El destino de una parte de los recursos del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (Isstey) alcanza a empresas y personas enlazadas en una cadena de complicidades que se gestó durante el gobierno de Rolando Zapata Bello, según nuevas evidencias recabadas por Central 9, la Unidad de Investigación Periodística de Grupo Megamedia.
Como eslabones principales de ese entramado de empresas y socios con privilegios asoman los nombres de Ulises Carrillo Cabrera, quien fue director general del Isstey desde principios de la administración de Zapata Bello hasta el 10 de septiembre de 2016, y de Roberto Guzmán García, propietario de empresas reunidas en Grupo Escorfin, que fue contratado para prestar servicios de asesoría financiera al Isstey y ha manejado millonarios recursos propiedad de los trabajadores del Estado.
Grupo Escorfin, como ya informamos, aparece en el centro de un escándalo nacional que destapó una investigación en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que invirtió recursos públicos en instrumentos bursátiles de alto riesgo que han representado pérdidas para esa agencia del gobierno federal.
El mismo grupo fue contratado, mediante su filial Estratégica Corporativa en Finanzas, S.A. de C.V., para que brindara al Isstey:
“Servicios de asesoría en materia de inversiones disponibles en el mercado de valores… a fin de lograr la toma de mejores decisiones financieras de inversión para procurar el eficiente manejo”, del dinero de la institución.
Por conducto de otra filial, Grupo Escorfin también se involucró en el negocio de créditos de nómina a los trabajadores del Estado, en condiciones ventajosas para el consorcio. Todo esto se hizo durante la gestión de Ulises Carrillo como director general.
El Isstey significa apenas una pequeña parte de la clientela de Escorfin, que tiene cerca el vencimiento de una inversión de 200 millones de pesos del instituto.
Promotoras inmobiliarias, empresas de hotelería y del ramo turístico, consultoras y hasta negocios del sector minero, entre otros rubros, tienen relación directa con esa marca comercial, que incluso las presenta a sus inversionistas como respaldo y garantía de pago de diversos instrumentos financieros en los que tiene participación.
Central 9 cotejó documentos oficiales de las empresas que están relacionadas con Escorfin y las dos en que aparece como accionista Ulises Carrillo.
La revisión arroja que los socios de las dos empresas en que Carrillo Cabrera aparece como accionista lo son también en negocios vinculados con Guzmán García, favorecido en el tiempo en que el primero fue director del Isstey.
Para el sector privado y el gobierno
El excolaborador de Ivonne Ortega Pacheco y Rolando Zapata debutó como empresario con Corporativo DHESC2, S.A. de C.V., una firma que tiene como objeto social, entre otras cosas, la prestación de asesorías y consultoría a empresas del sector privado y también a dependencias e instituciones de gobierno, de los tres niveles.
De acuerdo con el acta constitutiva de esta sociedad mercantil, los demás accionistas son María José Martín Tamayo (presidenta del consejo de administración), Cuauhtémoc Román Ayala Arzápalo (secretario), y Efraín Martínez Pérez (tesorero).
Aquí puede consultarse el Acta constitutiva de una empresa que muestra la participación de socios de Ulises Carrillo y Roberto Guzmán:
María José Martín es apoderada general de la empresa Nirdaya, S.A.P.I. de C.V., de la que son accionistas Ulises Carrillo (presidente del consejo) y Fernando José Vega Espinosa (secretario), socio de Roberto Guzmán en varios negocios, incluyendo el de los créditos de nómina en el Isstey.
La misma María José Martín es accionista de Hotelería Korbach, S.A. de C.V., constituida en 2020. Aunque en esta firma no aparece Guzmán García, hay versiones de que será utilizada para una nueva emisión de deuda ante las dificultades de hacerlo en las otras empresas de Grupo Escorfin.
Rejoneador, excandidato a diputado y empresario
Cuauhtémoc Ayala, rejoneador y excandidato a diputado local por el Distrito XV en las elecciones de 2021, tiene también vínculos con Vega Espinosa. Cuenta con participación accionaria en compañías del ramo restaurantero, hotelero, turístico, de alquiler de automóviles y, principalmente, inmobiliario.
En el Registro Público de Comercio consta que en asamblea extraordinaria del 20 de septiembre de 2018 Ayala Arzápalo entró a formar parte de la sociedad de Dhania Corporativo Asaya, S.A.P.I. de C.V., que tiene entre sus funciones:
“Prestar servicios de asesoría financiera de cualquier tipo y forma a personas físicas o morales, nacionales o extranjeras”, así como “proporcionar a sus clientes a través de internet, o por cualquier otro medio de información, sistemas que les permitan conocer las diferentes posturas tanto de compra como de venta que los diversos participantes en el mercado de dinero ofrezcan respecto de los valores que éstos deseen ofrecer a inversionistas”.
Los escándalos en el Isstey: Más nexos de la relación comercial
“Prestar servicios de asesoría financiera de cualquier tipo y forma a personas físicas o morales, nacionales o extranjeras”, así como “proporcionar a sus clientes a través de internet, o por cualquier otro medio de información, sistemas que les permitan conocer las diferentes posturas tanto de compra como de venta que los diversos participantes en el mercado de dinero ofrezcan respecto de los valores que éstos deseen ofrecer a inversionistas”.
Dhania no es una empresa cualquiera. Entre sus accionistas, según se indica en la documentación oficial, se menciona también a Servicios Inmobiliarios de Posturas, S.A.P.I. de C.V., que forma parte de Grupo Escorfin, y Fernando Vega, el socio de Ulises Carrillo y Roberto Guzmán.
Servicios Inmobiliarios de Posturas (SIP) es la empresa que en 2014, a iniciativa de Carrillo Cabrera, inició el proyecto de otorgamiento de créditos de nómina a los derechohabientes del Isstey.
En 2015 transfirió la cartera de créditos a Posiciones Estratégicas en Cartera, S.A.P.I de C.V., que es del mismo grupo empresarial.
Con financiamiento de SIP se construyó en el sur de Mérida el desarrollo habitacional San Marcos, que aparece en el catálogo de proyectos de Grupo Escorfin.
En julio de 2015, Dhania Corporativo Asaya adquirió el 54.55% de las acciones de Inmobiliaria Mérida, S.A. de C.V., dueña del edificio del Hotel Mérida, que fue reabierto con el nombre de Holiday Inn Express Mérida Centro. En la reapertura estuvieron Vega Espinosa y Ayala Arzápalo con otros empresarios y autoridades estatales.
¿Estudio de factibilidad para Ciudad Isstey?
Dhania también tuvo relación directa con el Isstey. Su nombre aparece en el contrato número 457111 del 6 de mayo de 2015. Se indica que le pagaron 290 mil pesos para “un estudio de factibilidad de Ciudad Isstey”, del cual, por cierto, no hay más indicios ni antecedentes.
Fue un contrato de adjudicación directa y de corta duración, pues se fijó el 22 de junio de 2015 como fecha de entrega del “estudio”.
En ese mismo período se erogaron otros recursos con fines no claros. Por ejemplo, bajo el contrato 471567 del 18 de septiembre de 2015 se pagaron 464,000 pesos a Actualización, Competencias y Estrategias Profesionales S.C.P., por un “estudio de la situación actual del Isstey”.
A la misma empresa se le canalizaron 461,680 pesos por un “estudio actuarial”, como consta en el expediente 467845.
Efraín Martínez, el tesorero en Corporativo DHESC2, figura como accionista y administrador único en Hotelería Dunna, S.A. de C.V., inscrita en el Registro Público de Comercio el 15 de abril de 2020.
Antiguos socios a la estructura del Isstey
Vega Espinosa y Guzmán García están asociados en varios negocios desde 2011, según los registros oficiales, y llegaron juntos a la estructura del Isstey. Personas cercanas a esas operaciones aseguran que fueron enviados a Ulises Carrillo por el entonces gobernador.
Las apariciones de Roberto Guzmán en público no son comunes. Una de ellas, en marzo de 2013, fue en la inauguración del desarrollo habitacional Vega del Mayab, impulsado por un grupo con Fernando Vega a la cabeza. A ese acto asistió también Rolando Zapata.
En 2016, Grupo Escorfin ya tenía el control de por lo menos 800 millones de pesos del Isstey, revelan documentos en poder de Central 9.
En esas fechas, los nexos del consorcio con empresas inmobiliarias eran públicos, incluso reconocidos por el propio Escorfin.
Los escándalos en el Isstey: “Reestructura inmediata” para aliviar la crisis
Como parte de sus intentos de resolver sus problemas financieros y tranquilizar a sus clientes que comienzan a ser presas del nerviosismo ante esa situación, Escorfin planteó en junio pasado un plan de “reestructura inmediata” en sus empresas Promotora de Sistemas de Información (PSI), S.A.P.I. de C.V.; Servicios Inmobiliarios de Posturas (SINM), S.A.P.I. de C.V., y Posiciones Estratégicas en Cartera (PEC), S.A.P.I. de C.V., para hacer frente a sus obligaciones.
Aquí puede consultarse la propuesta de reestructuración de inversiones que envió Grupo Escorfin a sus clientes en junio pasado:
En esa propuesta expone, como respaldo, los proyectos en que está involucrado, entre ellos del sector inmobiliario y de préstamos a terceros. Y es allí donde asoman los nexos con las firmas ya citadas.
Fortalecimiento en el sector inmobiliario
La marca empresarial dice que se ha ido fortaleciendo en el sector inmobiliario y cuenta con un portafolio activo “de 25 productos diferentes” involucrados en los sectores social, residencial, corporativo, comercial y hotelero y “una reserva territorial que se ha ido fortaleciendo y garantizando que nuestras inversiones sean cada vez más rentables”.
Aún más, cita que el valor de venta del portafolio, “considerando los proyectos en ejecución y la reserva territorial”, es de 3,500 millones de pesos “y un valor neto para el grupo” de 1,750 millones de pesos.
Aún más, cita que el valor de venta del portafolio, “considerando los proyectos en ejecución y la reserva territorial”, es de 3,500 millones de pesos “y un valor neto para el grupo” de 1,750 millones de pesos.
Enseguida menciona sus dos “anclas” en el ramo inmobiliario: La Reserva y Kumay.
¿Qué son La Reserva y el desarrollo Kumay?
La Reserva es un ambicioso desarrollo ubicado en el kilómetro 7.8 de la carretera Mérida-Chicxulub Pueblo y se le presenta como “lo mejor de dos mundos”. En su sitio de internet se puede ver que los lotes tienen valores superior al millón de pesos –algunos se acercan a los tres millones o rebasan esa cantidad– y se ofrece financiamiento de hasta 48 ó 60 meses, según la etapa de que se trate.
Kumay ofrece “terrenos premium 100 por ciento urbanizados” a veinte minutos de la playa de Sisal, con la promoción de que se puede comenzar a pagar en enero de 2023.
Se trata de 1,283 lotes residenciales “en una de las zonas con más potencial económico de Mérida”.
Terrenos para entregar en 2025
Se trata de 1,283 lotes residenciales “en una de las zonas con más potencial económico de Mérida”.
Fuentes del sector aseguran a Central 9 que, aunque se garantizan terrenos “cien por ciento urbanizados”, esto será más adelante porque ahora no lo están y, además, son para entregar en 2025.
La Reserva aparece dentro de un paquete que oferta Komet Capital, una compañía que tiene sus oficinas en la alcaldía Cuauhtémoc de Ciudad de México y también está ligada a Roberto Guzmán. Allí mismo está el desarrollo San Marcos, que, como ya indicamos, recibió financiamiento de las empresas de Grupo Escorfin.
Hace dos meses, Ernesto O’Farrill, presidente de Bursamétrica, declaró públicamente que a raíz de sus problemas financieros:
Guzmán García “intenta mimetizarse” mediante Komet Capital, que dirige su cuñado Eduardo Trejo.
Guzmán García “intenta mimetizarse” mediante Komet Capital, que dirige su cuñado Eduardo Trejo.
En San Marcos tiene participación, junto con Vega Espinosa, el empresario Pedro Espadas Cervantes, exesposo de la exalcaldesa Angélica Araujo Lara.
Un pastel que se divide entre varios
Las fuentes consultadas por Central 9 afirman que la venta de los lotes no alcanza para pagar ni la tercera parte de la deuda de Escorfin, en el mejor de los casos.
Además, añaden, hay que considerar que en los desarrollos Roberto Guzmán está asociado con otras empresas de terceros, de tal manera que “no todo el pastel es para él” y el endeudamiento va creciendo más por los intereses generados.
Los escándalos en el Isstey: Una crisis que ya era bola cantada
Los problemas en Grupo Escorfin y las dificultades para cumplir sus obligaciones de pago ya se veían venir. En las calificaciones que le otorgó la empresa HR Ratings en 2017 y 2018, cuando ya Ulises Carrillo se había separado del Isstey pero dejó contratos firmes, se advertía del riesgo creciente.
Aquí las calificaciones otorgadas por HR Ratings a las empresas de Grupo Escorfin en 2017 y 2018:
En la calificación de 2018, último año del gobierno de Rolando Zapata Bello, se mencionan dificultades financieras relacionadas en parte con la unidad San Marcos y La Reserva. En las evaluaciones de la empresa se citan otros intereses de Grupo Escorfin:
“Distintos terrenos en los municipios de Hunucmá, Eknakán, Tetiz, San Antonio Chel, Valladolid y Conkal, en Yucatán, así como en Bacalar, Quintana Roo”.
Gran parte de la clientela, en el sector público
“Distintos terrenos en los municipios de Hunucmá, Eknakán, Tetiz, San Antonio Chel, Valladolid y Conkal, en Yucatán, así como en Bacalar, Quintana Roo”.
De acuerdo con agentes del sector financiero, Roberto Guzmán vende certificados de deuda principalmente a instituciones gubernamentales: tesorerías estatales, universidades públicas, fondos de pensiones de los estados, fideicomisos gubernamentales e, incluso, algunas agencias del gobierno federal.
Para este proceso de venta se apoya en una red de promotores de casas de bolsa, con clientela principalmente en gobierno, que le ayudan a colocar los productos a cambio de una elevada comisión.
Los escándalos en el Isstey: La clásica “patada de lata”
En los últimos años, señalan nuestros informantes, Escorfin no ha podido seguir colocando esos instrumentos a la velocidad que requieren sus compromisos de pago. Por eso ha estado proponiendo a los tesoreros o a otros funcionarios públicos que renueven sus emisiones para “seguir pateando la lata”.
Muchos funcionarios han accedido a la renovación justamente para también “patear el bote”, añaden, a fin de ganar tiempo para ver si se resuelve la situación antes de tener responsabilidad ellos, porque en la mayoría de los casos fueron estos mismos funcionarios los que decidieron invertir.
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Sin embargo, la deuda es tal que constantemente vienen vencimientos y en muchos estados no solo hay cambio de gobernantes sino también de partido.
Entre los vencimientos más cercanos, nos indican, están los del Isstey, en octubre; de la Universidad de Aguascalientes, en noviembre, y otro con el gobierno de Hidalgo.
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