La inversión sostenible se consolida: ya es más rentable y mucho menos volátil – lainformacion.com

Los expertos afirman que la sostenibilidad se ha apoderado de todos los ámbitos de la gestión empresarial y ha dado lugar a un «tsunami» regulatorio en el mundo financiero que garantiza su valoración y su futuro.
Las inversiones socialmente responsables  han venido para quedarse y ya llegan a todos los ámbitos de la economía y de los consumidores, porque son menos volátiles y más rentables a largo plazo, según se desprende del análisis de los participantes en el foro sobre ‘Sostenibilidad y ahorro futuro’, organizado por La Información, con la colaboración de Ibercaja. Además, los expertos afirmaron que la sostenibilidad ha dado lugar a un “tsunami” regulatorio en el sector financiero que permite analizar y valorar el retorno del dinero invertido a todos los niveles. En el encuentro estuvieron presentes Juan Royo Abenia, editor de Cultura RSC; Luis Ortega Cobo, director de construcción de Orpea Ibérica; José Carlos Vizárraga, director general de Ibercaja Pensión; y Alberto Egido Viciana, responsable de Medioambiente y Sostenibilidad de Moda re- (sociedad cooperativa de iniciativa social). 
José Carlos Vizárraga, de Ibercaja Pensión, recordó como hasta no hace mucho tiempo algunos creían que la inversión sostenible sería una moda pasajera, pero la realidad no solo ha sido la contraria, sino que también ha dado lugar a “un tsunami regulatorio y de demanda en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana”. Una corriente que incluye también a la gestión de activos, y que se acentuará con la normativa actual y futura. “Entonces tendremos que proponer a todos nuestros clientes que este tipo de activos socialmente responsables entren a formar parte de las carteras de todos los planes de pensiones, fondos de inversión y demás instrumentos financieros, algo que será muy bueno para el futuro”.
Juan Royo, de Cultura RSC, afirmó que la clave de la inversión socialmente responsable está en “ser capaz de medir las actuaciones que estamos haciendo, distinguiendo la información financiera de la no financiera”, porque “lo que no son cuentas son cuentos”. Así, explicó que “lo que no se puede medir no se puede gestionar y no permite plantear objetivos”, por lo que insistió en la necesidad de “medir también las cuentas no financieras” para poder “gestionar el impacto, la reputación y la sostenibilidad”, elementos a partir de los cuales los gestores podrán elegir en qué empresas invertir y en cuáles no hacerlo.
Luis Ortega Cobo, de Orpea Ibérica (que cuenta en España con residencias, centros de día y clínicas de salud mental) aseguró que “la sostenibilidad es una prioridad en nuestros proyectos, que está alineada con nuestros clientes y sus preocupaciones”. Y añadió que una de estas preocupaciones es el ámbito medioambiental y social, “que tiene también una importante repercusión en nuestro negocio y por el que apostamos como una prioridad actual y de futuro”.
Por su parte, Alberto Egido, de Moda-re, (una empresa de gestión integral de ropa usada ligada a Cáritas), afirmó que la situación del sector textil cambiará notablemente “con la entrada en vigor de la nueva legislación que obligará a recoger selectivamente todos nuestros residuos textiles”. Según indicó, actualmente solo se recogen el 12% de los que se generan, por lo que el impacto de la nueva normativa será “enorme”. Por otra parte, señaló que en las diferentes actuaciones conjuntas de Moda-re y Cáritas trabajan actualmente alrededor de 1.000 personas, de las que más de la mitad proceden de proyectos de itinerarios de inserción laboral. Así, estas entidades consiguen “generar más oportunidades de empleo” y, al mismo tiempo, mejorar el impacto ambiental porque “contribuyen a que cada vez termine menos ropa en los verdaderos”.
José Carlos Vizárraga (Ibercaja Pensión) afirmó que los políticos “supieron tocar la tecla adecuada” para conseguir “que la inversión en activos financieros pasara de ser una inversión tradicional a una sostenible”. Y añadió que lo han conseguido a través de “toda la normativa que han hecho recaer sobre las entidades financieras y sus modelos de inversión”. En concreto, se refirió a la que denominó “Mifid verde”, que se materializará en agosto de 2022. “A partir de entonces, tendremos que preguntar a los clientes que deseen invertir en productos financieros si en sus criterios de inversión quieren que se vean reflejados aspectos ISR” (inversión socialmente responsable). Vizárraga recordó que en 2015 Ibercaja ya lanzó el primer producto de distribución individual sostenible al 100% en cuanto a sus inversiones, que además fue durante muchos meses el fondo más rentable del sector.
Pero la rentabilidad no es la única ventaja que pueden tener este tipo de productos. Según afirmó Juan Royo Abenia (Cultura RSC), “es una evidencia científica que los fondos socialmente responsables tienen menos volatilidad y son más eficientes”. Además, junto a la información financiera incorporan también la no financiera, “y esos intangibles aportan valor añadido a la gestión”. Así, “los inversores pueden estar mucho más tranquilos con un tipo de inversión que no se rige específicamente por criterios especuladores”. En definitiva, “los fondos de inversión socialmente responsables son más rentables o, en el peor de los casos, menos volátiles”.
Alberto Egido (Moda re-) confirmó que “en los últimos 20 años el 80% de los estudios académicos han abundado en que es más eficiente la inversión en fondos sostenibles que en no sostenibles”. Y recordó que el índice estadounidense MSCI indica que “las inversiones en fondos sostenibles son un 1% más rentables”. Por eso, concluyó que “alinear nuestros ideales con las inversiones que realizamos no solo genera un impacto positivo desde el punto de vista social, ambiental y de gobernanza, sino que también impacta positivamente en nuestros propios intereses”.
Luis Ortega (Orpea Ibérica) abogó por las inversiones que “reducen el consumo de energía de los edificios al mínimo posible y aumentan su eficiencia”. Además, señaló que la mayor eficiencia “genera más valor en la compañía y reduce sus gastos, con lo que ésta puede destinar más recursos a mejorar el servicio a sus clientes o competir en el mercado”.
Los expertos participantes en el foro organizado por La Información destacaron la importancia de que las inversiones socialmente responsables no se queden sólo en el ámbito de las grandes compañías, sino que pymes y pequeños ahorradores sean también protagonistas de las mismas.
Además, Vizárraga apuntó la posibilidad de que los fondos de inversión socialmente responsables se conviertan en una alternativa para el ahorrador ante la incertidumbre de las pensiones públicas. De hecho, “uno de los requisitos que se quiere introducir en el anteproyecto de ley de los fondos de promoción pública y gestión privada es que éstos se enfoquen hacia una inversión socialmente responsable, demostrada y chequeada por un tercero, y hacia un carácter social”.
Ortega comentó que gran parte de los proyectos que se desarrollan en el sector de la construcción están impulsados por grandes compañías y exigen una serie de certificaciones y sellos, que también afectan a los proveedores y empresas colaboradoras, entre las que se encuentran muchas pymes. Así, “la presión se va trasladando desde las grandes corporaciones a las empresas medianas y pequeñas que trabajan con ellas”, ya que todas tienen que cumplir con los baremos de calidad, sostenibilidad y responsabilidad social establecidos.
La reutilización y el reciclaje también forman parte de la responsabilidad social, según señaló Egido. “En España se generan al año alrededor de 1,2 millones de kilos de restos textiles y solo se recoge el 12%. De esa cantidad, las entidades que actuamos bajo el paraguas de Cáritas recogemos un 41% y, de ese porcentaje, el 57% lo destinamos a la reutilización, el 35% a reciclaje y el 8% a valorización energética”. Por otra parte, como ejemplo de inversión socialmente responsable, hizo referencia a una subvención de Ibercaja recibida por Moda-re, que ha permitido a esta entidad “abrir nueve tiendas más de ropa y calzado de segunda mano y generar 30 nuevos puestos de trabajo de inserción”.
Sin duda, la llegada a España de los fondos Next Generation se convertirá en un factor dinamizador de las inversiones sostenibles, según los expertos. El director de construcción de Orpea Ibérica señaló que “contribuirán a impulsar este tipo de inversiones” y advirtió que las empresas que quieran acceder a ellos tendrán que demostrar que están trabajando en la línea requerida a través de los correspondientes certificados, ya que “es la forma más fácil de hacerlo”. En este sentido, se quejó de la falta de uniformidad existente en España a la hora de medir las actuaciones de las compañías en el ámbito de la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Finalmente, los expertos se mostraron optimistas de cara al futuro. José Carlos Vizárraga auguró que “el efecto de bola de nieve que va a tener la industria financiera en el tema de la sostenibilidad va a arrastrar mucho a otros sectores”. Luis Ortega mostró su confianza en los compradores y aseguró que “dentro de cinco años estaremos mejor que ahora y peor que en 2030 porque el futuro es imparable”. Juan Royo matizó que los que “los que tienen más capacidad de impacto son las grandes empresas y corporaciones”; y Alberto Egido abogó por “creernos la inversión sostenible y comprometernos con hacer las cosas bien”.
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