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Un momento de trabajo de las empleadas en una empresa de servicios, en una imagen de archivo. Mediterráneo
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Castellón es un destino atractivo para invertir y hacer negocios, con una potente economía industrial y exportadora que ha logrado mantener su gancho para atraer empresas incluso a lo largo de este difícil ejercicio económico, en el que la crisis de costes deteriora de forma sensible el motor provincial, la cerámica.
Esto es lo que se deduce de los últimos datos recopilados por el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de la Comunitat Valenciana sobre traslados de empresas dentro del territorio nacional, que indican que la provincia es capaz de atraer más compañías desde otras zonas del país de las que deciden marcharse, sea por los motivos que sea.
En concreto, entre enero y septiembre de 2022 un total de 60 firmas se llevaron a otros puntos del país su sede social, mientras que fueron 72 las que hicieron lo contrario, es decir, lo trasladaron a Castellón, con un saldo positivo de 12 en un contexto de compleja coyuntura económica.
mamoriza@epmediterraneo.com Juan Carlos Gozalbo
Si se abre el foco retrocediendo en el tiempo, el resultado final siempre suma a favor de este territorio. De hecho, entre 2019 y el cierre de septiembre pasado, las empresas que han salido de la provincia han sido 264, mientras que las han elegido Castellón para fijar su sede social ascienden a 338, lo que supone 74 más. En lo que se refiere al origen de las compañías que optan por venir aquí, Valencia, Madrid y Barcelona destacan como las zonas de España con mayor número de traslados a tierras castellonenses.
En el caso de la mencionada Barcelona, resulta llamativo que tomando el periodo más reciente, el de los nueve primeros meses de este año, 13 firmas se han trasladado a Castellón, mientras que solo tres han salido hacia ese punto catalán, con un saldo positivo de diez, el más alto del periodo con una provincia concreta.
Fue precisamente Cataluña el origen de un agudo éxodo empresarial a partir del proceso independentista que estalló en 2017. Lo cierto es que esa comunidad sigue liderando cinco años después la fuga de compañías a otros lugares del país, hasta el punto de que la patronal catalana Fomento del Treball estima en torno a 5.000 firmas la pérdida de tejido económico desde entonces y hasta ahora.
Otras provincias con las que Castellón mantiene un saldo positivo significativo es Alicante (este año se va una y vienen cinco) o Valencia (se van 16, pero vienen 25), mientras que en el caso de Madrid el resultado es negativo en 2022 (se van 21 y vienen 18), por primera vez en el periodo estudiado.
En lo que se refiere a las razones que hacen del territorio castellonense un lugar que atrae la implantación de empresas y la ubicación de sus sedes sociales, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV ) en Castellón, Luis Martí apunta una serie de factores entre los que destaca factores como la «excelente» calidad de vida que caracteriza a esta zona, así como el hecho de que «la productividad es una de las mejores de toda España».
En la relación de elementos que convencen a las firmas para operar aquí, Martí añade que «el ecosistema ya creado por el gran peso industrial atrae más empresas», con la ventaja de que « no es una provincia saturada», mientras que las infraestructuras son razonablemente buenas. Incide también en la consolidada trayectoria exportadora junto con el alto índice de inversión en innovación que caracteriza el perfil de las empresas castellonenses.
Por su parte, el director gerente de Cámara Castellón, Javier Valls, cita situaciones como las de empresas castellonenses que han ganado tamaño hasta el punto de cotizar en bolsa y que trasladan su sede social, por ejemplo, a Valencia, «que posiblemente es un centro más neurálgico de la actividad de la compañía, lo que facilita las relaciones con los clientes».
Valls coincide con el presidente de CEV Castellón al apuntar que la provincia «es atractiva para la inversión, no solo para que vengan empresas de otras provincias, sino también para firmas tecnológicas y extranjeras por la calidad de vida, que es alta y los costes, que son más bajos en general».
«Castellón es una buena sede y es más barato tener aquí el domicilio social, que es lo mismo que el fiscal, que en Barcelona, Madrid o Barcelona», matiza el director gerente de Cámara Castellón.
Desde el punto de vista de Javier Valls, «las nuevas tecnologías permiten que en determinados sectores los empleados puedan teletrabajar, de manera que no es relevante dónde lo hagan, pero sí tener en cuenta que aquí tienen más calidad de vida y seguridad».
Por último, destaca que hay grandes empresas tractoras en territorio castellonense y, no solo como es el reciente caso de Amazon, sino también importantes multinacionales como bp, propietaria de la refinería del Serrallo, o el gigante japonés del sector químico, UBE, así como el líder mundial en su segmento, el de envases de alimentación, Huhtamaki.
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