El siete veces campeón de Fórmula 1, Lewis Hamilton, se ha posicionado para participar en la compra del club inglés Chelsea, puesto en venta por su propietario ruso Roman Abramovich, anunció este viernes el piloto.
«El Chelsea es uno de los equipos más grandes del mundo y uno de los que más éxito tiene. Cuando escuché hablar de esta oportunidad me dije: ‘Es una de las mejores oportunidades para formar parte de algo tan grande’«, explicó el piloto, al margen del Gran Premio de Emilia-Romaña que se disputará este fin de semana en Italia.
Lewis Hamilton, y la tenista estadounidense Serena Williams, podrían invertir cada uno cerca de 10 millones de libras (13 millones de dólares) en el equipo, como parte del proyecto de compra liderado por Martin Broughton, antiguo presidente del Liverpool. El piloto no ha confirmado la cantidad.
Williams y él, explica el piloto, «fueron contactados por Broughton que les explicó sus objetivos y los del equipo si lograban ganar el concurso de ofertas. Fue increíblemente emocionante, y todo está en línea con mis valores«, declaró Hamilton, aficionado del Arsenal, rival del Chelsea.
«A los cinco o seis años me convertí en aficionado del Arsenal pero mi tío Terry es un gran fan de los ‘Blues’, y he ido a numerosos partidos con él para ver jugar al Arsenal y al Chelsea», se justificó.
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Si bien la categoría reina del automovilismo ha convertido a Hamilton en uno de los más importantes deportistas de su generación, el piloto se declara «fan del futbol desde que soy un niño», habiendo jugado «de mis 4 a mis 17 años».
Además de Martin Broughton, otros dos candidatos han manifestado su voluntad para presentar una oferta al banco de negocios de Nueva York, Raine Group, que gestiona la venta del club inglés: Todd Boehly, copropietario de la franquicia de béisbol de Los Ángeles Dodgers y Steve Pagliuca copropietario del club de básquetbol Boston Celtics.
Los candidatos a la compra tenían como plazo hasta el jueves para presentar sus candidaturas.
El Chelsea fue puesto en venta el 2 de marzo por Abramovich, que se anticipó a las sanciones del gobierno británico que tenían como objetivo a los oligarcas cercanos a Vladimir Putin desde la invasión de Ucrania. El club obtuvo una licencia gubernamental especial que le permitía continuar sus actividades, pero bajo condiciones estrictas.
Ferviente defensor de los derechos humanos y de las minorías, Hamilton afirma que con esta participación, quiere «tener un impacto más importante y comprometernos más con la sociedad».