Tuvalum, el escaparate de venta digital para los aficionados a la bicicleta – La Vanguardia

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Los cofundadores de Tuvalum, Ismael Labrador y Alejandro Pons. 
Neus Navarro
València
Hace aproximadamente un año el Ayuntamiento de València hacía balance de su apuesta por la movilidad sostenible y cifraba en 110.000 los desplazamientos diarios en bicicleta que se hacen por la ciudad. Parejo a ese balance -un aumento de casi un 20% más que en 2017-, han crecido negocios como el que fundó Alejandro Pons, una startup valenciana que vende online bicicletas en un marketplace al estilo de Wallapop.
Con matices, eso sí. El trueque entre comprador y vendedor pasa antes por la revisión de los asesores de esta firma, que “comprueban la talla, componentes y uso, y si tiene desgastes se reacondicionan, a no ser que la bicicleta esté fisurada o en muy malas condiciones”, explica su cofundador, ingeniero industrial valenciano y exalumno de la Universitat Politècnica de València, de donde pasó directamente a la incubadora Denium startups para “resucitar” un proyecto que había activado cuando solo contaba con 17 años.
“Siempre me he considerado emprendedor de vocación”, dice, nada más descolgar el teléfono. Por eso dudó poco cuando entró en Denium y, en una dinámica de grupo, conoció al que ahora es su socio, Ismael Labrador, periodista, y quien también tenía interés en emprender en el mundo digital.
De esa intención, y de su afición a la bicicleta y a otros deportes al aire libre, nació Tuvalum, un proyecto que traslada la experiencia de otras plataformas a la industria de la bicicleta, “anclada en modelos de distribución y políticas del siglo pasado con la intención de poder digitalizar la industria”, define su cofundador.
Actualmente, explica, «con lo difícil que está siendo gestionar la cadena de suministros, están habiendo grandes retrasos en la primera mano -de tres, seis y hasta 12 meses- y la segunda mano ha crecido mucho», añade. De hecho, su oferta es, en un 90%, producto ya usado.
Su propuesta, apunta, inyecta liquidez en el mercado gracias a la compraventa de piezas de segunda mano, y resuelve la necesidad y el problema del ciclista en un mismo lugar. «Evitamos el riesgo de quedar con un desconocido», advierte Pons, en alusión a plataformas como Wallapop, de cuyo modelo también se diferencia porque, una vez cerrada la venta, es Tuvalum la que envía packaging para el correcto embalaje de la bicicleta y quien la traslada hasta un almacén para revisarla antes de dársela al comprador. Las almacenan y revisan en un par de talleres ubicados en Valencia. 
Desde hace unos meses, han agilizado la venta realizando una oferta de compra en 24 horas al usuario, de manera que el comprador tenga la opción de venderla «si tiene mucha prisa. Si no, puede esperar y negociar con las ofertas que le vayan entrando». Como Wallapop, eso sí.
En 2021 han facturado 8 millones de euros y su crecimiento es del 100% con una plantilla que roza la treintena de personas. Han cumplido sus previsiones, apuntaladas por el auge de los planes de movilidad sostenible que ciudades como València, pero también Barcelona donde suman mucha clientela. Aseguran que «la fiebre de la bici», el confinamiento y el impulso que están dando ciudades que están pensadas para montar en bici están favoreciendo enormemente al negocio. 
Actualmente son más de 660 las tiendas españolas que se han apoyado en Tuvalum para vender sus bicicletas, 250 de ellas en la Comunidad Valenciana. A través de su red, los comercios especializados también venden y compran, y este fue uno de los canales que usaron estas para seguir manteniendo el negocio durante el abrupto cierre que supuso el confinamiento. «En ese tiempo les anulamos durante 60 días la comisión que cobramos por cada operación», apunta el emprendedor, satisfecho. 
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