family and fools, aportes que no suelen ser altos», completa.
«Estamos en un mundo en el que sobra el dinero pero faltan emprendedores, equipos e ideas. El capital en el mundo digital casi nunca suele ser un impedimento para emprender», concluye Cervi.