Oxxo saca los guantes, desmiente crítica presidencial de un menor pago de luz – Sentido Común – Negocios, Economía, Mercados

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27 de ene. (Axis Negocios) — Cada vez que puede, el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que es necesaria la reforma constitucional en materia energética para que las empresas no sigan gozando de los privilegios que les dio la apertura del sector, sobre todo porque desde su perspectiva ese cambio benefició injustamente a grandes corporaciones, en perjuicio de las “familias” mexicanas.
     El argumento presidencial está supuestamente sustentado en que muchas compañías pagan hoy menos por la luz que consumen, que lo que pagan los consumidores individuales por sus recibos. En particular, una de las empresas que el mandatario constantemente señala como receptora de ese privilegio es la cadena más grande de tiendas de conveniencia en México, Oxxo, propiedad del conglomerado Fomento Económico Mexicano, o Femsa, con sede en Monterrey.
     “Los Oxxos reciben energía eléctrica más barata que los usuarios en el consumo doméstico, las familias, que pagan más”, dijo, por ejemplo, López Obrador en su conferencia matutina del miércoles de la semana pasada, agregando que esa menor tarifa es producto de subsidios injustificados que lastiman las finanzas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
     Hasta ahora, algunos analistas han cuestionado ese argumento presidencial, aceptando que si bien la apertura pudo derivar en algunos subsidios, la problemática podría resolverse con una simple reforma legal, o incluso con una resolución regulatoria, más no con una reforma constitucional que lo que busca en el fondo es revertir la apertura de un sector crucial para el buen desempeño económico del país.
     Los opositores a la reforma presidencial sostienen que con ella el presidente y el director general de CFE, Manuel Bartlett, lo que solo quieren es proteger a la empresa estatal, sus ejecutivos y sus trabajadores de no tener que competir para producir energías más baratas y más amigables al medio ambiente.
     Hoy, sin embargo, Oxxo decidió ponerse los guantes para desmentir uno de los principales argumentos del presidente y CFE para justificar una reforma que bajo muchos aspectos parece para algunos analistas innecesaria y contraria al beneficio económico de los mexicanos y del país.
    Con un anuncio digital, en el que una señora, tras anunciar en la caja registradora de un Oxxo que vino a pagar la luz, pregunta al tendero si es verdad que esos establecimientos pagan menos por la luz que consumen. “Mijo, dicen que ustedes pagan menos de luz que yo”, cuestiona doña Lupe.
     La respuesta del joven detrás del mostrador y portando el uniforme de Oxxo — camisa roja con el logotipo de la empresa–, es clara.
     “No, mire usted paga 682 pesos al bimestre y esta tienda Oxxo le paga a CFE 16 mil 870 al mes, o sea, aproximadamente 33 mil 740 pesos al bimestre. Usted paga 1.53 pesos por kilowatt hora y Oxxo 2.51 pesos por kilowatt hora”, dice el joven mientras en pantalla se ven los recibos de luz de CFE que paga un consumidor individual promedio y una tienda de conveniencia de la cadena, también promedio.
     Oxxo va más allá incluso con su anuncio a fin de no solo presentar una postura que desmiente a la del presidente, sino también usa su comercial para explicar que la energía que consumen esas tiendas la producen plantas privadas de energía eólica, que contaminan menos que muchas de las plantas de CFE, o incluso que algunas plantas privadas, de ciclo combinado.
    “La mayoría de las tiendas Oxxo reciben energía limpia de parques eólicos. Les cuesta alrededor de 14 mil pesos al mes y una parte se le paga a CFE, además ahorramos con refrigeradores de bajo consumo y luces led”, termina la explicación del tendero a nombre de Oxxo, que agrega posteriormente que los montos promedios de facturación presentados fueron ratificados ante notario público.
     Si bien es probable que con su anuncio Oxxo haya omitido deliberadamente revelar el subsidio a la tarifa de transmisión, que es también una de las quejas que repetidamente señala el presidente en sus conferencias matutinas y en sus giras por el país para justificar la reforma constitucional, las cifras de la cadena de tiendas parecen desactivar el argumento de que esa empresa paga menos de luz que los consumidores comunes y corrientes.
     Incluso, si el gobierno retirara el subsidio a la transmisión de las plantas privadas de energía, el diferencial entre Oxxo y una familia se ampliaría y haría aún más falso el argumento del presidente sobre que las empresas ganaron más con la apertura del sector eléctrico que la población en general.
     Muchos en México piensan que si bien existen algunos motivos válidos para revisar el diseño actual de competencia que existe en la industria eléctrica y que podría favorecer a unos (las empresa privadas, nacionales o extranjeras), en perjuicio de otros (CFE), sería contraproducente para el país revertir la apertura.
     Con ella, México ha visto crecer como nunca antes la generación de electricidad en el país, principalmente de plantas productoras de energía renovable, como lo es la eólica y la solar, al tiempo que gracias a esas plantas el país es más competitivo que antes en materia de energía, algo indispensable para que México siga atrayendo inversión extranjera y pueda continuar convirtiéndose en un importante centro manufacturero, más cuando muchas empresas necesitan, por compromisos individuales o de sus gobiernos, consumir energías limpias.
     Si la reforma es aprobada como la ha planteado el presidente y el director general de CFE, es probable que México no pueda abastecer, durante algunos años, las energías limpias que requerirían muchas empresas que quisieran invertir y producir en México para vender, a menores costos, en Estados Unidos y otros mercados desarrollados.
     Claro que para López Obrador y Bartlett estos argumentos de eficiencia productiva tienen poco sentido. La visión que ambos tienen de la industria eléctrica del país es político-electoral y está además sustentada en la ideología nacionalista que perduró en México por casi setenta años, desde los treintas hasta el año 2000  del siglo pasado y que si bien tuvo éxito durante varias décadas, terminó fracasando ante el crecimiento poblacional y las crecientes necesidades de sus ciudadanos.
     Para muchos analistas de aprobarse la reforma eléctrica en sus términos actuales, México podría frenar su desarrollo económico y social, enemistarse con el capital privado y enfrentar serios litigios con sus dos principales socios comerciales –Estados Unidos y Canadá–, cuyos gobiernos ya han presentado sus preocupaciones a las autoridades mexicanas por los cambios propuestos, algo que podría derivar en demandas y reembolsos sustanciales para compañías extranjeras, a costa de los contribuyentes mexicanos.
     Es por ello que empresas como Oxxo, especialistas y consumidores han comenzado a elevar la voz en contra de la reforma energética a fin de que el presidente recapacite y negocie cambios que protejan a CFE pero no desmantelen la participación privada en la industria.
     Oxxo incluso montó ya una página en internet dedicada a explicar a los mexicanos todo lo vinculado con el consumo de energía por parte de sus tiendas. Hasta ahora la defensa más clara por parte de una compañía, del modelo actual de competencia en el sector eléctrico y contrario a lo que busca hacer López Obrador.
 
Fecha de publicación: 27/01/2022

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