El Fraccionamiento Miramapolis es el más grande de Ciudad Madero, cuyo censo de habitantes supera las siete mil personas; ahora ante la crisis económica y el desempleo, la mayor parte habitantes ha optado por habilitar alguno de los cuartos de sus viviendas como comercio.
El crecimiento de los negocios ha crecido de manera exponencial, tanto los informales como aquellos que han convertido sus casas en algo más que un recinto para vivir sino también para producir y generar los recursos necesarios para subsistir en medio de todos los problemas que trajo el coronavirus.
Desde el acceso, hasta la última casa de los fraccionamientos que conforman la Miramapolis, no hay una sola cuadra donde no exista algún tipo de negocio, tanto de misceláneas, ferreterías, carnicerías, farmacias, venta de ropa usada, cybers, tortillerías, estéticas, cosméticos, minisupers, cuartos de lavado, papelerías y todo tipo de giros.
El representante de este lugar, Juan Antonio Muñiz Bautista, el “conta” como todos lo conocer, refirió que anteriormente sí había locales, pero en los últimos dos años, cada manzana del fraccionamiento se ha llenado prácticamente de ellos, por familias que han decidido emprender como último recurso al no encontrar trabajo.
Inclusive se ha catalogado como una mini ciudad, los habitantes ya ni siquiera salen de este enorme fraccionamiento para comprar lo indispensable del hogar, pues a una o dos cuadras, tienen todo lo que pudieran conseguir en el resto de la ciudad.
También se han apoyado en las redes sociales y en grupos de whatsapp o Facebook, publican todos los artículos y servicios que ofrecen dentro de Miramapolis. Rápidamente reciben pedidos desde su teléfono celular. En el mejor de los casos, llevan lo solicitado hasta la puerta de sus casas.
Trabajadores de diferentes oficios, también han sabido aprovechar estas plataformas y ofrecen sus servicios en plomería, albañilería, repartidor, electricista, mantenimiento, entre otros y son contratados por sus mismos vecinos, siendo este fraccionamiento autosuficiente para todos los habitantes.
Al incrementarse el dinamismo económico en esta parte de la urbe petrolera, las familias piden a la Policía Estatal que incrementen los recorridos de vigilancia no solo en el día, sino también durante las noches, ya que el problema de robos persista, y ahora más que existen más áreas de oportunidad.
Otra de las desventajas que tiene este conjunto habitacional de grandes dimensiones es que a pesar de que son miles las familias las que ahí habitan, solo tienen un acceso y una salida, que de ser bloqueada quedarían prácticamente varados en este sector.
Si bien es cierto que existen dos brechas, una hacia el corredor urbano Luis Donaldo Colosio y otra hacia la colonia Puerto Alegre, estas se encuentran en pésimas condiciones y en tiempos de lluvia intransitables.
Lo anterior hace urgente una obra de conectividad, debido a que las emergencias no son un supuesto. Al estar a escasos metros de la refinería Francisco I. Madero, en varias ocasiones han estado expuestos a fugas de hidrocarburos y explosiones durante años anteriores.
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