Este año la legaltech chilena planea abrir oficinas en Colombia y Argentina mientras desarrolla nuevas herramientas tecnológicas que buscan que las firmas de abogados sean más rentables y ágiles. La incipiente digitalización de la industria legal en la región, según el ejecutivo, es una gran oportunidad para firmas inversoras para seguir penetrando mercados.
En 2019 el fondo norteamericano de private equity, Accel KKR, adquirió el 75% de Lemontech, lo cual le dio un fuerte impulso a la legaltech más grande de América Latina | Lemontech
En medio de grandes estudios de abogados y áreas legales de empresas que usan hojas de Excel para manejar la administración o crean grupos de WhatsApp en los que comparten fotos de documentos de casos que son posteriormente impresas, la empresa de software para abogados, Lemontech, se abre camino en la tarea digitalizar a la tradicional industria de servicios legales en Latinoamérica.
Ejemplos como estos son solo algunos que reflejan que la transformación digital de esta industria es bastante incipiente. “Todo lo que orbita la experiencia del acceso al derecho, tanto el trabajo del abogado, la administración de justicia y el consumo de juristas tiene muchas oportunidades de mejora porque no está a la par del siglo XXI. No se tiene al cliente en el centro ni una buena capacidad de gestión y tampoco las herramientas para administrar el negocio y muere”, dice el argentino Mariano Werner, CEO de Lemontech. “Hoy hay tantos estudiantes de derecho como abogados y la competencia ya es feroz. Ahora tenemos un cliente más empoderado y con el COVID se aceleró la digitalización de muchas cosas. Es muy claro que el abogado se tiene que transformar, pero no es muy claro cómo”, agrega.
De esta forma, para la legaltech de origen chileno, el terreno de juego para penetrar más mercado es vasto. A la fecha, atienden a más de 600 clientes en 20 mercados en Latinoamérica y cuentan con tres oficinas en Chile, México y Perú. Este año abrirán una sede en Colombia y Argentina. Adicionalmente a sus clientes de paga, Lemontech cuenta con un modelo freemium al que acceden 7.000 usuarios, aproximadamente.
“Somos autosustentables hace mucho tiempo e invertimos todo lo que ganamos en el crecimiento. Duplicamos nuestra capacidad de venta y de ingenieros y no estamos pensando en levantar capital para crecer porque todavía no la necesitamos. De ser así, he hablado con el fondo (Accel-KKR) y en la medida en que queramos adquirir alguna empresa, ahí sí vamos a levantar plata. Si de verdad queremos transformar el ecosistema, el crecimiento inorgánico es relevante, pero nuestra base es el crecimiento orgánico”, dice Werner.
Y es que en 2019 el fondo norteamericano de private equity, Accel KKR, adquirió el 75% de Lemontech, dándole un impulso a la legaltech más grande de América Latina. El monto de la transacción no fue revelado.
“Hay un claro antes y después con Accel KKR. Ahora hay mucha conciencia en los fondos de inversión de que el desarrollo del legaltech está cada vez más caliente. Si dejamos de lado la atención al cliente -que para mí es fundamental- el uso de la tecnología tiene beneficios económicos porque ahorra tiempo a profesionales que son caros. Eso ha abierto nuestro apetito y tenemos planes de crecer muy ambiciosos Nos gustaría ser un unicornio en cuatro años y estamos bien encaminarnos para serlo”, dice Werner.
Bufettes clientecentristas
Uno de los grandes dolores de las firmas jurídicas y las gerencias legales de empresas es que los abogados, desde el más sénior al más junior, dedican parte de su tiempo en tareas administrativas, operativas o que no se enmarcan dentro de la práctica del derecho. “Los abogados tienen que destinar por lo menos una hora a la semana a hacer tareas manuales y hay abogados que cobran hasta US$ 3.000 la hora, cuando hay tecnología que lo puede hacer más barato, preciso y mejor”, dice el CEO de Lemontech.
Según estadísticas de la compañía, el 48% de las horas no facturables se va en tareas administrativas mientras que el 25% de los profesionales reconocen ser interrumpidos más de 10 veces al día, y el 30% entre seis y 10 veces por estas gestiones manuales.
En ese sentido, Lemontech cuenta con herramientas de apoyo para optimizar la gestión de los hombres y mujeres de ley y que estos se dediquen realmente a atender a los clientes. Una de ellas es TimeBillingX, software que carga y factura hora y que facilita la administración de los estudios, ya que permite identificar indicadores como cuáles son los clientes más rentables y enfocarse más en ellos. Otro software es CaseTracking, que se encarga del seguimiento de juicios y se conecta a los tribunales para que puedan ser seguidos desde casa.
Recientemente, la compañía lanzó dos herramientas que complementan a las dos anteriores: TimeMemory, que detecta de forma automática ciertas actividades realizadas por el abogado en la computadora y las guarda en una bitácora de eventos y CaseClassify, que permite hacer seguimiento al estado de cada uno de los procesos de cobranza de forma masiva.
“Hay varias otras herramientas que estamos viendo y también queremos darle más profundidad para tener versiones con más inteligencia y analítica para agregar mucho más valor a las que tenemos hoy. Tenemos la opción de hacer una versión un poco más liviana y más barata, claro, y otra más cara, pero con mucho más valor agregado”, dice Werner, quien también es abogado.
Y mientras en otros mercados, como el estadounidense ya se habla de cortes digitales y el inminente uso de la inteligencia artificial para resolver o al menos mejorar el tema del acceso a la justicia y transformar por completo nuestro sistema legal tradicional, Mariano Werner asegura que la tecnología nunca podrá reemplazar a un abogado, sobre todo en temas procesales de alta complejidad.
“En este viaje de potenciar la gestión de atención al cliente, de ser más abogado para dedicarle más tiempo, la tecnología no te puede reemplazar ese criterio jurídico. En nuestro caso, nuestras soluciones son un soporte para el día a día. Hay otros modelos de negocios que reemplazan a abogados, pero en casos de muy baja complejidad y que alivian la carga procesal. Hay una enorme transformación que se tiene y se puede dar y que va hacer mucho más valiosa la práctica del derecho”, dice.
De cara a la empresa, aunque no revela cifras de ventas, según su CEO el primer trimestre de 2022 cerraron contrataciones en un 29% por encima del presupuesto y en un 72% por encima del año anterior. “Medimos todo por NPS (nivel de satisfacción) y en uno de nuestros productos tenemos 57 puntos y en otro 42. Cualquier cosa por sobre 30 puntos es buena. El equipo ha crecido, hace un año y medio éramos 80 ahora y somos 140. El churn, que es la tasa de fuga de clientes, es muy sana; el año pasado terminamos en un solo dígito”, dice Mariano Werner.
A pesar de que la compañía experimenta altas tasas de crecimiento y se expande rápidamente, el reto no solo está en evangelizar a más firmas jurídicas, sino también en los sistemas judiciales latinoamericanos, que no se caracterizan por su agilidad para resolver los casos de los ciudadanos.
“Estamos en el negocio de ahorrarle tiempo a los abogados. Esto convive con en un mundo donde hay tribunales que todavía no están digitalizados. El juego que estamos jugando ahora es ayudar a la digitalización, optimizar algunas tareas, automatizar algunos procesos y solo con eso hicimos a nuestros clientes dar un salto gigantesco”, concluye.
En un mercado laboral ajustado, las empresas están ofreciendo opciones de trabajo híbrido, lo que exige invertir en plataformas como Zoom para mantenerse conectado.
Zoom Video Communications Inc elevó el lunes su previsión de ganancias ajustadas para todo el año gracias a una renovada demanda de sus herramientas de videoconferencia en un entorno de trabajo híbrido, lo que hizo que las acciones de la empresa escalaran un 17% en las operaciones ampliadas.
El aumento de las previsiones ocurre en un momento en el que la demanda por la plataforma de la empresa se ha visto reducida en los últimos trimestres desde el punto álgido de la pandemia en 2020 y se intensifica la competencia de Teams de Microsoft, WebEx de Cisco y Meet de Google.
Sin embargo, en un mercado laboral ajustado, las empresas están ofreciendo opciones de trabajo híbrido, lo que exige invertir en plataformas como Zoom para mantenerse conectado.
Para todo el año, Zoom prevé una ganancia ajustada por acción de entre US$ 3,70 y US$3,77, frente a las expectativas anteriores de entre US$ 3,45 y US$3,51.
La empresa también prevé un beneficio ajustado en el segundo trimestre de entre 90 y 92 céntimos por acción, por encima de las estimaciones de 87 céntimos.
Zoom dijo que los ingresos aumentaron un 12% a 1.070 millones de dólares en el trimestre finalizado el 30 de abril, su crecimiento más lento desde que salió a bolsa en 2019. El resultado estuvo en línea con las estimaciones de Wall Street, según los datos de Refinitiv IBES.
Las ganancias netas atribuibles a los accionistas comunes cayeron a US$113,6 millones, o 37 centavos por acción, en el primer trimestre, desde US$227,4 millones, o 74 centavos por acción, un año antes.
(Reporte de Eva Mathews en Bengaluru; Editado en español por Javier López de Lérida)
Foto: Unsplash.com
Los principales índices de acciones en el mundo han tenido importantes retrocesos en lo que va de 2022. El S&P 500 acumula una caída del 20% y el NASDAQ, con sesgo hacia empresas tecnológicas, acumula una caída del 30%. Por el lado de la renta fija también se han visto correcciones importantes cercanas al 10%. Como se ha demostrado en lo que va del año, la inflación golpea sin reparo a los activos financieros en general, ya sean bonos o acciones.
Es muy importante precisar que las cifras macroeconómicas son un indicador rezagado de lo que pasa en los mercados bursátiles. Esto significa que cualquier cifra que se publique hoy es sobre el pasado y no sobre el futuro. Cabe destacar que los mercados bursátiles operan sobre el futuro, generalmente con una anticipación de seis meses a los resultados económicos. Por ejemplo, los mejores años de la bolsa coinciden mayormente con los años de recesión de un país. Así, el 2009 fue el único año de la gran crisis financiera en el cual el PIB de Estados Unidos fue negativo (-2,5%); sin embargo, ese año el S&P 500 subió en 26,47%. Con este ejemplo podemos ver cómo el mercado se anticipó por seis meses al rebote de la economía americana, la misma que se dio en el último trimestre de ese año.
También resulta clave entender que, en la mayoría de casos, las decisiones de subida de tasas de interés dadas por la Reserva Federal (Fed) ya están descontadas por el mercado. Nuevamente, resulta crucial comprender el futuro y si efectivamente las tasas subirán en línea con lo indicado por la Fed.
En el primer trimestre de 2022 hemos visto cifras anualizadas de inflación en Estados Unidos que superan el 8%. Estos niveles de inflación se han visto en la segunda guerra mundial y en periodos cortos entre los años 1972-1974 y 1978-1982. La preocupación general que estas cifras han generado lleva a especular que la Fed tendría que subir las tasas en más de lo anunciado. Esta preocupación explica en mayor medida las caídas importantes tanto en la renta fija como en la renta variable. Como hemos visto, lo que importa realmente es en cuánto estará la inflación en seis meses aproximadamente y no así la inflación mirando hacia atrás. De este modo, si la inflación persiste cercana al 8% durante los próximos seis meses, seguiremos con una alta volatilidad en los mercados. Por el contrario, si la inflación ya llegó a su tope y empieza a bajar, veremos una recuperación importante de estos.
Ante la incertidumbre de qué pueda pasar con la inflación futura, no es recomendable cambiar radicalmente el posicionamiento de las carteras de inversión. Por ejemplo, en octubre de 1974, cuando las tasas de inflación llegaron a su tope, el mercado de acciones subió 17% en ese mes. Esto dejó descolocados a los inversionistas que se habían salido del mercado pensando que la inflación seguiría subiendo.
Si bien en el corto plazo la Inflación penaliza por igual a bonos y a acciones, en el largo plazo las acciones suelen defenderse mejor y dar una rentabilidad superior a la inflación. Mantener consistentemente un buen balance entre bonos y acciones es la mejor manera de enfrentar una coyuntura retadora como la actual
