Mirada Empresarial | Municipios e informalidad – El Sol de Toluca

Gilberto Javier Sauza

Gilberto Javier Sauza
  / lunes 5 de septiembre de 2022
Durante años, una de las quejas más redundantes por parte de la sociedad, es el establecimiento de comercios y negocios informales, que aparecen de la noche a la mañana en diversos puntos de las ciudades y generan diversos conflictos por las afectaciones que sufren quienes transitan por estas zonas.
Sin embargo, este efecto que se ha venido incrementando a causa de los efectos negativos de la pandemia, tiene su epicentro dentro de los municipios, debido a la falta de coordinación y el emprendimiento por parte de los ayuntamientos de acciones concretas que promuevan el establecimiento de negocios y unidades económicas formales.
Permitir que existan negocios y actividad dentro de la informalidad, es una función que debe ser vigilada y regulada por los municipios. Ya que los ayuntamientos regulan el establecimiento de estas actividades dentro del territorio que les compete; es decir, son quienes pueden emprender labores que reduzcan o frenen la informalidad dentro de su demarcación.
Sin embargo, reconocemos que es una labor titánica establecer un censo puntual de las personas o los negocios que operan bajo un esquema de informalidad, siendo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, quien ofrece un mejor panorama de esta problemática en el Estado de México. Con base a cifras del Censo Económico de 2019 realizado por el INEGI, en el EDOMEX el 79.4 por ciento de los negocios son informales y las empresas formales dan empleo al 67% de todo el personal ocupado en la entidad, el resto labora en establecimientos no formales.
Pese a que las cifras tienen una antigüedad de 3 años, desde el sector económico estamos ciertos de que las cifras distan de haber mejorado.
La problemática de la informalidad, dentro del entorno social, se genera por las dificultades de la población para establecer un negocio y generar riqueza en beneficio de sus familias. Es decir, no es una cuestión de gusto, ante la necesidad, resulta más cómodo y sencillo emprender un negocio desde la informalidad.
Por ello, desde el sector económico proponemos a los municipios cambiar sus políticas públicas y modificar las reglamentaciones que permiten el establecimiento de negocios con la finalidad de promover el desarrollo social y económico, así como el bienestar social. Es decir, se requiere un trabajo importante en materia de mejora regulatoria.
Para promover el establecimiento de unidades económicas, se debe realizar un trabajo colaborativo entre las autoridades municipales y el sector económico para fomentar criterios que respondan a la realidad social que se vive en cada una de las regiones de la entidad.
Fomentando la desregulación y la mejora regulatoria en los municipios, se atenderá la informalidad y se apertura la oportunidad de un crecimiento ordenado y con perspectiva de bienestar.

Durante años, una de las quejas más redundantes por parte de la sociedad, es el establecimiento de comercios y negocios informales, que aparecen de la noche a la mañana en diversos puntos de las ciudades y generan diversos conflictos por las afectaciones que sufren quienes transitan por estas zonas.
Sin embargo, este efecto que se ha venido incrementando a causa de los efectos negativos de la pandemia, tiene su epicentro dentro de los municipios, debido a la falta de coordinación y el emprendimiento por parte de los ayuntamientos de acciones concretas que promuevan el establecimiento de negocios y unidades económicas formales.
Permitir que existan negocios y actividad dentro de la informalidad, es una función que debe ser vigilada y regulada por los municipios. Ya que los ayuntamientos regulan el establecimiento de estas actividades dentro del territorio que les compete; es decir, son quienes pueden emprender labores que reduzcan o frenen la informalidad dentro de su demarcación.
Sin embargo, reconocemos que es una labor titánica establecer un censo puntual de las personas o los negocios que operan bajo un esquema de informalidad, siendo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, quien ofrece un mejor panorama de esta problemática en el Estado de México. Con base a cifras del Censo Económico de 2019 realizado por el INEGI, en el EDOMEX el 79.4 por ciento de los negocios son informales y las empresas formales dan empleo al 67% de todo el personal ocupado en la entidad, el resto labora en establecimientos no formales.
Pese a que las cifras tienen una antigüedad de 3 años, desde el sector económico estamos ciertos de que las cifras distan de haber mejorado.
La problemática de la informalidad, dentro del entorno social, se genera por las dificultades de la población para establecer un negocio y generar riqueza en beneficio de sus familias. Es decir, no es una cuestión de gusto, ante la necesidad, resulta más cómodo y sencillo emprender un negocio desde la informalidad.
Por ello, desde el sector económico proponemos a los municipios cambiar sus políticas públicas y modificar las reglamentaciones que permiten el establecimiento de negocios con la finalidad de promover el desarrollo social y económico, así como el bienestar social. Es decir, se requiere un trabajo importante en materia de mejora regulatoria.
Para promover el establecimiento de unidades económicas, se debe realizar un trabajo colaborativo entre las autoridades municipales y el sector económico para fomentar criterios que respondan a la realidad social que se vive en cada una de las regiones de la entidad.
Fomentando la desregulación y la mejora regulatoria en los municipios, se atenderá la informalidad y se apertura la oportunidad de un crecimiento ordenado y con perspectiva de bienestar.

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