Finanzas
(ARCHIVO)
En 1965 se fundó Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (AMEXME), única asociación mexicana afiliada a Les Femmes Chefs D’Entreprises Mondiales -FCEM, por sus siglas en francés- con sede en París. FCEM es la asociación pionera que une a mujeres empresarias de todo el mundo y fue fundada en 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial. Hoy tiene presencia en 120 países en los cinco continentes.
El porcentaje de mujeres en México es un poco más del 51%, AMEXME es la plataforma de capacitación, impulso y empoderamiento de mujeres, con 70 capítulos consolidados en la república mexicana.
El principal objetivo de la Asociación es la participación de las mujeres empresarias en espacios que impulsen el crecimiento de sus empresas con capacitación para lograr las mejores prácticas de trabajo, alianzas entre empresarias con redes de negocios para mejorar la economía, promoviendo la amistas entre las empresarias mexicanas de toda la república y del mundo de la mano de la tecnología.
Mi primer contacto con la AMEXME fue en el año 2016, la presidenta me invito -acompañado por mi esposa-a presentar mi libro motivacional para mujeres «Ya no le muevas a las Viejas» en su convención anual que en ese año fue en el Centro de Convenciones de Tuxtla Gutiérrez. Yo no tenía idea de lo que era la Asociación y suponía que en ese tiempo tendría pocas asociadas. Hoy tienen 70 capítulos en las principales ciudades de nuestro país.
Me programaron como el primer orador y para mi gran sorpresa, en el Centro de Convenciones estaban reunidas más de 500 mujeres empresarias de México, pude notar que prácticamente la gran mayoría eran mujeres de mediana edad, aunque había algunas mujeres mayores. También note tres rasgos característicos en ellas: muy buena presentación, muy sociables y positivas -al fin, empresarias exitosas-. Mi esposa y yo tuvimos oportunidad de convivir con ellas.
Ayer de nueva cuenta tuve contacto con AMEXME en su capítulo Laguna. Organizaron con mucho éxito una feria de emprendedoras en la que expusieron sus productos y servicios. Su presidenta Sonia María Rodela es una líder que tiene un gran optimismo apoyando a las empresarias laguneras.
Una mujer emprendedora es aquella que es capaz de visualizar una oportunidad de negocio, iniciar un proyecto al respecto, y hacerlo perdurar en el tiempo. Asume los riesgos que esto puede suponer y, algo sumamente importante, se adapta a a las circunstancias de cada momento. Siempre con prudencia, la mujer emprendedora está dispuesta a llevar al éxito su proyecto y busca conseguir lo que se propone cueste lo que cueste.
Algo muy característico en la mujer emprendedora, es su autonomía e independencia, sus ganas de salir adelante por sí misma y lograr sus objetivos aceptando ayuda y al mismo tiempo sin depender de nadie. Una emprendedora exitosa tiene la capacidad de ver un problema desde varias perspectivas diferentes y, además, tener ideas originales. Aprende a hacer crecer su negocio detectando tendencias y oportunidades en el mercado que pueda aprovechar para su negocio.
México es el segundo país de América Latina, después de Chile, en el que las mujeres tienen mayores oportunidades para emprender. Aun con la pandemia -o quizá gracias a ella-, las cosas lucen mejor que nunca para las mujeres emprendedoras en México; sin embargo, la realidad es muy diferente. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), solo 19% de los emprendedores en México son mujeres. Hablando solo de las mujeres, el 49% tienen entre 18 y 34 años, mientras que el 41% tiene entre 35 y 54 años.
Considerando que en México las mujeres tienen mayor tasa de graduación de educación universitaria que los hombres (21% comparado con 18%), no es sorpresa ver que 65% de las mujeres emprendedoras tienen estudios universitarios, frente al 53% de los hombres.
¿Por qué deciden emprender las mujeres?
El Inegi también detalla que entre las motivaciones que tienen las mujeres para emprender las más relevantes son: el 29% desea tener un negocio propio e independencia, el 20% tiene necesidad de elevar su calidad y nivel de vida, el 20% lo hace por gusto., el 8% busca continuar el negocio familiar, el 13% porque perdieron su empleo y decidieron emprender.
Las empresas que constituyen las emprendedoras mexicanas están mayormente enfocadas a la comercialización de productos de consumo (62.3%) y, a pesar de que las empresas lideradas por mujeres suelen ser menos tecnológicas e industriales, 17.8% de ellas ofrecen productos o servicios únicos en el mercado, algo que las hace las más «innovadoras». Por otra parte, las empresarias destinan más del 70% a su comunidad y familia, mientras que los hombres sólo inyectan a esos rubros entre 30 y 40% de sus recursos.
Otro dato que hace constar el buen desempeño de las mujeres empresarias es que ellas cuentan con planes de negocio más sólidos y buscan más canales de financiamiento cuando los necesitan y, además, de cada 100 mujeres que solicitan un préstamo para invertir en su empresa, 99% salda su deuda por completo.
Aunque en los últimos años se ha hecho un esfuerzo importante para disminuir la brecha de género en el sector empresarial, la realidad es que aún son muchos los obstáculos que tienen que enfrentar las mujeres para participar de forma equitativa en el mercado laboral y en el mundo empresarial. Social e históricamente a las mujeres se les ha impuesto la responsabilidad del llamado «trabajo doméstico», lo cual tiene dos efectos en su incorporación al mercado laboral: disponen de menos tiempo para dedicarlo al trabajo remunerado y, las actividades de cuidado del hogar se trasladan cada vez más al ámbito de las actividades productivas.
Las desigualdades de género que prevalecen en los mercados laborales de México y en general en Latinoamérica, provocan que las mujeres se ubiquen en trabajos relacionados con el comercio y servicio doméstico, de medio tiempo y con salarios bajos. Las mujeres de bajos recursos son las que tienen mayores problemas para insertarse al mundo laboral.
La realidad es que para que exista el crecimiento en un país, el empoderamiento económico de las mujeres es de vital importancia. La buena noticia es que las emprendedoras mexicanas van por buen camino y siguen cambiando para bien el panorama de los negocios al volverse cada vez más visibles gracias a sus ideas innovadoras y al éxito de sus compañías. Las mujeres son empresarias imparables y con una buena estrategia, podrán acotar cada vez más la brecha de género.
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