Somos chiquitos pero no poquitos – Milenio

Joaquín López-Dóriga
Ricardo Raphael
Jorge Zepeda Patterson
Las mexicanas emprenden, abren negocios, inician startups y aportan a la economía, no solo en su formalización, también en su desarrollo y crecimiento. Cuatro de cada 10 empresas en México son fundadas por mujeres, según la Asociación de Emprendedores de México (ASEM). 
El proceso de emprender no es tarea sencilla (ni para hombres ni para mujeres) y suele ser un enmarañado hilo de situaciones que pasan, se enfrentan —a veces con creces y otras con fracasos— y se convierten en aprendizajes. Así, 33 por ciento de las empresas fracasa en el primer año y solo 35 por ciento sigue funcionando tras cinco años de vida. 
Como hilo enmarañado ha sido mi camino como cofundadora de Uellbee, una plataforma para recuperar la salud financiera, un día todo funciona y otro falla, llega el pánico, pero profundizo y salgo más lista para el siguiente reto. Si puedo rescatar un aprendizaje hasta hoy, porque sigo en el hilo enmarañado de crear, es que todas las emprendedoras queremos lo mismo: un negocio que permita aportar al país, que apoye a otros vía un producto o un servicio, y que nos permita trabajar, ganar dinero y lograr nuestras metas personales.
De acuerdo con el Inegi, buscamos independencia, así como elevar nuestra calidad y nivel de vida, lo que empata con las razones que menciona el Global Entrepreneurship Monitor: las mujeres en América Latina emprendemos por falta de oportunidades en el mercado laboral y, cuando las encontramos, porque resentimos las brechas salariales.
Emprender es una búsqueda de crear, servir, cambiar, innovar, de mayor equidad salarial, de flexibilidad, de independencia, de encontrar tranquilidad para vivir. ¿Es posible? Como emprendedora todavía no puedo responder esas preguntas; Uellbee apenas inicia su historia. Pero hay datos agridulces. Por ejemplo: el año pasado 820 startups en América Latina levantaron 17 mil 200 millones de dólares de capital de inversión, según Harlem Capital. De éstas, solo 120 estaban encabezadas o cofundadas por una mujer. Por otro lado, según ASEM, las emprendedoras alcanzan 13 por ciento más rápido que los emprendedores la rentabilidad en sus negocios.
El impacto en la economía también es interesante. En México hay 59.3 millones de personas económicamente activas y las mipymes generan 72 por ciento de los empleos. Las empresas fundadas por mujeres generan 7.7 empleos y las fundadas por los hombres 10.3, señala ASEM. Se puede inferir que las fundadas por mujeres generan 30.5 por ciento de esos empleos, es decir, 13 millones.
Los emprendedores son temerarios, he escrito en este espacio, sean hombres o mujeres. Lo que debe quedarnos claro, y con lo que sueño como emprendedora, es que en México nos volteen a ver más, nos apoyen más, nos impulsen más y nos escuchen más. Somos chiquitos, pero no somos poquitos y vamos a cambiar al mundo.
@vivircomoreina
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