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María Saiz, presidenta del Observatorio Vasco de Emprendimiento de la UPV/EHU, durante el foro organizado por EL CORREO. /
La crisis económica no ha desanimado a muchos vascos a la hora de montar una empresa, ya sea para generar puestos de trabajo o como forma de autoempleo. Es más, el impulso emprendedor ha crecido este año respecto al anterior, aunque al mismo tiempo se aprecia una mayor dificultad para materializar esos proyectos. «Pasar del 'powerpoint' a la idea nos cuesta», resume María Saiz, presidenta del Observatorio Vasco de Emprendimiento de la UPV/EHU.
Una iniciativa académica -en la que también participan las universidades de Deusto y Mondragon- que lleva ya 18 años radiografiando el emprendimiento en Euskadi desde diferentes ángulos: el número y naturaleza de empresas o autoempleados, su evolución en el tiempo, el impacto socioeconómico que generan o los motivos que llevan a una persona a emprender.
radiografía del emprendedor
Saiz expuso las principales conclusiones del informe en el Foro de Autoempleo organizado por la Diputación de Bizkaia y EL CORREO. A modo de fotografía general, la presidenta del observatorio reveló que en este 2022 el 5% de la población vasca tiene puesto en marcha un proyecto empresarial.
Pese al contexto de crisis pospandémica, «el impulso emprendedor no ha bajado». Aumentan las iniciativas empresariales con menos de tres meses de vida. Por contra, se ha reducido «levemente» la materialización de esos proyectos. «Antes nos preocupaba la consolidación de esas nuevas empresas y ahora nos preocupa lo que cuesta pasar del 'powerpoint' a la idea». Saiz explicó que los proyectos «llegan con menos recursos» financieros y, «evidentemente, la situación económica actual no ayuda».
Pese a todo, el potencial emprendedor futuro «ha crecido mucho desde el año pasado» e incluso ha alcanzado niveles previos a la pandemia. «Hay un 8% de la población vasca que dice que lo va a intentar en los próximos tres años». Por contra, se aprecia un descenso en el número de empresas consolidadas, que se refleja en «la edad avanzada entre el colectivo empresarial que tira de los negocios. La pandemia y el cansancio han hecho no sólo cerrar negocios, sino trasladarlos a otras personas».
El observatorio pone de manifiesto que, en contra de lo que ocurría en los años de postcrisis industrial en Euskadi -donde se apreciaba una brecha de género de cinco puntos en favor de los hombres- «el año pasado ya había equidad entre los sexos y en este la mujer ya lidera el emprendimiento en Euskadi». Otra cosa es el intraemprendimiento, el que se produce en las empresas consolidadas. Este año «vuelve a explotar», aunque en este caso «son los hombres los que lo lideran».
las motivaciones
Además de la mayor presencia femenina en la actividad emprendedora en su conjunto, destaca el envejecimiento de los nuevos empresarios: 44 años de media, tres más que el año pasado.
Lo que apenas ha cambiado en los últimos diez años es el alto nivel educativo, y también de renta, de las personas emprendedoras. En cuanto a la motivación para montar un negocio, el covid ha hecho que del «crear riqueza» se pase a «ganarse la vida». Lo positivo es que se ha perdido cierto miedo a emprender, aunque detrás se encuentre la necesidad.
En cuando a la financiación, las nuevas empresas nacen con un capital semilla de 30.000 euros en el caso de los hombres y la mitad en el de las mujeres.
La era de las grandes empresas industriales dio paso en Bizkaia, en las últimas décadas del pasado siglo, a un tejido empresarial formado por micropymes. Hoy día el 94% de los negocios del territorio histórico son pequeñas empresas con menos de cinco trabajadores, según recordó Teresa Laespada, diputada foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia.
Muchos de estos trabajadores fueron en su momento empleados de las potentes siderurgias, astilleros u otras grandes industrias que se quedaron en la calle con una indemnización económica y que decidieron montar su propio negocio. En este sentido, Laespada quiso poner en valor el papel de Dema, la agencia foral de empleo y emprendimiento, creada para dar una solución a estas personas
Por eso Laespada insta a «no despreciar» el autoempleo, que conforma «una estructura importante de la economía de Bizkaia»: el 24% de su población activa trabaja en micropymes y «sólo el autoempleo supone el 15% de los puestos de trabajo».
