La inflación enfría los ánimos de los inversores españoles – EL PAÍS

Las personas que hayan empezado a dar sus primeros pasos en los mercados financieros en la última década apenas han tenido contacto con la inflación. La Gran Recesión junto con cambios de calado en el ámbito tecnológico y demográfico habían enterrado la preocupación por los precios. Durante este tiempo, los bancos centrales han regado el sistema con una enorme liquidez mediante las rebajas de los tipos de interés y la compra de activos (principalmente deuda pública), y ni aun así los datos del IPC despertaban de su letargo. Hasta que llegó 2021. El pasado año, una serie de factores —fuerte recuperación económica tras el shock de la pandemia, precios energéticos disparados y cuellos de botella en la fabricación y distribución de productos— despertaron a ese animal dormido llamado inflación.
El nuevo escenario ha enfriado los ánimos de los inversores. Las subidas de precios meten presión a los bancos centrales para que retiren los estímulos a un ritmo mayor del esperado. En un mercado acostumbrado al maná de la liquidez, el cierre del grifo monetario podría tener un impacto significativo en los precios de los activos, además de suponer un freno para el crecimiento de la economía mundial. Estos miedos se han trasladado al índice que elabora JP Morgan Asset Management y que mide la confianza de los inversores españoles. El índice al cierre del último trimestre de 2021 sigue en positivo (2,03 puntos), pero con una importante caída respecto a la oleada anterior (3,73 puntos).
El índice, que publica en exclusiva EL PAÍS, se elabora a partir de la respuesta de los encuestados (1.369 entrevistas) a la pregunta de cómo creen que se comportarán las Bolsas en los próximos seis meses. Los optimistas —ven probable o muy probable que haya subidas en la renta variable— siguen siendo el grupo mayoritario (40,2% de las respuestas), pero el grupo de los pesimistas ha repuntado notablemente y ya suponen el 24,4% del total. Entre los argumentos de este último grupo para prever caídas en los mercados, además de las posibles nuevas olas de la pandemia, se encuentran respuestas ligadas a la inflación como “la subida del precio de la electricidad” o “todo está muy caro”.
Tras más de un lustro de fuertes revalorizaciones en ­Wall Street, los ahorradores españoles donde ven ahora más potencial de subida es en las acciones europeas. El mercado estadounidense se sitúa en segundo lugar y la renta variable asiática es la tercera opción. En 2021 el Ibex 35 volvió a ocupar el furgón de cola entre los grandes índices en cuanto a revalorización se refiere y los ahorradores siguen viendo menos margen alcista en él, situándolo en cuarto lugar entre los mercados que experimentarán mayor subida en los próximos seis meses.
El mercado secundario de deuda pública ha empezado a descontar una posible alza de los tipos de interés oficiales. A pesar de que este movimiento aún no se ha trasladado a los productos de ahorro conservadores, que siguen ofreciendo en muchos casos rendimientos por debajo de la inflación, los inversores siguen eligiendo las ofertas de pasivo bancario (depósitos, libretas o cuentas) como su primera opción para el próximo semestre con el 37,5% de las menciones. Detrás de ellos se sitúan los fondos de inversión (un 23,3% de los encuestados piensan adquirir participaciones en la primera mitad del año), los planes de pensiones (18,5%) y la inversión directa en acciones (15,7%).
El carácter históricamente conservador de los ahorradores españoles se pone de manifiesto en otra de las preguntas de la encuesta de JP Morgan AM: cuando se pregunta a los participantes qué es lo que más valoran a la hora de invertir, el 42,6% aseguran que no perder dinero; el 30,2% dicen que sacrificarían algo de la rentabilidad potencial a cambio de cierta seguridad, y solo el 27,2% señalan que su meta es lograr el mayor rendimiento posible.
Junto a la inflación, otro elemento que ha despertado en el mercado durante las primeras semanas de 2022 tras años aletargado es la volatilidad. “Hay que preparar las carteras de inversión para la nueva volatilidad, que se caracterizará por la retirada gradual de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales. La volatilidad que estamos viendo ahora es completamente normal tras un año de fuertes subidas como fue 2021″, explica Lucía Gutiérrez-Mellado, responsable de estrategia de JP Morgan Asset Management en España.
Desde la gestora estado­unidense siguen teniendo una visión positiva de los activos de riesgo “porque el crecimiento económico mundial, aunque menor que el pasado año, seguirá por encima de la media”. Su recomendación es sobreponderar la renta variable, fundamentalmente de los mercados desarrollados. “En emergentes somos más cautos a la espera de ver cómo evoluciona la economía de China”, explica Gutiérrez-Mellado. Por su parte, en renta fija muestran más cautela, apostando sobre todo por bonos con duraciones cortas para protegerse ante las posibles subidas de interés, y por la deuda empresarial de mayor riesgo (high yield).
“Este escenario no está exento de riesgos. El principal es el aumento de la inflación. Pensamos que en la segunda mitad del año las tensiones de los precios deberían ir reduciéndose. De los componentes que están impulsando al alza la inflación, el que creemos que tiene más fácil solución es el de los bienes de consumo a medida que los cuellos de botella se vayan solucionando. Tenemos más dudas sobre cuándo se solucionarán las presiones ejercidas por las materias primas y las revisiones salariales”, concluye esta experta.
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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