Nuevas formas de entretenimiento y dinero rápido – El Economista

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Por Lourdes Villanueva González
El internet está inundado de información acerca de nuevas oportunidades económicas digitales. Si usted googlea “nuevas formas de hacer dinero”, le aparecerán miles de sitios web que dicen tener la fórmula probada para ganar dinero por internet. Estos sitios, además de destacar lo que ellos venden, por supuesto, arrojan listas de actividades y negocios que un usuario puede comenzar a realizar, sin ningún tipo de inversión inicial, a través del apalancamiento de las plataformas digitales y las redes sociales. Destacan negocios como el dropshipping, convertirse en influencer, realizar marketing de afiliados, contestar encuestas en línea, ser un asistente virtual y muchos más, que pueden ayudar a los usuarios tener un ingreso adicional o sustituir el trabajo tradicional que paga poco y exige muchas horas de trabajo, por uno que con menos tiempo pueda generarles más ingresos.
A pesar de que estos sitios dicen que estas son formas de hacer dinero “rápido”, por la simpleza que puede representar realizar ciertas actividades, muchos de estos negocios están basados en tener una audiencia grande y fiel- lo que no es tarea ni rápida, ni sencilla. Además, emprender no es tarea fácil, requiere de muchas habilidades y de ciertas destrezas, así como de aprender a hacer dicha actividad de forma correcta para que eventualmente se convierta en un ingreso escalable.
Sin embargo, lo que sí está funcionando para creadores que ya cuentan con una audiencia fiel, a generar ingresos rápidos y fáciles, es la realización de actividades de conexión y entretenimiento de livestream con sus seguidores. Esta actividad, que YouTubers realizan desde hace tiempo es mantener la cámara encendida en un video en vivo, el cual no se apaga sino hasta que los usuarios dejen de pagar por ello-o el streamer llegue al agotamiento. Con en-vivos de más de 24 horas para poder impactar todas las zonas horarias de su audiencia, donde los expectadores “paga por ver” un big brother auténtico y sin dramas telenovelescos de la vida cotidiana: los ven comer, trabajar, arreglarse, maquillarse y realizar su vida normal hasta el hartazgo.
Pero sin duda, la actividad en vivo que más me ha llamado la atención hasta el momento por su simpleza y por los miles de dólares que está generando es la de los “interactive sleep streamers” que- como lo recoge Amelia Teit en la revista Wired- aceptan donativos de usuarios que quieren despertarlos a través de luces o sonidos muy fuertes. La mecánica es muy simple. Los espectadores donan dinero en la aplicación donde está el streaming, por ejemplo Twich donde los gamers ganan dinero a través de jugar videojuegos en vivo. De acuerdo con el monto donado, sucede algo para despertar al streamer “dormido”, como por ejemplo: se prenden luces en la habitación, suenan las bocinas a todo volumen, se rompe un globo de harina sobre su cabeza o incluso le generan un electro shock a través de un brazalete bluetooth. Los expectadores piden formas cada vez más extremas de interacción para despertar a los streamers.
Los streamers más exitosos en este micronicho pues, son los gamers quienes inclusive ven esta actividad como un descanso después de jugar videojuegos todo el día. TikTokers están incursionando en este tipo de entretenimiento para levantar fondos mientras duermen. Desafortunadamente, aquellos que deciden tomarse un descanso del livestream pierden vigencia y miles de seguidores en un par de días. Es verdad que quienes le pegan a este negocio pueden generar mucho capital en poco tiempo, para luego buscar alguna otra cosa qué hacer con ese dinero.
La realidad es que nos hemos vuelto consumidores caprichosos. Nuestra intoxicación de dopamina, la imperante necesidad de mirar la pantalla hace que como audiencia, abandonemos a quien se desenchufe hasta para descansar un rato. Dejamos de ir al circo, para no maltratar a los animales, pero pagamos para que un ser humano se deprive del sueño por hasta 48 horas, mientras le sucedan cosas que nos parecen divertidas y cada vez más exitantes. Continuamos con la explotación pero en nuevas modalidades, ya sea por uno o por treinta y cinco mil dólares. ¿Vale la pena?
* Lourdes Villanueva González es profesora de la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Panamericana. Licenciadaen Comunicación y Maestra en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Panamericana. Es socia fundadora de Saxum Media y CEO de Wombat Accelerate.
Twitter: @yuyisvg

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