Invertir en agua para un futuro sostenible y un negocio rentable – iAgua.es

La sostenibilidad y la eficiencia están en el foco de una sociedad que demanda, desde todos los ámbitos, compañías que demuestren un compromiso real con estos ámbitos. La transformación digital en el sector del agua no afecta solo a las operaciones, sino también a su relación con el cliente y a la captación del talento. El cambio hacia la digitalización, pues, ha pasado de ser una recomendación a convertirse en una necesidad de presente.
Tradicionalmente, el sector del agua ha sido uno de los más rezagados a la hora de adoptar los cambios. Mientras todo iba bien y el agua seguía fluyendo, ha habido pocos incentivos para cambiar y las compañías han evitado adoptar nuevas medidas, tecnologías digitales o transformar sus tácticas operativas, en parte porque históricamente los márgenes eran estrechos y el agua ha sido un recurso muy a menudo infravalorado. 
Sin embargo, la creciente demanda de servicios de atención al cliente, la presión por gestionar unos recursos hídricos que son limitados y la tendencia a tomar una visión más circular del ciclo del agua, han hecho que la adopción de nuevos sistemas y tecnologías haya dejado de ser una opción. En una industria altamente competitiva y regulada, ahora se ha convertido en algo fundamental. Y no solo eso, sino que las industrias de todo el mundo son más conscientes de las ventajas derivadas de las tecnologías digitales, especialmente tras la pandemia, que ha evidenciado la enorme amenaza que existe para la resiliencia del sistema del ciclo del agua.
Las compañías pueden sentirse orgullosas de haber prestado servicios fiables durante más de cien años, pero sus operaciones diarias siguen siendo básicamente las mismas. Por esta razón, es vital que apuesten por la innovación y que transformen sus negocios para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de todo el sector. Las tecnologías digitales emergentes jugarán un papel fundamental en este sentido y las empresas deben abrazar las oportunidades que se les presentan y ser más ágiles y digitales en un momento en el que la contratación también cambiará.
Las empresas deben abrazar las oportunidades para ser más ágiles y digitales en un momento en el que la contratación también cambiará
La industria debe ser más digital y conectada. Así mejorará su resiliencia, productividad y, también, la sostenibilidad. Adoptar tecnologías digitales no solo ayuda al negocio en general, sino que permite abordar los cambios que se están produciendo en la gestión del ciclo del agua. Con la digitalización, el sector obtiene la capacidad de anticipar y responder de forma más rápida a las demandas diarias y a las emergencias, lo que supone un mayor retorno de la inversión (ROI) a largo plazo y la capacidad de prevenir y hacer frente a los impactos ambientales. En este sentido, la ventana de retorno de la inversión puede ser de apenas dos años.
Las tecnologías digitales como el análisis de datos, la inteligencia artificial y el Internet Industrial de las Cosas (IIoT) permiten a la industria del agua analizar, automatizar, predecir y minimizar riesgos. También ofrecen la oportunidad de abordar los desafíos actuales con simulaciones basadas en escenarios, las cuales pueden mejorar la calidad general del agua, la fiabilidad del suministro y además aumentar los ingresos gracias a las eficiencias operativas y a cumplir con las normativas en materia de sostenibilidad.
De hecho, estudios recientes muestran que, entre 2016 y 2020, las tecnologías digitales generaron ahorros de CAPEX y OPEX de cerca de 300.000 millones de euros en la industria mundial del agua, focalizados en segmentos como el tratamiento del agua, la distribución, la recogida de aguas residuales y el tratamiento, la gestión de los clientes y la medición del agua potable.
La transformación digital no se limita a la inversión en tecnología, sino también implica invertir en personas, clientes y consumidores
En su informe How to spend it: a digital investment plan for Europe, DIGITALEUROPE da muestra de más de 35 ejemplos en múltiples áreas y sectores (desde la educación para la salud hasta las pymes, los municipios o el transporte, entre muchos otros) en los que las tecnologías digitales reducirán los residuos, el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que impulsan el crecimiento y el empleo. Esto explica por qué invertir en centros de operaciones unificadas en el sector del agua genera rentabilidad al cabo de un año o año y medio, incluso en el caso de compañías grandes con múltiples instalaciones.
Hoy en día, los consumidores tienen altas expectativas sobre la calidad del agua que consumen y sobre cómo la sociedad gestiona su uso, por lo que cada vez más las empresas de servicios públicos son consideradas actores de gran importancia en la ecuación de la sostenibilidad y el neto nulo. Como consecuencia, es vital que se modernicen para poder atender las expectativas cambiantes del mercado y las crecientes presiones relacionadas con la conservación de recursos hídricos, pero también para ofrecer un servicio más inteligente y sostenible a través de soluciones digitales, entre las cuales se incluyen la supervisión y el análisis mejorados.
Entre 2016 y 2020, las tecnologías digitales generaron ahorros de CAPEX y OPEX de 300.000 millones de euros en la industria del agua
La aparición de una tecnología del agua avanzada ha traído consigo una nueva era en la que el desempeño de los servicios debe verse con una perspectiva de sostenibilidad y eficiencia. La digitalización permite esta combinación. También puede estimular la aparición de oportunidades comerciales para la cadena de valor local. Reinventar la sostenibilidad en la gestión del ciclo del agua pasa por optimizar su eficiencia energética fomentando la descarbonización. Implantar microrredes en las plantas desalinizadoras o depuradoras permite disponer de fuentes de energía alternativas y renovables, además de gestionarlas de manera que aumenten su autonomía y sostenibilidad energética.
Incrementar la circularidad gestionando la escasez de recursos, los contaminantes y la reutilización del uso del agua por parte de los consumidores, la industria y la agricultura será vital para responder a las preocupaciones de la comunidad en la que se opera. Asimismo, reducir las pérdidas de agua, garantizar su calidad y optimizar el uso de la infraestructura hidráulica y de tratamiento es fundamental para sostener ese uso eficiente del recurso a lo largo de todo el ciclo hidrológico.
Cuando se trata de cambios, siempre hay dudas, y para la industria del agua esto no es una excepción. La principal barrera para adoptar con éxito las tecnologías digitales es la mentalidad, es decir, la reticencia a digitalizar las operaciones debido a las preocupaciones causadas por el intercambio de datos y las amenazas a la ciberseguridad, así como la adopción por parte de los operadores. En lo que respecta a los dos primeros frenos, no deben subestimarse. De hecho, el riesgo de sufrir ciberataques está creciendo.
Adoptar tecnologías digitales no solo ayuda al negocio en general, sino que permite abordar los cambios en la gestión del ciclo del agua
Como la industria no fue concebida pensando en la seguridad, las organizaciones son vulnerables a unos ataques que son cada vez más sofisticados y que pueden ser perjudiciales a largo plazo, a menos que se combinen las mejores defensas digitales y los actores más fiables del sector. En este sentido, para asegurar el éxito y proporcionar tranquilidad es vital tener cuidado cuando se implementen tecnologías, procesos y capacitación ciberseguros. La adopción no debe subestimarse. Con la entrada de una nueva generación de operadores en el sector, es imperativo digitalizar la industria para atraer a un talento cuya educación está totalmente basada en la tecnología.
A principios de 2021, los medios se llenaron de titulares relacionados con el ciberataque que sufrió la planta municipal de tratamiento del agua de Oldsmar (en Florida, Estados Unidos). El ataque afectó a su sistema operativo y elevó durante un corto espacio de tiempo los niveles de hidróxido de sodio cien veces por encima de lo habitual.
Con la digitalización, el sector obtiene la capacidad de anticipar y responder de forma más rápida a las demandas diarias y a las emergencias
 Afortunadamente, un supervisor pudo darse cuenta del cambio y lo revirtió sin que se ocasionaran incidentes. Los operadores de plantas y redes de tratamiento de agua y aguas residuales deben ser conscientes de que ataques como estos son indicativos de lo que está por venir y, por tanto, tienen que estar preparados para crear una cultura de la ciberseguridad dentro de sus compañías y evitar así cualquier tipo de incidencia. Es cierto que el hecho de tener que monitorizar y controlar una gran cantidad de activos distribuidos complica la situación. Por esa razón, como la transformación de la tecnología es muy rápida, es ya imperativo evaluar cómo puede ser útil para diferentes industrias y ayudar a asegurar el sistema de consumo y la preservación del agua.
La buena noticia es que el futuro es digital. Este es el único camino hacia unas operaciones rentables, sostenibles y seguras, y esto beneficia tanto a las empresas del sector como a los consumidores, la industria y el planeta.
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Las tecnologías digitales modernas nos ayudan a comprender la oferta y la demanda y a saber qué cantidad de agua estará disponible en origen, dónde podrían producirse fugas y pérdidas ocultas o si la calidad del agua es suficiente para su uso, ya sea industrial, agrícola o doméstico. Solo los datos, junto con la inteligencia artificial y las analíticas, gestionados por una fuerza laboral cada vez más inteligente y fiable, podrán ser de verdadera ayuda.
Reinventar la sostenibilidad en la gestión del ciclo del agua pasa por optimizar su eficiencia energética fomentando la descarbonización
Unos sistemas digitales completamente integrados, transversales e interoperables que rompan con los silos para obtener los mejores datos y capacidades predictivas serán los responsables de transformar la manera en la que operan las empresas del sector. La transformación digital no se limita a la inversión en tecnología, sino también implica invertir en personas, clientes y consumidores, lo que conlleva un cambio cultural general, del que las organizaciones deben ser conscientes y estar dispuestas a aceptarlo.
Que las compañías del sector del agua inviertan en innovación y que las soluciones de agua inteligentes creen nuevas oportunidades de trabajo abre un futuro muy esperanzador. Es más, con la jubilación de la generación baby boomer y la entrada en el mercado laboral de los nativos digitales, las empresas no tienen más remedio que aceptar el proceso de digitalización. En caso contrario, no serán capaces de atraer a los futuros trabajadores ni de retener a los clientes ofreciéndoles agua potable de primera calidad.

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