Alejandrina Sandoval es amante de la playa y la naturaleza. Desde pequeña ha sentido una conexión muy fuerte con el sol, por lo que un día logró fusionar estas dos pasiones y así encontró su nuevo proyecto de vida: lograr un México bronceado.
Lo que comenzó como un “hobby” terminó por convertirse en “Sun Caramel”, un negocio que ahora tiene una línea de siete productos y que comercializa por medio de su e-commerce a todo México y algunos países del extranjero.
“He sido amante de la naturaleza desde que tengo memoria y siempre quise poner mi granito de arena y ahora lo estoy logrando” comenta Alejandrina.
Siempre me ha gustado broncearme y estaba en búsqueda de un buen producto. Un día, llega a mis manos un bronceador que me gusta e hice clic con el dueño, así que empezó a fabricar para mí con algunos cambios que le pedí.
Después la gente empezó a decir que le gustaba mi bronceado y pues poco a poco se comenzó a comercializa de manera súper orgánica. Yo no podía creer que se estuviera vendiendo porque de verdad, era un bote que parecía aderezo mil islas jaja.
Un día, tuve la oportunidad de ser patrocinadora de Fashion Vogue Night Out y eso le dio un boom al negocio. Yo siempre he visto el bronceado como un accesorio. Entonces cuando entramos a Vogue, se hace mi sueño realidad, porque mi bronceador ya entraba como moda.
A partir de ahí, me gustó mucho el concepto a donde se estaba yendo. Ya empezabas a encontrar mi producto en una boutique, una estética, un spa.
Yo creo que mucho fue ego. De ese ego que se agradece. Mucha gente me decía que no iba a poder, que no era posible. Y creo que fue clave el no escuchar a nadie a pesar de sus palabras y pensar que sí podía.
Ese tipo de comentarios me hacían a mí echarle más ganas en que sí iba a poder, ¿Sabes? ¿Cómo es posible que alguien te pueda decir que no, cuando ellos ni siquiera lo han intentado?
Yo era la única que sabía que lo estaba trabajando, que no dormía por luchar por su sueño.
También mucha gente me decía: ¿Cómo vas a ser competencia de marcas como Hawaiian Tropic? Pero yo no buscaba ser competencia de una marca comercial. Yo quería poner un granito de arena y hacer cosas que fueran buenas para la piel, para la gente y para el medio ambiente. Yo sabía que mi mercado era muy diferente.
Hace ocho años la gente me decía es que está caro, pero ahorita la gente no pregunta cuánto es, porque ya le saben el valor agregado de mi marca.
Algunas de las cosas que hacemos diferentes, son que nuestro envase es biodegradable. Me costó tres años que una empresa confiara en mi propuesta e hiciera mis volúmenes. Son cositas pero me emocionan muchísimo.
También, nuestros productos tienen ingredientes naturales certificados por Ecocert, nuestros displays están hechos de retazos de madera de mueblerías y en accesorios, tratamos de tener puros artesanos mexicanos como proveedores.
Cada día somos un poquito más los que estamos preocupados por cuidar el medio ambiente. Ya la gente se pregunta qué está consumiendo, la gente investiga más y eso me encanta.
Además, con nuestra agua de rosas ayudamos a asociaciones de mujeres vulnerables. ¡Me encanta devolver un poquito de lo que nos llega!
Creo que siempre hay retos. Cuando emprendes, todos los días hay problemas, obviamente en diferentes magnitudes, pero yo creo que el COVID ha sido el más grande porque mi producto no es necesidad básica, es un producto para vacaciones.
Cuando llegó la primera ola y o pensé que ya había tronado. Pero un día empecé a leer sobre la importancia de la Vitamina D en los temas de salud.
Entonces dije: nos vamos a ir por ahí. La gente no se va a ir a la playa ni va a salir de su casa, entonces hay que promover “Acapulco en la Azotea”, y ese fue nuestro enfoque. Si quieres algo natural para sobrellevar esta enfermedad sin meterte tantas cosas, esta es súper buena opción, así que a tomar el sol por la ventana.
Y no es broma, pero no se dejó de vender ni un solo día. Afortunadamente los clientes que tiene Sun Caramel, aman la marca y todos empezaron a ayudarnos, a subir contenido, promovernos, etc.
Eso es lo bonito de una crisis como esta, cuando realmente ves desde afuera la situación, empiezas a ver cómo solucionarlo y eso está increíble.
Afortunadamente la marca ha crecido mucho, y como broche de oro, mi mejor año, fue el año pasado. aún con COVID y otras cosas.
Cuando empecé era un bronceador y ahora ya tenemos siete productos en varias versiones diferentes. También hay accesorios, otros cuatro productos en puerta por salir.
Bloqueador, 2 bronceadores de crema y de aceite, aceite de coco, aloe spray, repelente de mosquitos y una agua de rosas.
Ahora no solo se vende Sun Caramel en boutiques y tiendas, también se personalizan los productos y los hoteles de lujo los compran para regalárselos a sus huéspedes.
Primero queremos lograr un México bronceado y luego vamos por un mundo bronceado. Vamos poco a poquito, México es muy grande y tenemos para un rato. Aunque afortunadamente hemos tenido clientes que nos han buscado en Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica, Europa.
También se agregan nuevos productos que tenemos trabajando tres años. Queremos dejar en alto que en México se hacen cosas chidas.
No escuchen a la gente y sigan sus sueños. Tal cual. Nadie les va a decir lo que a ustedes les vibra. Si te vibra y te da paz, ahí es. Lúchale y trabájale. Y sí, vas a llorar y te vas a desvelar y vas a creer que no puedes pero sí se puede. Organízate, ve prioridades, pero confía en ti, eso es lo más importante. Confía en tu intuición.
“Los sueños no llegan solos, los sueños se trabajan”
Instagram: @sun_caramel