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El término de “Loba” que está tan de moda en los últimos días, gracias al nuevo éxito musical de Shakira, tiene su origen en el libro publicado hace treinta años por la psicoanalista estadounidense Clarissa Pinkola titulado: “Mujeres que corren con lobos”, en el que a través de cuentos hace una metáfora del arquetipo de la mujer brava que todas llevan dentro.
Parte de la premisa de que toda mujer, sin excepción, alberga en su interior a una mujer salvaje; que sabe protegerse de los depredadores dejando a un lado la ingenuidad o la inexperiencia.
Ella, la loba, “siente que no hay otro modo de salir airosa de las situaciones que la vida le presenta: tiene que enseñar los colmillos. La loba no demanda, sino que ofrece. No pide, sino que se da: no está domesticada. Si actúa de esa forma es porque se siente con poder. Sabe que puede irse cualquier día, no tiene miedo de darse a otro porque es libre. No teme sufrir porque sabe que es fuerte”.
El sociólogo Luis Paladines explica que generalmente estas mujeres disfrutan al máximo su libertad, evaden el compromiso y restan importancia al “qué dirán”. Comenta que generalmente vienen de relaciones en las que se sintieron traicionadas y temen enamorarse de nuevo, por lo que evitan el compromiso afectuoso.
Y es que las mujeres de hoy ocupan una posición en la sociedad muy distinta a la que tenían años atrás. La explicación estructural, desde la sociología, radica en que la mujer de hoy es más independiente. Ahora, son profesionales, liberales, que toman sus propias decisiones, y lo más importante, tienen recursos propios.
Actualmente, las chicas, al igual que los varones, se preparan de forma similar para el trabajo. Las mujeres jóvenes de ahora también aspiran a ser trabajadoras independientes y emprender negocios exitosos.
En México, se incrementó la incorporación laboral femenina a mediados de los años setenta, como resultado de la expansión de la educación formal para las mujeres, pues esto desempeñó un papel fundamental en la estructura económica. Las mujeres pasaron de ocupar un rol de amas de casa y madres de familia, a ocupar altos puestos laborales en grandes compañías.
Aún falta mucho para tener una sociedad totalmente igualitaria, pues según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2021 del Inegi, señala que las mujeres ocupan sólo un 29 por ciento de los empleos mejor pagados en México. Y la brecha salarial entre hombres y mujeres, hasta el año 2022 fue del 26 por ciento.
Pero si comparamos la condición económica de una generación atrás, es claro que estamos en una transición en la que la mujer tiene un empoderamiento y está rompiendo las normas tradicionales de género.
Es por ello también, que (citando un meme que me dio mucha risa) “Se viene una generación de tías que no saben hacer tamales”… pero ahora pueden comprarlos.
Es cuanto…