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Después de dos años de estragos provocados en el mundo laboral por la pandemia, el estudio ‘Women in Business 2022’, realizado por la consultora Grant Thornton, considera alentador ver un aumento en la proporción de mujeres que ocupan altos mandos a nivel mundial, pues ésta subió en 2021 a 32%, desde el 29% en 2020.
Sin embargo, la brecha aún es grande. Y no solo en el sector corporativo tradicional, también en las start-ups y en aquellas que logran consolidarse como unicornios, es decir, las que alcanzan una valoración de 1,000 millones de dólares sin cotizar en alguna bolsa en menos de diez años. Suelen pertenecer al sector tecnológico y el término fue acuñado por Aileen Lee en 2013.
En el caso de las empresas unicornios, de las 595 que tiene registradas Crunchbase en su Unicorn Board hasta 2021, solo 83 fueron fundadas por mujeres. Y considerando que en 2020 solo 18 nuevos unicornios eran dirigidas por mujeres, es un avance.
No obstante, que mujeres lleven a sus emprendimiento al nivel de los 1,000 millones de dólares aún no es común, incluso aunque tengan más presencia en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
«La presencia de mujeres no suele pasar de 20% en las empresas unicornios, primero, porque en el área de tecnología aún hay un rezago importante en su participación. También está el factor de que los emprendimientos de mujeres necesitan más apoyo por parte de inversionistas o fondos de inversión que promuevan un mayor nivel de equipos ejecutivos dirigidos por mujeres», dice Brynne McNulty, cofundadora y directora de Tuhabi, una plataforma digital para vender bienes inmuebles.
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Karla Berman, directora de operaciones de SoftBank en México, considera que así como no todos los hombres emprendedores aspiran a ser unicornios, lo mismo pasa con las mujeres.
«Lo que sí creo es que, dado que hay menos empresas unicornio fundadas por mujeres, hay menos rol models y eso hace que haya menos que aspiren a eso. Tener rol models es importante para poder pintar tu propia visión, saber que es posible y que alguien más ya lo ha hecho», señala.
En la región, Berman destaca el trabajo de dos mujeres en empresas unicornios: Bárbara González Briseño, CFO de Bitso, una plataforma de compraventa de criptomonedas, y Loreanne García, cofundadora de Kavak, la firma de autos usados que se convirtió en el primer unicornio del país.
Ileana Alamo, líder regional de Comunicación y Marca de Project Management Institute, apunta que una posible razón que influye en el hecho de que la mayoría de cabezas de empresas unicornios sean hombres y no mujeres es que no suelen estar detrás de emprendimientos tecnológicos, que suelen ser los más fondeados en estos momentos, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas.
Respecto a las trabas que encuentra una emprendedora para consolidar su negocio, Berman considera que las mujeres son menos arriesgadas en la fase de levantamiento de capital. «Está comprobado que una mujer sólo se siente cómoda si tiene 90% de lo que se requiere para emprender un proyecto», asegura.
Álamo agrega que sólo 2.3% de mujeres caucásicas reciben financiamiento de fondos, mientras que mujeres emprendedoras de otras culturas, como afroamericanas o latinas, cuentan con un porcentaje aun más bajo, de acuerdo con estudios de McKinsey que cita.
Según el estudio ‘La brecha de género en el sector tecnología, una tarea pendiente en América Latina’, elaborado por Endeavor, los principales obstáculos que enfrentan las emprendedoras son el financiamiento, que puede provocar que los ritmos de crecimiento no sean tan agresivos; el equilibrio entre la vida personal y laboral pues crear una empresa es una labor que requiere mucho tiempo y dedicación -lo que muchas veces se traduce en niveles de estrés que afectan la vida personal-, y, por último, la falta de redes de contactos relevantes del ecosistema emprendedor, explica Gimena Sánchez, directora de emprendimiento del organismo de apoyo a emprendedores.
Álamo opina que la mentoría de otras mujeres empresarias o emprendedoras exitosas es muy importante, ya que compartir conocimiento y experiencia ayuda a que las mujeres que quieran intentarlo cuenten con un mayor entendimiento de qué pasos deben seguir y qué errores pueden evitar.
También apunta a la educación continua como un vehículo para estar lo mejor preparadas posibles para emprender.
«En Project Management Institute tenemos un término que llamamos el PMI Talent Triangle, que es el conjunto de habilidades ideal. Es un enfoque en el desarrollo de las habilidades adicionales necesarias para satisfacer las demandas cambiantes del mercado y para elevar el valor de las personas como socios estratégicos en el éxito empresarial», dice.
De acuerdo con Karla Berman, emprender es por definición un proceso lleno de técnicas y planes que no domina quien lo atraviesa, por eso mismo, recomienda estar mucho más «cómoda» o familiarizada con un entorno de incertidumbres.
Asimismo, aconseja formar el mejor equipo posible, o como ella lo llama: un equipo killer. «Nadie construyó solo nada y eso incluye buscar inversionistas institucionales. Ellos podrán mejor que nadie darte feedback acerca de si tu empresa tiene potencial de convertirse en unicornio o no».
Por último, considera que es esencial tener claridad sobre cuál es la motivación detrás de querer ser unicornio. «Ser unicornio es un reflejo de muchas cosas, entre ellas del tamaño de mercado que ataca tu empresa. Puedes tener una empresa maravillosa, que sea muy rentable y que no sea unicornio. Ser unicornio nunca debe ser el fin», dice.
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