Elon Musk: un nuevo tipo de barón de los medios irrumpe en Twitter – El Tiempo Latino

Recibe diariamente un resumen con las 7 noticias más importantes
Al suscribirse, acepta recibir boletines informativos por correo electrónico o actualizaciones de El Tiempo Latino y acepta nuestra política de privacidad. Puede darse de baja en cualquier momento y puede contactarnos aquí.
{{#label}}{{label}}: {{/label}}{{message}}
Something went wrong. Try again later?

El Tiempo Latino
Noticias en Español desde Washington D.C.
Ya anteriormente los milmillonarios de la tecnología han utilizado su riqueza para dejar huella en el negocio de las noticias.  Entre ellos se encuentran Jeff Bezos de Amazon, que es dueño del Washington Post, y Marc Benioff de Salesforce, quien, junto a su esposa, adquirió Time en 2018.
Sin embargo, nadie lo hace como Elon Musk.  El director ejecutivo de Tesla y SpaceX, que durante mucho tiempo ha sido una de las voces más fuertes de Twitter, se ha convertido esta semana en el mayor accionista y nuevo miembro de la junta directiva de la red social, lo que lo ha llevado a ocupar una posición influyente en una de las fuentes de noticias más vistas del mundo.
Aunque Twitter es más una plataforma tecnológica que un producto editorial único, es probable que la singular posición de Musk le otorgue algo de la influencia asociada a los tradicionales «barones de la prensa, ya sea en tinta o en bits», dijo Jeff Jarvis, profesor adjunto de periodismo en la City University de Nueva York.
Mantente informado con los temas más relevantes de política, economía, comunidad latina y salud. Suscríbete aquí a nuestros newsletters.
La intervención de Musk en los nuevos medios de comunicación viene con un giro adicional.  Con 80,6 millones de seguidores, se ha convertido en una parte importante del mecanismo que impulsa la interacción en Twitter, clave para la opinión de Wall Street sobre la compañía.  A cambio, ha utilizado su posición como gran estrella de los negocios del sitio para emprender venganzas personales, promocionar sus compañías e ideas tecnológicas y — a medida que se propagan sus intereses empresariales — , llevar una agenda cada vez más política.
Para Twitter y Musk, esto ha creado una estrecha alineación de intereses en torno a la interacción.  Según los analistas financieros y los expertos en redes sociales que han seguido a la empresa, se duda si eso será saludable a largo plazo para la calidad del discurso o para el patrimonio de los accionistas.  «Sinceramente, podría ser cualquier cosa», dijo Youssef Squali, analista de Truist Securities, expresando una precaución común.
El rebote del 30 por ciento en el precio de las acciones de Twitter desde que se difundió la noticia sobre la adquisición de Musk del 9,2 por ciento de las acciones el lunes resalta la esperanza instintiva de que su llegada supondrá un avance en algunos de los eternos problemas que han frenado a la red social.  Entre ellos, un lento ritmo de desarrollo de productos y la incapacidad para llegar a una audiencia global mucho mayor.
Las habilidades tecnológicas de Musk y su fuerte «tacto» para los productos —junto con el puro dinamismo que es una característica de sus propias compañías — podrían convertirlo en un catalizador del cambio, dijo Brent Thill, analista de Jefferies.
En una señal de que Musk ya podría estar teniendo un impacto, Twitter reveló a última hora del martes que pronto comenzaría a probar un botón de «edición» para permitir a los usuarios cambiar sus tuits, algo que Musk ha promovido, aunque la empresa ha dicho que hacía tiempo que la idea estaba en desarrollo.
Según exempleados de Twitter, años de acalorado debate interno no han logrado resolver ese asunto, que ha suscitado profundas divisiones tanto por razones técnicas como éticas.  Musk «se paró en medio de la oficina, figurativamente, y dijo ‘esto es lo que más les va a molestar'», dijo un exempleado.
Es probable que la prepotente presencia de Musk suponga un reto adicional para Parag Agrawal, el recién nombrado jefe de Twitter.  Ya está trabajando bajo la estrecha vigilancia de un inversionista activista, Elliott Management.  Otro poderoso inversionista, Egon Durban, de Silver Lake, se sumó a la junta después de haber invertido $1.000 millones hace dos años.
Las conexiones personales podrían ayudar a allanar el camino.  Musk trabajó estrechamente con Durban cuando intentaba organizar la compra de Tesla y fue director de Endeavour, otra compañía respaldada por Durban, hasta hace tres semanas.  Abandonó el junta directiva de esa empresa para liberarse de otros compromisos no especificados, una señal de que sus conversaciones sobre su incorporación como director de Twitter quizás ya estaban en marcha.
No obstante, Musk siempre ha hecho una virtud de su presencia altamente disruptiva en cualquier compañía en la que participa.  Además, viene con un conjunto de ideas fuertemente sostenidas y tecnocráticas que le han generado muchas críticas.  En palabras de un empleado raso de Twitter, que expresa el tipo de fuerte reacción que provoca el multimillonario: «Es un lunático. No lo queremos aquí».
El director ejecutivo de Tesla y SpaceX tiene una larga lista de polémicas centradas en Twitter. «Ha usado [Twitter] de forma que lo han metido en problemas con el gobierno, la utilizó para atacar a periodistas», dijo Jarvis.
Entre los resultados de los tuits más desacertados de Musk se encuentran un acuerdo con los reguladores que lo llevó a renunciar a la presidencia de Tesla y un juicio por difamación por haber llamado pedófilo a una persona (Musk ganó el juicio por jurado).
También ha utilizado el servicio para impulsar una agenda política.  Esto ha incluido señalar a reguladores y gobiernos para criticarlos, especialmente a la Comisión Nacional de Valores (SEC, por sus siglas en inglés).  Cuando California insistió en que Tesla cerrara una planta de automóviles debido al Covid-19, Musk recurrió a Twitter para denunciar la medida como «fascista», pero luego guardó un notable silencio cuando la planta del fabricante de automóviles en Shanghái cerró por circunstancias similares a finales del mes pasado.
Las organizaciones de noticias tradicionales tienen desde hace tiempo reglas claras sobre cómo mantener la independencia editorial, dijo Anupam Chander, profesor de regulación global de Internet en la Universidad de Georgetown.  Por el contrario, no hay forma de saber si «Elon Musk o cualquier otro multimillonario está tratando injustamente de ejercer el control sobre las grandes plataformas de discurso del momento».
Musk ha presionado a Twitter para que flexibilice sus políticas de moderación de contenidos y abandone las restricciones sobre lo que la gente puede decir en su servicio, en aras de devolverle la ética de la «libertad de expresión» que imperaba en sus inicios.  Esto podría ponerlo en una trayectoria de colisión con el director ejecutivo de la compañía, que dijo que el asunto central para el grupo de redes sociales radica en cómo crear «una conversación pública más saludable» que determine «quién puede ser escuchado», en lugar de centrarse en la libertad de expresión.
La posición de Musk como miembro de la junta directiva, mayor accionista y voz más fuerte en Twitter podría ayudar a empujar a la empresa hacia la relajación de sus políticas de contenido, afirman muchos observadores.
Según Chander, eso podría incluir la revocación del veto de por vida que Twitter aplicó a Donald Trump, algo que se ha convertido «ciertamente en una posibilidad» a medida que «los valores libertarios que están siempre omnipresentes en Internet» ganan adeptos en la sala del directorio de Twitter.
Tales cambios de política podrían crear el tipo de controversia que impulsa la interacción a corto plazo, con el riesgo de revertir los avances logrados en la lucha contra el acoso y la desinformación y, en última instancia, deteriorar el servicio, dijo Jarvis.
Imponer un enfoque más «absolutista» de la libertad de expresión a la compañía también podría ser perjudicial para sus resultados, según analistas como Brian Wieser, presidente mundial de inteligencia empresarial del grupo publicitario GroupM.  «A los grandes patrocinadores no les gustan los ambientes tóxicos».
Richard Waters y Hannah Murphy en San Francisco
Derechos de Autor – The Financial Times Limited 2021.
© 2021 The Financial Times Ltd. Todos los derechos reservados.  Por favor no copie y pegue artículos del FT que luego sean redistribuidos por correo electrónico o publicados en la red.
Lea el artículo original aquí.

source