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Son de los negocios que más inversionistas atraen por lo que pueden obtener. Bloomberg hizo un reciente listado.
6 de enero, 2022 – 19h55
Cada año las listas de millonarios hechas por revistas especializadas en negocios y finanzas muestran cifras más altas y sorprendentes.
Los magnates de la tecnología, las ventas minoristas e incluso del lujo vieron crecer durante el 2021 su fortuna en miles de millones de dólares, según un listado de Bloomberg sobre las personas que terminaron el 2021 como las más ricas del mundo.
El primer lugar fue para Elon Musk con $ 277,3 miles de millones, gracias a sus empresas SpaceX y Tesla; el segundo para Jeff Bezos, el rey de las ventas en internet con su empresa Amazon, con $ 194,8 miles de millones; el tercero es para el francés Bernard Arnault, con $ 175,7 miles de millones cimentados en el negocio de las marcas de lujo como Louis Vuitton.
Del cuarto al décimo lugar, solo uno no es magnate de una empresa tecnológica, aunque tiene una gran participación en firmas de este campo como Apple: Warren Buffet. El resto lleva décadas creando productos y servicios para el mundo de la computación: Bill Gates (Microsoft), Larry Page y Sergey Brin (Alphabet, dueña de Google), Mark Zuckerberg (Meta, dueña de Facebook), Steve Ballmer (Microsoft), Larry Ellison (Oracle).
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Sin duda las inversiones en esta área han tenido un crecimiento exponencial las últimas décadas. Los inversores han mirado hacia la tecnología y sus diferentes aplicaciones innovadoras, muchas de las cuales se han visto más cercanas ahora con la pandemia que antes. Esto, sumado a la marca personal que varios de ellos han creado, les ha dado credibilidad. Algunos como Musk y Gates mantienen unas relaciones públicas que los ponen siempre en las noticias.
Danny Barbery, decano de Comunicación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, dice que mucho tiene que ver cómo el mundo está apostando a la tecnología. “Tiene que ver también con la globalización de este tipo de negocios. Un negocio físico, no virtual, normalmente requiere mucha inversión (…). Mientras que a nivel virtual se puede amplificar el mercado. La diferencia de en dónde radica la inversión en los negocios digitales está en la logística, seguridades e infraestructura tecnológica que se debe manejar. Ahora (estas personas) no solo están metidas en negocios tecnológicos, sino que diversifican el riesgo”, apunta Barbery.
Otro punto que resalta es la masificación de sus productos y que al momento que ellos desarrollan grandes bases de datos de usuarios esto les permite generar contenido mucho más atractivo para ellos y comienzan a generar pauta publicitaria. Se convierten en intermediarios muy poderosos.
Franklin Velasco, profesor investigador del área de marketing en la Universidad San Francisco de Quito, también menciona que desde el punto de vista de los inversionistas los negocios que tienen estas personas son buenos en cuanto a rentabilidad -a veces inmediata-, por lo que los buscan siempre, ya sean para asociarse o comprar sus acciones. También, sobre todo al inicio, es una apuesta especulando que tendrá éxito estudiando diversos factores, como pasa ahora con el metaverso, por ejemplo.
“Un sistema de distribución ágil como es Amazon, los bienes de lujo, la tecnología -por citar a los negocios de las primeras tres personas de la lista- es el portafolio ideal para un inversionista porque está asegurando ese retorno sobre su inversión”, dice Velasco, quien agrega que desde la demanda, por efecto de la pandemia, se necesitan canales más eficientes y distribución efectiva donde hay menos contacto entre el consumidor y el empleado que atiende a nivel retail. Entonces el nivel de ventas que genera Amazon en este escenario es mayor, obtiene más ingresos, más rentabilidad y por lo tanto más gente quiere invertir y cuestan más sus acciones.
Lo mismo ocurre con la tecnología y hasta con los bienes de lujo, que tiene una demanda bastante estable, más allá de que ahora nos estemos reevaluando nuestro papel como seres humanos y la sustentabilidad, pero incluso ahí entran productos como Tesla de Musk o recibir paquetes hasta por drones con Amazon, o puede ser un accesorio de lujo que puede provocar un momento de felicidad a alguien, más allá de si los demás están de acuerdo o no en el gasto.
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Esto, sin olvidar el conocimiento que han adquirido en las tendencias del mercado y del consumo y a dónde se dirige. Además piensan no en mercados emergentes como el ecuatoriano, sino en los que tienen una población con poder adquisitivo y hay normas y regulaciones que facilitan emprendimientos grandes, también donde existe el know how con acercamientos con fondos de capitales y entre las empresas privadas con la academia, comenta Velasco.
Musk acabó el año con 116.000 millones más que en 2020, lo que le permitió desplazar a Bezos, quien solo aumentó 1.100 millones, del primer lugar.
En el caso de Arnault, pese a lo ocurrido en el mundo las ventas de los productos de lujo se han mantenido y crecieron durante los últimos doce meses de 113.000 millones a casi 176.000 millones.
En general, los multimillonarios aumentaron un 30 % su fortuna. Algo que también causa críticas desde sectores que promueven más impuestos para los superricos.
El segundo año de pandemia ha marcado que las 50 personas más ricas del mundo lleguen a acumular $ 3,4 billones en total.
La primera mujer en la lista aparece en el puesto 11, Francoise Bettencourt Meyer, dueña del grupo L’Oréal, de productos de belleza.
Tres de los hermanos Walton (Jim, Rob y Alice), dueños del gigante del retail Walmart, también están dentro de los 20 más millonarios del mundo.
Velasco también cree que se debería conocer lo que hacen con estas fortunas en términos de filantropía, ayuda social, cuidado del medioambiente, proyectos de sustentabilidad. (I)
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