Quiénes son los Gilinski, magnates que van por el GEA – El Colombiano

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Colombia está ante uno de los negocios más grandes de su historia. El enroque del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), clave en el desarrollo paisa y nacional, está en vilo tras la llegada de un viejo conocido, Jaime Gilinski, quien en menos de un mes lanzó dos billonarias ofertas para quedarse con hasta 62,62% de Nutresa y 31,68% de Sura.
Sin dudar, especialistas en negocios valoran tres características de Gilinski que le han servido para amasar una fortuna de US$3.800 millones y ser el cuarto hombre más rico de Colombia: bajo perfil, inversiones estratégicas y, sobre todo, un poderoso músculo financiero.
Aunque reconocido en el mundo de los negocios, Gilinski es un apellido que quizá no le dice mucho a un colombiano del común. Lo cierto es que desde hace décadas se metió en los hogares del país. De hecho, si usted ha ido a la tienda por unas ‘Tozinetas Fred’ o se ha sentado en una ‘Rimax’, ya ha tenido relación con el portafolio del magnate.
Pero más que el apellido de un banquero que quiere quedarse con el GEA, Gilinski es la identidad de un grupo empresarial robusto construido durante años y que hoy tiene el negocio financiero como bastión. Lejos de Colombia, la historia se empezó a forjar al otro lado del mundo.
De Lituania al Valle

Fue en la década de 1920, cuando decididos a huir de la persecución de la que eran víctimas, inmigrantes lituano judíos arribaron al país. Uno de los descendientes de esa ola fue Isaac Gilinski Sragowicz, nacido en Barranquilla, en 1934.
Aunque originario de la puerta de oro de Colombia, el empresario forjó su trayectoria en el Valle del Cauca. Allá levantó marcas de la talla de Plásticos Rimax, Productos Yupi y Bon Bril; un corte muy industrial que con los años fue migrando a otros frentes.
Precisamente, el encargado de la transición fue su hijo, Jaime Gilinski Bacal, un caleño nacido en 1957 quien hoy encabeza el Grupo Gilinski, que opera negocios en banca, industria y hotelería, entre otros.
La dinastía la complementa Gabriel Gilinski Kardonski, el otro hombre fuerte del Grupo, hijo de Jaime. El joven empresario nació en 1987 y ha liderado el posicionamiento de GNB Sudameris –joya de la corona del conglomerado–, al igual que la adquisición de Publicaciones Semana.
Disputa con los paisas

Hoy, los tentáculos del Grupo no solo se extienden en Colombia, también en Paraguay, Perú y Panamá, entre otros países. Ese salto se dio en los 90, cuando Isaac y Jaime se animaron a otras ligas y rescataron la filial del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) en Colombia (pagando US$8 millones), y más tarde la convirtieron en el Banco Andino, el cual vendieron en US$70 millones.
La experiencia los motivó a hacerse con el Banco de Colombia, entidad que se convertiría en la manzana de la discordia con el GEA. Esto, porque tras aceptar venderle el 51% de esa compañía al Banco Industrial de Colombia (BIC), presidido por el antioqueño Jorge Londoño Saldarriaga, los Gilinski tuvieron desacuerdos con la forma en que se pagó la transacción, la cual alcanzó US$418 millones.
Alegaban que el BIC había tomado un crédito con JP Morgan para cancelar el negocio, pero que al final los recursos obtenidos no se usaron para ello, sino que la deuda se honró con plata de la entidad que nació producto de la fusión entre el BIC y el Banco de Colombia (Bancolombia).
El pleito tuvo incluso carácter jurídico y se extendió de 1999 a 2010, aunque Jaime Gilinski dijo recientemente que “con el paso de los años se ha ido poco a poco eliminando esa aspereza”.
A partir de allí el conglomerado buscó nuevas alternativas en el sector financiero y, en 2003, Jaime adquirió el Banco Sudameris y posteriormente hizo lo propio con el Banco Tequendama para fusionarlos y crear GNB Sudameris, sociedad que a 2020 totalizó $40,6 billones en activos y un patrimonio de $2,47 billones.
El Grupo Gilinski domina las filiales peruana y paraguaya de GNB Sudameris, así como la colombiana, en la que se encuentran Servivalores, Servibanca y Servitrust, por ejemplo.
Al patrimonio que ha forjado se han sumado nombres como los de la cadena de hoteles Four Seasons (en Bogotá), Publicaciones Semana y recientemente el banco digital Lulo Bank. Además, desde hace varios años es inversionista de Panamá Pacífico, proyecto inmobiliario catalogado como uno de los “negocios del siglo”.
Con todo por el GEA

Y, aunque conocidos, ninguno de los frentes mencionados ha tenido la repercusión que provocó la oferta de los Gilinski para entrar al GEA, a través de la participación en Nutresa y Sura.
Por si fuera poco, no están solos, su respaldo es el First Abu Dhabi Bank, el banco más importante de los Emiratos Árabes, que no teme poner miles de millones de dólares para que los empresarios cristalicen esta movida.
Más que optimismo, el negocio llena de incertidumbre, pues de momento no ha quedado clara la finalidad ni el propósito estratégico de esta operación.
El “boom” es tan grande que ni el inversionista más prudente descarta una OPA más, por Argos. Las dudas crecen y hay quienes dicen que más que en el control del GEA, Gilinski está interesado fundamentalmente en Bancolombia. Serán solo días los que definan cómo acaba este pulso que cambiaría la historia empresarial de Colombia.
Billonarios resultados
Según se lee en los estados financieros de GNB Sudameris, la joya de la corona de los Gilinski, la compañía cerró 2020 con activos por $40,6 billones, representados principalmente por el negocio en Colombia, que significó $32,5 billones. Además, las filiales de Perú y Paraguay le representaron más de $10 billones. Pensando en dar un salto en el sector, los Gilinski decidieron apostarle a la banca digital y de esta forma levantaron Lulo Bank, con una inversión de $105.000 millones. En otros frentes, Yupi y Rimax hicieron caja el año pasado y Semana reportó pérdidas.

Un pilar antioqueño
El Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) es un importante generador de empleo y desarrollo para el departamento, el país y la región, a través de las empresas que lo conforman: Grupo Sura, Grupo Argos y Grupo Nutresa. Es así como las compañías y sus filiales y subsidiarias generan más de 83.000 puestos de trabajo y, además, sus ingresos el año pasado alcanzaron $45,95 billones, lo que significó un 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia. Además, sus activos actualmente son $141,6 billones.
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.

En el reporte de la Bolsa de Valores de Colombia se refleja que al cierre de ayer 341 accionistas han dado el sí a la oferta de Nugil, lo que representa 493.597 acciones, de las 286.819.970 que está dispuesto a comprar el Grupo Gilinski como máximo (0,17%). El 17 de diciembre próximo vence la oferta, y solo ese día se sabrá si hay negocio o no.
Esta semana, en cambio, es muy importante porque ocurrirán varias cosas, la Asamblea de Accionistas de Grupo Sura se reunirá el jueves para definir los conflictos de interés de algunos miembros de la Junta Directiva para tomar decisiones sobre esta Oferta Pública de Adquisición (OPA). Ese mismo día vence el plazo para que la Superintendencia Financiera de Colombia dé su visto bueno o niegue la otra OPA que Gilinski presentó para comprar hasta el 31% de las acciones de Grupo Sura.

Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.
Directora de EL COLOMBIANO.
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Soy afortunado por que me gano la vida haciendo lo que amo. Fanático de la salsa brava y los timbales. Amo a mi familia.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.

Bancóldex y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lanzaron hace unos días la línea de crédito Pyme Activa, con la que buscan dar continuidad a la reactivación económica de las pequeñas y medianas empresas del país, impulsando el desarrollo y el fortalecimiento de los negocios afectados por la pandemia.
Así, las pymes de todos los sectores económicos podrán acceder a montos máximos de hasta $2.500 millones por empresa. Estos recursos se podrán usar para cubrir los gastos de capital de trabajo como materias primas, insumos, nómina, sustitución de pasivos e inversiones en modernización.
Para consultar información adicional y los pasos para acceder a los créditos, ingrese al portal www.bancoldex.com.

Periodista de la Universidad de Antioquia. Me gustan los temas sobre justicia ambiental, territorio y comunidades. Mi pasión: conocer historias y contarlas.
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El mes pasado, la Asamblea señaló que tras la decisión de la Comisión Delegada de Asamblea Nacional de rechazar la propuesta de decreto para la reestructuración de la empresa Monómeros Colombo Venezolanos, presentada por el presidente Interino Juan Guaidó, se aprobó un acuerdo presentado por la Comisión Especial de Control que investiga la situación actual de la empresa y se incluyó la creación de un Consejo Político encargado de tomar las decisiones de la empresa. Vale anotar que Guaidó asevero que el informe presentado fue insuficiente y que tenía que “ir más allá, seguir investigando, establecer responsabilidades y procurar justicia con transparencia”.
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La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), mejoró sus proyecciones de crecimiento para Colombia y estimó que la generación de riqueza este 2021 crecerá 9,5 %. Así, el país liderará la expansión económica de América Latina. Sin embargo, este organismo multilateral llamó la atención por los altos incrementos en el costo de vida que se están observando los países alineados allí: “Ahora —se lee en su informe— se proyecta que la inflación de precios al consumidor en la Ocde comenzará a disminuir en 2022, antes de moderarse a medida que se alivien los cuellos de botella (…) la perspectiva subraya el riesgo de que, las continuas interrupciones en la cadena logística internacional, quizás asociadas a nuevas olas de la covid-19, puedan dar lugar a una presión más prolongada”.
La misma Ocde advirtió también que la alta inflación puede ser el palo en la rueda para la recuperación económica en el mundo, teniendo en cuenta que los altos precios muy probablemente pueden frenar el consumo. Esto, en el caso de Colombia es relevante porque, según Corficolombiana, el 70 % de la generación de riqueza depende del gasto interno. En línea con ello, según Gregorio Gandini, analista principal de Gandini Análisis, “si los precios siguen aumentando y no se controlan, se deteriora esa senda de recuperación y llega un punto en el que la gente para de comprar”. Por ello coincide con la Ocde y no descarta que los altos precios puedan causar otra crisis si se paraliza la demanda de productos y servicios, lo que a su vez podría desestimular la creación de empleos en el país y afectaría los ingresos de las familias.
Un sondeo realizado por la firma Raddar evidenció que, en octubre, ya el 57,7 % de los consumidores en el segmento de ingresos bajos consideró que podía comprar menos cosas frente al mes anterior. En este orden, los expertos de esta consultora expusieron que, desde el décimo mes, ya se estaba agravando la perdida de capacidad adquisitiva en los hogares puesto que, la inflación acumulada, ya superaba el aumento del salario mínimo aprobado en 2020, causando una pérdida en la capacidad de compra de 1,04%. En su informe, Raddar hizo notar que “el comprador comienza a buscar mas precios bajos”. Además hay que resaltar que, según Corficolombiana, el ahorro de los hogares cayó un 96% entre el último trimestre de 2020 y el segundo de 2021, por lo que se presume, habrá más endeudamiento en un contexto de mayores precios para poder cubrir la canasta básica.
Gregorio Gandini afirmó que los alimentos son una división de gasto “muy sensible” para los hogares y los incrementos elevados pueden afectar su aprovisionamiento. Recordó que la inflación anual (5,26 %) está por encima de la meta alta del Banco de la República (4 %), cuya responsabilidad es cuidar el poder de la moneda y evitar una desvalorización que les impida a los colombianos cubrir los costos básicos de vida, en los que se incluye también, por mencionar algunos, los precios del transporte, salud, alojamiento, agua, electricidad y gas. Esta tasa de inflación que no se había visto en años recientes, desde la óptica del analista, será un tema coyuntural de cara a la negociación del salario mínimo, cuya discusión entre empresarios y sindicatos iniciaría, tentativamente, esta misma semana para definir el aumento de 2022.
Medellín fue la ciudad del país cuyo Índice de Precios al Consumidor (IPC) experimentó la variación más baja para noviembre. Según el Dane, el indicador se ubicó 0,35 % y estuvo por debajo del promedio nacional (0,50 %). En la capital de Antioquia, de acuerdo con la entidad estadística, alimentos también fue la división de gasto que más incrementó (0,95 %). Sin embargo, también estuvo abajo de la media nacional (1,45%). Los otros renglones que más subieron el costo de vida para los medellinenses fueron, en su orden, restaurantes y hoteles (0,81 %), transporte (0,46 %), bienes y servicios diversos (0,35 %) y salud (0,19%). La inflación para Medellín, en lo corrido del año, acumula 4,51 % y el anual ya toca un techo de 6,79 %.
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