Un informe de Bloomberg asegura que los negocios que venden productos veganos quintuplicarán sus ventas en la próxima década. Los autónomos que ya comercializan estos artículos aseguran que actualmente no son rentables.
La compañía estadounidense de asesoría financiera Bloomberg, asegura en un informe que en los próximos diez años la comercialización de productos veganos multiplicará por cinco sus ventas. Sin embargo, los autónomos que ya trabajan en este nicho de mercado afirmaron que aún no han recuperado la inversión en sus tiendas o comercio y que no pueden competir contra las grandes superficies.
El negocio plant- based (productos libres de ingredientes animales como la leche, la carne o los huevos) no para de crecer en nuestro país. El Instituto de Comercio Exterior (ICEX) situó a España como el quinto país del mundo con mayor inversión en artículos veganos. El mercado español de sustitutos vegetales, se ha colocado como el segundo de Europa, con ventas de 448 millones, de los cuales, 318 millones corresponden a leches vegetales, 87 millones a productos de ‘carne vegetal’ y 42 millones a yogur vegetal, según cifras de Smart Protein Project que recoge Food Retail.
Aunque Bloomberg afirmó que dentro de diez años los negocios y empresas dedicados al veganismo pasaran de generar 29,4 billones de dólares al año a 162 en 2030 (un 250% más), la realidad actual de los trabajadores por cuenta propia es bien distinta. Los autónomos a los que tuvo acceso este medio comentaron que sufren los mismos problemas que cualquier negocio local. Además de enfrentarse a la inflación el aumento general de costes, su potencial y competitividad se ha visto ensombrecido por las grandes superficies que cada vez más incluyen estos artículos 100% vegetales en sus estanterías.
“La realidad es que los pequeños negocios dedicados al veganismo o éticos, cada vez son menos en España”, afirmó María López, copropietaria de ‘La Conciencia de Enrique’, un ultramarinos vegano situado en Estepona (Málaga). “Hace siete años hubo un ‘boom’ y la oferta de pequeños establecimientos dedicados a la vente de estos artículos aumentó”, añadió la emprendedora. Sin embargo, la pandemia, la competencia desmedida únicamente les permite llegar a final de mes a estos comercios.
“Sufrimos las mismas consecuencias que cualquier tienda de barrio, con la diferencia de que nuestro producto no es universal. Está destinado a un público muy concreto. Por lo general, a nuestra tienda acuden clientas de entre 40 o 70 años que ya eran veganas en la década de los 60”, afirmó López. La diferencia, matizó la autónoma, es que los clientes de los comercios dedicados al veganismo tienen una conciencia distinta, no se basan en grandes compras: sólo adquieren lo que necesitan.
Los datos y las experiencias de los autónomos se contraponen. Según Food Retail, en España cinco millones de consumidores se consideran veganos. En 2021 sumó 1.300.000 nuevos clientes, con un crecimiento interanual del 34%. Hamburguesas y pescado de origen vegetal, quesos o huevos veganos atraen el interés de los consumidores. España está también en los puestos de cabeza europeos respecto al consumo de bebidas de origen vegetal, representando casi el 70% del total del mercado de este tipo de alimentos. Las estimaciones apuntan a un crecimiento del 10% para 2025.
Como afirmó en otro artículo Food Retail, el 64% de los españoles afirma que ha incrementado el consumo de proteínas vegetales en 2022. Las razones de este aumento se encuentran en la salud (78%) y la sostenibilidad (48%), principalmente. Tras estos motivos, le siguen su precio (26%) y su sabor (21%), que completan los factores más importantes para los españoles a la hora de consumir vegetales.
Sin embargo, la mayoría de estos productos los consumidores los pueden encontrar en las grandes superficies. Por ello, resulta tan difícil para los autónomos poder competir a la hora de emprender un pequeño negocio en este sector.
La mayoría de los autónomos que se encuadran dentro del veganismo no lo hacen por una cuestión económica, sino por ética y vivir acorde a sus principios morales. Además de la venta de comida, los trabajadores por cuenta propia buscan en su actividad potenciar la sostenibilidad, la salud y la ecología; ya sea con ropa de tejidos sostenibles u otros productos que potencialmente se hacía con petróleo.
“Nosotros prácticamente no tenemos beneficios, nos da para sobrevivir y transmitir un modelo de vida que creemos que es más consciente y sostenible. Por ejemplo, muchos de nuestros productos se venden a granel como antiguamente. El consumidor no despilfarra. Se trae de su propia casa su tarro y así calcula exactamente la cantidad de comida que quiere llevarse. Tampoco hace compras desorbitadas, compra semana a semana para evitar que los productos se echen a perder y tirar comida a la basura”, valoró la autónoma.
Estos autónomos persiguen potenciar el consumo local, dado que “para un vegano no tiene sentido ir a comprar a una gran superficie si en ella se encuentran carnes o fiambres; es una hipocresía. Pero más allá de nuestra forma de vida, lo mismo ocurre con una carnicería o pescadería. La economía es circular y los pequeños negocios, los ultramarinos, estamos desapareciendo”, comentó López.
“Todos podemos usar bolsas de papel en vez de plástico. Todos podemos llevar nuestro tarro de cristal para comprar arroz o garbanzos. La diferencia que es más cómodo ir a un gran supermercado donde puedes encontrar todo empaquetado y aparcar en la puerta. Nosotros somos felices con aportar nuestro granito de arena y evitar que, en la medida de lo posible, la comida se desperdicie o los negocios locales desaparezcan”, concluyó la emprendedora.
Además de encontrar pequeños comercios dedicados a la venta de productos 100% vegetales, en España también hay autónomos que se dedican a la elaboración de artículos sostenibles y sin productos derivados del petróleo u origen animal. Este es el caso de Paticia Barraillé y Borja del Río, emprendedores malagueños que crearon Amunet Candles: una tienda de velas de productos 100% vegetales. “En gran parte creo que todos los autónomos que nos dedicamos a esto es por conciencia, no por beneficios. Actualmente estoy en pluriactividad porque mi negocio vegano no me da para vivir de él exclusivamente”, afirmó Barraillé.
La joven emprendedora advirtió que su trabajo en una primera instancia lo desarrolló para sí misma. “No encontraba ninguna vela en los supermercados que no incluyeran algún tipo de producto tóxico o nocivo para el sistema respiratorio. Al final no somos conscientes, pero todos esos perfumes que pueda tener una vela de cera son malos para la salud o producen alergias”, expuso la emprendedora malagueña.
Ser vegano, explicó la propietaria de Amunet Candles, no es sólo no comer animales, es intentar acoplar toda esa conciencia sobre la sostenibilidad a tu vida y eso conduce que a la hora de abrir un negocio, sea popular o no, se luche por “emular una conciencia y que mi actividad sea una extensión de lo que pienso. Si usted ve a un médico fumando ¿Qué pensaría? Pues lo mismo sucede con el veganismo. No queremos que la gente deje de comer carne, queremos que tenga conciencia sobre que es la sostenibilidad”, valoró.
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