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En la vida nos encontramos con todo tipo de puntos de decisión, sobre todo si decidimos emprender un negocio por cuenta propia o ser profesionales independientes. Qué hacer en cada una de esas situaciones puede ser agotador, estresante y costoso. Si no tenemos cuidado, podemos encontrarnos en lo que Robert Greene llama el «infierno táctico», donde sólo vemos lo que está inmediatamente delante de nosotros y perdemos de vista cualquier plan más amplio para nuestras vidas.
Es importante saber que estas tres decisiones, tomadas con antelación, pueden eliminar gran parte de esa angustia y prepararte no sólo para tener éxito, sino también para disfrutarlo:
Necesitas saber para qué haces lo que haces. Tenerlo todo totalmente articulado y escrito en un lenguaje contundente nos da algo con lo que sopesar todas y cada una de las decisiones empresariales: qué negocios hacer, con qué personas trabajar, a quién contratar, cuánto pagar, cuánto ampliar, etc. Esto incluye no hablar con clientes que puedan entrar en conflicto con este motivo y rechazar regularmente todo tipo de oportunidades que serían estupendas pero que no son lo que hacemos.
Porque mira: si has aceptado cada cosa o cada trabajo que te han ofrecido laboralmente, no eres ni de lejos tan libre, independiente o tienes el control como crees. Decide quién eres y qué no eres. Eso te hará mejor en lo que haces: concentra tu energía y tus fuerzas en un objeto singular y que te permita sobresalir en él.
Tu negocio y tu vida estarán entrelazados. Trabajas para poder vivir y, para algunos, vivir por y para el trabajo es satisfactorio. Pero esto nos lleva a la pregunta crítica: ¿Cómo quieres que sea tu vida? ¿Cuál es la vida que te hará feliz? Haz un rápido inventario de los días más agradables y satisfactorios de tu vida y luego asegúrate de que trabajas para conseguirlos, no para alejarlos.
Si no quieres una oficina, no la montes. Puedes dirigir tu empresa a distancia.
Si disfrutas más de la influencia que del éxito material, entonces asegúrate de elegir algo que te lo permita.
Si eres una persona tranquila, necesitas un estilo de vida que te permita estar tranquilo, no uno que te obligue a no ser tú mismo constantemente. Y así sucesivamente.
Encontrar el por qué y diseñar tu vida significa tomar una de las decisiones más difíciles de todas: decidir que no te importa lo que hagan los demás. ¡Mira el coche que conduce, mira su casa! Vale, ¿estás dispuesto a cambiarlo todo para ser esa persona? Si has decidido seguir tu propio y único camino, no puedes ir por ahí juzgando a la gente que va por el suyo.
Tenemos que ceñirnos a nuestra vocación y carácter y dejar a los demás con la suya.
Arthur Schopenhauer, uno de los mejores filósofos que he leído, comenta:
Has dejado claro tu propósito, has dejado claras las prioridades de tu vida y las cosas te saldrán de la manera que has elegido, pero, de nuevo, sólo si se examinan en su propio contexto.
Esto no quiere decir que no debas esforzarte, pero ignora a los demás en el recorrido, porque ellos están usando un reloj diferente, una distancia diferente, una carrera diferente.
Sé feliz con la vida que has elegido para ti y vívela plenamente. Deja a los demás con la suya, felices o infelices.
Consultor en Generación de Nuevos Negocios.
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