Inteligencia artificial para conceder créditos a los desfavorecidos – EL PAÍS

La inteligencia artificial (IA) ha conseguido procesar y poner en valor los pocos datos que las personas más vulnerables pueden proporcionar para justificar su solvencia y capacidad de endeudamiento; su actividad en su teléfono móvil. Sin ninguna propiedad, negocio formal o salario, las personas de bajos recursos difícilmente tienen acceso a un crédito que les permita ir mejorando sus pequeños negocios.
La inclusión financiera, el acceso asequible y fácil a productos financieros seguros en zonas desatendidas, está considerada como una de las claves de desarrollo para millones de personas y hace posible la consecución de siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, el Banco Mundial estima que todavía 1.700 millones de personas carecen de una cuenta bancaria.
Un pequeño crédito en manos de este colectivo les brinda la oportunidad de comprar una nevera para poder ofrecer bebidas frías, una máquina de coser para aumentar su productividad o instalar riego por goteo que incrementa sustancialmente el rendimiento de sus cosechas.
La industria microfinanciera, que tradicionalmente ha atendido este segmento de la población, se basa en la visita física al negocio y en las referencias de los vecinos para hacer el análisis de riesgo a clientes sin ningún historial bancario. Análisis que requiere desplazamientos a zonas remotas y un enorme número de analistas de crédito viajando, lo que hace que los tipos de interés microfinancieros sean muy elevados y que un alto porcentaje de la población esté desatendida.
Con el aumento del uso de teléfonos móviles en los países en desarrollo, los proveedores de servicios microfinancieros están recurriendo a la IA para revolucionar su negocio. Con la IA no dependes de la visita de los analistas de crédito, lo que permite conceder los créditos de forma mucho más rápida, a un mayor número de personas, en cantidades más pequeñas, con menos personal y a un coste menor para el cliente. Todas ellas, características sumamente relevantes para un colectivo que no tiene muchas oportunidades y para el que poder invertir en crecer su negocio es la única forma de mejorar su vida.
El floreciente mercado de préstamos digitales superó los 300.000 millones de dólares en 2020, siendo un alto porcentaje, nuevos usuarios de teléfonos inteligentes en mercados emergentes.
Todos los días, millones de clientes desde Kenia hasta Filipinas usan aplicaciones innovadoras como Tala o Branch para acceder a “préstamos instantáneos”. Para ellos, el teléfono no es un artículo de lujo, sino la única forma de acceder a un sinfín de servicios. Estas aplicaciones utilizan la IA para analizar los datos extraídos de los teléfonos de posibles clientes y tomar decisiones de préstamo sin necesidad de oficiales u oficinas bancarias. La red social de una persona, su historial de llamadas e incluso las recargas del teléfono se convierten en fuentes de datos alternativas.
Tala otorga préstamos de hasta 500 dólares usando un modelo basado en 250 puntos. Los datos del dispositivo, como el tipo y el año del sistema operativo, ayudan a evaluar la capacidad de endeudamiento. El historial de pago de facturas y ciertos datos de comportamiento; cómo los clientes interactuaron con la aplicación, el tiempo que pasan en cada página, si realmente leyeron los términos y condiciones, errores al escribir información biográfica o qué otras aplicaciones tienen en su teléfono, ayudan a evaluar la probabilidad de reembolso.
Branch toma decisiones de concesión de crédito utilizando registros de llamadas, SMS, amigos de Facebook, listas de contactos en redes sociales, fotos, videos y otro contenido digital.
La IA está ayudando también a sortear los desafíos de identificación de una población sin ningún documento de identidad o registro. Enfoques de verificación Know-Your-Customer escalonados permiten una forma fácil de identificación mediante el reconocimiento facial.
Sin embargo, a pesar del éxito cosechado, hay que tener en cuenta que una proporción grande de esta población está abriendo cuentas o conectándose a internet por primera vez, las tasas de alfabetización son bajísimas y además enfrentan posibles barreras idiomáticas y tecnológicas. Por ello, es clave impedir los préstamos abusivos y garantizar la venta de productos adecuados. Con la facilidad de acceso y la ausencia de contacto físico, los clientes podrían empezar a sobre endeudarse. Por eso se está abogando por analizar la capacidad de repago basándose en su capacidad de ahorro, para lo que están surgiendo aplicaciones móviles que les ayuden a registrar este ahorro.
El tema de la protección de datos basado en el consentimiento individual para un colectivo de estas características también es un tema a revisar.
Así mismo, hay que tener cuidado de no perpetuar ciertas dinámicas de nuestra sociedad y excluir a ciertos colectivos. Las mujeres en países de bajos ingresos tienen menos probabilidad de usar internet, poseer un móvil o de utilizarlo para tareas sofisticadas susceptibles de generar un flujo de clics que podría ser aprovechado para ofrecerles un crédito, lo que las dejaría, de nuevo, fuera del sistema.
La AI constituye una revolución para la industria microfinanciera transformando completamente su modelo de negocio, y posibilitado la aparición de nuevas empresas a la vez que genera oportunidades clave para los más desfavorecidos. Solo queda cerciorarnos de hacerlo de forma inclusiva y ética
María López Escorial es profesora en el Instituto de Empresa desde 2002 y consultora independiente especializada en innovación social, mercados de la base de la pirámide y soluciones empresariales para combatir la pobreza. Además, es presidenta de la Fundación Compromiso y Transparencia. Elegida entre las top100 mujeres líderes 2018. 
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