Un emprendedor ecuatoriano gana casi el doble del salario básico … – Diario La Hora

Martes 31 de Enero del 2023
Los emprendedores por necesidad son gente con un empleo mal pagado que buscan redondear su presupuesto mensual.
Alrededor de siete de cada diez jóvenes entre 18 y 29 años han pensado al menos una vez en convertirse en emprendedores. Sin embargo, solo entre el 45% y 52% de ellos dan el salto a establecer algún tipo de negocio, en la mayoría de casos precario, para conseguir ingresos.
Ecuador es uno de los países de América Latina con la tasa más alta de emprendimiento, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM); pero el principal problema es que los negocios comienzan prácticamente a ciegas, sin conocimientos básicos de finanzas y de contabilidad. Además, buscan replicar “cosas seguras” que ya están en el mercado.
Como explicó Andrés Zurita, director ejecutivo de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación del Ecuador (AEI), “A la mayoría de los emprendedores ecuatorianos no les gusta arriesgarse. Les gusta quedarse pequeños, no contratar mucha gente ni internacionalizarse. Todos quieren hacer algo, pero algo seguro. Quieren poner una tienda, quieren vender algo que sepan hacer, algo de comida básico”.
En la práctica, esta realidad se traduce en que los ingresos de un emprendedor ecuatoriano llegan a entre $375 y $750 mensuales en promedio. En otras palabras, más del 30% llega a ganar menos del básico; un 50% le queda un ingreso parecido al de un empleado común en el sector privado; y solo 20% puede escalar para convertirse en un negocio realmente rentable.
Según Susana Robles, economista y emprendedora, el perfil del emprendedor precario ecuatoriano incluye una edad promedio de 36 años y actividades sencillas de servicios semi formales como alimentación o reventa de productos.
“Aunque cada vez hay más emprendedores por vocación que buscan oportunidades; un gran porcentaje son los típicos empujados a ser empresarios por necesidad. Ecuador mantiene taras como una mentalidad anti empresarial, y una pésima educación financiera, que hace que montar un negocio sea visto casi como un castigo o la última opción ante la crisis. Por eso todo se mantiene pequeño y precario”, puntualizó.
Según una reciente encuesta de la plataforma Multitrabajos, el 46% de los ecuatorianos con empleo formal está descontento con su actividad laboral y hasta ha pensado en renunciar. La principal causa son los bajos sueldos que se pagan.
Gran parte de esos empleados se convierten en emprendedores de medio tiempo para mejorar de alguna manera sus precarios ingresos. Este tipo de emprendedores son los primeros en buscar una segunda ocupación sencilla, que requiere poca inversión y que además no tome demasiado tiempo.
Sin embargo, en esas condiciones es muy poco probable que se pueda construir un negocio con reales posibilidades de crecimiento y desarrollo. Natassja Ruybal, programs lead y senior entrepreneur de Endeavor Ecuador, puntualizó que un emprendimiento exitoso no puede ser el resultado de una actividad que se hace en teoría en los ratos libres, porque así nunca llegará lejos e incluso podría ser una fuente de más problemas financieros.

Uno de los principales consejos que dan emprendedores exitosos es que se busque asesoría y acompañamientos de las incubadoras y aceleradoras que están disponibles en el mercado. En el primer caso están Conquito y Épico en Quito y Guayaquil. En el segundo caso, hay opciones como AEI, Endeveador y Kruger Labs.
Sin embargo, se pueden establecer al menos cinco claves para ir de un emprendimiento solo de supervivencia a otro con posibilidades de escalar y ser rentables.
Según Ernesto Kruger, socio fundador de Kruger Corporation, lo primero que hay que entender es que el emprendimiento es “un deporte de alto riesgo”; sobre todo en un país sin certezas ni seguridad de ningún tipo.
Por eso, la persona tiene que prepararse para soportar el fracaso. Es decir, debe autoeducarse para desarrollar sus capacidades de resiliencia: ser fuerte mentalmente, formado espiritualmente en valores; y con conocimiento de sus virtudes y limitaciones.
Luego de tener una base interna, el segundo paso es viajar y tener relación con otros, es decir, desarrollar el llamado networking o la red de contactos para hacer negocios.
“Todo se fundamenta en la red que tengas. A veces alguien dice que si es famoso en su barrio y con eso basta. No, sal del barrio, sal de tu ambiente, de tu estatus quo. De la red surgen muchas cosas como ideas o amigos para emprender algo”, puntualizó Kruger
El tercer paso es observar, escuchar y analizar las necesidades y problemas que tiene la gente en su vida diaria. Con base en eso, se puede pensar en soluciones que se transformen en ideas de negocio.
“El principal elemento de la innovación se llama el cliente. No se puede hacer nada realmente innovador, que sea escalable, y genere más ingresos, si no se entienden los comportamientos, si no se encuentra que es lo que realmente necesita la gente”, concluyó.
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