Johnny Abraham, ejemplo de que una misión también puede monetizarse – Expansión

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Millones de personas sueñan con arrancar sus propios negocios. Sin duda, el emprendimiento se ha vuelto la meta de muchas personas, pero son pocos los que se atreven a buscar este sueño y todavía menos los que lo logran.
Johnny Abraham es un joven emprendedor que ha consolidado varios proyectos empresariales exitosos y decidió dedicarse a impulsar a otras personas a desarrollar la mejor versión de sí mismos y trabajar en conseguir sus metas.
Esta misión nació cuando Abraham vivía tiempos complicados que le provocaron una depresión. Durante este episodio, él halló un deshago al compartir mensajes positivos e inspiradores a través de sus redes sociales y descubrió que sus posteos se convirtieron en la motivación que ayudó a un gran número de seguidores a tomar acción y buscar sus sueños.
“Hallé mi misión cuando me di cuenta que no me bastaba con haber encontrado la salida y las respuestas que me ayudaron a enfrentar mi depresión, yo quería compartirlas con los demás”.
Para ello se preparó con estudios sobre neurociencias, psicología positiva, filosofía estoica e inteligencia emocional, y hoy se ha convertido en toda una autoridad en el tema del crecimiento personal, impactando a millones de personas con consejos sobre establecimiento de metas, relaciones y bienestar.
Actualmente, sus mensajes tienen un alcance masivo a través de una comunidad de más de 4 millones de personas en sus diferentes redes sociales, como Twitter, Instagram, Tik Tok , YouTube y Facebook. De hecho, actualmente se calcula que sus contenidos impactan a más de 50 millones de lectores al mes.
Además, miles de personas toman sus cursos todos los años, ya que su vocación por inspirar a las personas lo ha posicionado como un reconocido conferencista en temas de emprendimiento, logrando compartir escenario con personalidades como Robert Kiyosaki (autor del libro obligatorio para cualquier emprendedor «Padre pobre, padre rico»), Bryan Tracy (autoridad en el establecimiento de metas), John Gray (autor del famosísimo «Los hombres son de marte y las mujeres son de venus») y Jurgen Klaric (un experto en conducta humana, sumamente reconocido por su conocimiento en neuroventas). También, ha sido invitado a TEDx, un foro en el que se presenten celebridades y los expertos más importantes del mundo.
Su permanente inquietud por crear, ha llevado a Johnny Abraham a emprender nuevos proyectos. Actualmente, se ha enfocado en sumar su experiencia para reducir la brecha digital en las empresas, por ello está desarrollando una plataforma de consultoría online, para apoyar a pequeños empresarios y emprendedores. Dicha herramienta congregará a profesionales y especialistas, quienes podrán monetizar el tiempo dedicado en las consultorías.
“El mundo está transformándose, hoy el mundo está al borde de un cambio radical, pasando de la era industrial a la era de la información; nos encontramos en un punto de comodidad, con abundancia en tecnología y recursos; a su vez estamos en un punto muy bajo de autoestima, felicidad; existe depresión, ansiedad”, consideró el empresario.
Ante este panorama y tras el gran éxito de su primera obra publicada, ya trabaja en el proyecto de su segundo libro, en el cual explorará aún más temas crecimiento personal y emprendimiento, pero desde una perspectiva centrada en que el cambio siempre inicia desde uno mismo; “siendo el mejor logras comerte al mundo y cumples todas tus metas”.
El también influencer compartió que en el futuro inmediato se vislumbra una revolución en el pensamiento que “nos llevará a que tengamos que conectar nosotros mismos, primero de manera espiritual y, luego con la comunidad”.
“Me interesa formar parte de ese cambio que se avecina. No importa si no recuerdan mi nombre, lo que importa, es formar parte de la revolución del pensamiento, en dar a cuenta que todo lo que tenemos debemos valorarlo y notar que lo estamos desaprovechando”.
Nace la vocación
Como muchos en México, fue influenciado para estudiar la misma profesión que su padre, derecho; sin embargo, sentía que no estaba en el lugar adecuado y así Johnny dejo sus estudios antes de titularse.
Su voluntad para escribir su propia historia le dio la valentía de resistir la presión familiar y enfocarse en desarrollar sus propios proyectos. Lo que para algunos fue un acto de rebeldía, para él fue un momento para honrar su verdadera vocación: emprender y hacer negocios.
“No creo que el sistema educativo esté adecuado a la época en que vivimos. Te preparan solamente para que adquieras un trabajo, te digan qué hacer toda la vida, y lo refuerzan con lo que diga tu jefe, el gobierno, la iglesia y todas las instituciones que están por encima de nosotros. No está mal serlo, sino que la mayoría labora en lo que no les es de su agrado y continúan por conformidad”.“

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