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Con la masificación de las redes sociales y el posicionamiento de influenciadores, algunos de ellos muy conocidos en el ámbito nacional por sus contenidos, respetables para unos y para otros, casi un dogma, se viralizó el sentir que, los bienes materiales de una persona no necesariamente eran el producto de su desempeño profesional tras una etapa de estudio.
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Bastó que esa propuesta hiciera carrera en las redes sociales para que el concepto del estudio como una etapa necesaria entrara a ser debatido y cuestionado. Sin embargo, a la par surgen serios interrogantes, en los que se sopesan habilidades y talentos innatos, el deseo de llegar a ser o las condiciones sociales, que son el aliciente de quienes ven en el estudio el camino de su proyección personal.
Tras ello, es necesario preguntarse: ¿Qué sería de un mundo sin médicos, sin ingenieros, arquitectos, juristas, diseñadores o educadores, tan solo para enumerar a quienes el estudio abrió puertas en su proyecto de vida, sino también a la satisfacción social de contribuir al bienestar de una comunidad?
La Constitución Política de 1991, consagra a la educación como un derecho y se desarrolla en la medida que, al ser inherente a la persona, implica dignidad. Pero también implica que debe ser un servicio público y una función social que debe estar en constante evolución. Estos conceptos son validados por Liliana Vergel, asesora en educación de la Gobernación de Norte de Santander, quien lidera la mesa Pacto por la Educación proyectado a 2050. “La educación es el medio de inversión más importante en una sociedad, porque es a través de la educación que se desarrollan las capacidades de los seres humanos para que se constituyan en sujetos activos en el mejoramiento de las condiciones de los territorios que habitan”, expresó.
Para que usted no sea presa fácil de los “cantos de sirena” que se expanden en las redes sociales y son propagados por los influenciadores, a continuación se exponen razones concretas por las cuales se debería estudiar una carrera universitaria.
La líder de la mesa Pacto por la Educación 2050 señaló que “la educación nos permite reconocer cuál es nuestro talento, pues al estar inmersos en el sistema educativo, nos lleva no solo a la autorrealización como personas, sino a ser útiles a la sociedad. En últimas, es el sentido de estar en el mundo y desplegar nuestras capacidades para el bienestar propio pero también el de la sociedad en que vivimos.”
La Educación Superior nos hace marcar diferencias, pues al estudiar una carrera técnica, tecnológica o universitaria, aparte de adquirir nuevos conocimientos y habilidades, nos ayuda a explorar nuestro potencial como persona y a ampliar los horizontes.
En este sentido, Karen Carrillo Guecha, profesora y directora de la Especialización en Logística y Negocios Internacionales de la Universidad Simón Bolívar, precisa que “todos estamos llamados a identificar cómo ser personas de más alto nivel; tenemos fortalezas, debilidades, dones y talentos; con oportunidades en el entorno para emprender una carrera universitaria que nos permita generar un factor diferencial”.
Carrillo Guecha continúa diciendo que estudiar una carrera permite satisfacer necesidades a lo largo de la vida. “Para sentirnos bien necesitamos integridad, es decir, alimentarnos, dormir, o no sentir dolencias, sentirnos seguros: en el empleo y la familia. Además, tenemos que contar con recursos, propiedad y salud, elementos básicos que encajan en la Teoría de la Autorrealización de Abraham Maslow, fundador y uno de los principales exponentes de la psicología humanista”. En suma, una carrera nos motiva el autoreconocimiento y la obtención de confianza y respeto por nosotros mismos, paso fundamental hacia la autorrealización, que se logra al llegar a un nivel máximo de moralidad, creatividad y espontaneidad. Y todo ello gracias a la educación.
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Por otro lado, la posibilidad de nuevas fuentes de trabajo en donde se requiere personal con habilidades muy específicas, permiten a los profesionales ser los llamados a atender esas necesidades de contexto, pues los hace serviciales y valiosos a la sociedad.
“Cada persona debe tener claro su proyecto de vida y en algún momento, definir la aspiración de formarse. Sencillamente educarnos y emprender una carrera técnica, tecnológica o universitaria, es un propósito que debe estar presente y activo en la vida de las personas”, concluyó la profesora.
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