La Avenida das Camelias, situada en el centro de la ciudad, vuelve a teñirse de color en sus negocios de manera paulatina. Una zona complicada para emprender antaño que, en los últimos tiempos y tras la pandemia, comienza a ver abiertos establecimientos que antes colgaban el cartel de “se alquila”. Tiendas de moda, peluquerías o bazares son algunos de los negocios que han ido instalándose con el paso del tiempo en la avenida, que también cuenta con cafeterías, locales de belleza o fruterías, entre muchos otros. No obstante, el tramo que transcurre desde el Ayuntamiento hasta el colegio Labor es, si cabe, más complicado para emprender que el que le sucede hasta la Plaza de Independencia, donde se aglutina más cantidad de locales abiertos.
La tienda de venta y reparación de patinetes eléctricos Ekologik, abierta hace tres meses, reconoce que la zona le beneficia al tener el carril bici pasando por delante de su puerta. Además el emplazamiento, de complicado aparcamiento en su opinión, “no supone un problema, porque obviamente los usuarios que vienen se desplazan en VMP”. Tienen una ventaja competitiva frente a los otros negocios, que es su taller de reparación ante un modelo de transporte que “está en auge, al menos con buen tiempo. No puedo asegurar que funcione el negocio en invierno pero, de momento, nos va bien”.
Adrián, uno de los dueños de la copistería Copy As, abierta en febrero, admite alguna complicación para salir adelante en su primeros meses de vida aunque “es lo que esperaba”. Se instaló en el local de Camelias porque “vivo cerca, y eso es una ventaja”, además de tener otro negocio similar a gran escala. “Me va bien, no me puedo quejar. Esperamos mejorar pero no tenemos queja”, señaló.
Ana Loredo, desde la empresa de diseños Nai, lleva también desde febrero con un pequeño local donde celebra clases de confección de arte textil y macramé contemporáneo, además de ofrecer sus creaciones tejidas a mano. Asume que la zona, en el número 15 de Camelias, no ayuda, porque “es de paso y, aunque a veces entra gente y pregunta, no es muy habitual”. Admite que el negocio va tirando, también por su esfuerzo y las ventas por redes sociales, pero lamenta que los tres negocios que tiene al lado estén cerrados. “Darían mucha vida a esta zona de Camelias, estaría más dinamizada”, apuntó Ana.
Adrián, de Barbería Art, está cerca de cumplir un año abierto pero ha conseguido asentarse en la zona de manera progresiva: “Estoy encantado con la zona, me va bastante bien. Voy creciendo poco a poco”. Tras emprender en solitario, fue de los pocos que, desde el comienzo, tuvo un buen tirón entre la gente. Situarse al lado de un negocio similar de señoras, puede que sea un buen reclamo instalar una peluquería de caballeros, un negocio en auge. El aparcamiento no lo considera un problema aunque “algún cliente sí se ha quejado pero, por norma general, en Hispanidad o el Castro pueden aparcar”. Antes fue otra peluquería y un local de cosmética femenina; ambos no funcionaron. “Pillé el local porque me gustó bastante la zona, es de paso pero con mucho movimiento, y el precio del alquiler me encajaba bastante”, señaló Adrián.
Aún con la recuperación, varios de los locales en Camelias siguen con el cartel de cerrado durante años y otros han clausurado tras la crisis derivada de la pandemia. Lo que sí es cierto es que nuevos negocios emergen en la zona y que indican una buena recuperación de una de las calles que, hace no tanto tiempo, estaba llena de vida y de color. Una zona de paso que busca “resucitar», con la Plaza de la Independencia en un extremo, y el Ayuntamiento en el otro.
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