Para Salvador Alcalá, empresario en la industria textil y de la construcción, el único límite a la hora de emprender son las verdaderas ganas de salir adelante.
Salvador Alcalá
“El empresario debe salir cuando se tienen las agallas necesarias y cuando se presenta la oportunidad”.
Para Luis Salvador Alcalá Alba, fundador de Grupo La Providencia, Laprotex y Satin Export, el único límite a la hora de emprender son las verdaderas ganas que se tengan de salir adelante.
La trayectoria del empresario comienza con su primer empleo —a sus 16 años de edad—, en la institución bancaria que hoy en día conocemos como Banorte.
“Yo decía, no es tan difícil ser empresario… Y como empleado nunca iba a tener los ingresos suficientes para tener una familia medianamente acomodada; así que lo último que me quedaba era luchar por mi mismo”.
Así, con 21 años, Salvador Alcalá emprendió su primer negocio en la industria textil.
No hay una edad o situación de vida determinada para emprender; no obstante, arriesgar y saber tomar las oportunidades que la vida presente, muchas veces radica en el hambre que se tenga.
Con el paso de los años, Don Salvador demostró que no se necesita tener un vasto expertise para alcanzar el éxito, basta con saber vender y saber tomar las oportunidades.
Tal manera de dirigir los negocios ha resultado en proyectos de talla internacional. Uno de muchos ejemplos es la fabricación de telas para el magnate: Victoria Secret.
Y si algo ha sabido hacer Don Salvador es tomar las oportunidades que la vida presenta… con el inminente egreso de sus hijos de la universidad, Alcalá diversificó sus negocios, y además de continuar con las tiendas y plantas textiles, incursionó —exitosamente— en el ramo de la construcción y venta de infraestructura.
“Se te van presentando las oportunidades, por eso para mi es muy importante que las personas que trabajen contigo tengan las antenas levantadas”.
Independientemente de la época en la que se viva y de los cambios que se gesten, la familia y la unión familiar siempre deben ser lo más importante, de ahí que en el hogar siempre debe predicarse con el ejemplo.
Cabe destacar que, a través de sus empresas, ha realizado diversos programas de apoyo a la comunidad, de índole empresarial, salud, alimentación, familia y educación. Beneficiando a más de 100 mil personas.
“Tenemos que ocuparnos de que nuestros trabajadores estén bien. Debemos ser congruentes; si decimos que somos patrones responsables, debemos serlo. Eso lo tenemos que hacer con cada uno de nuestros actos, porque si nosotros cuidamos a nuestra gente, nuestra gente cuidará de nosotros”, señala.
Más allá de empresario, Salvador Alcalá se define a sí mismo como vendedor, pues su éxito ha radicado en saber buscar el negocio, encontrarlo y vender… desde bonetería, ropa, muebles, casas, hasta grandes naves industriales.
En ese sentido, explica que los negocios nunca son malos, pero necesitan de direcciones inteligentes y creativas.
Concentrarse en su etapa de productividad, no priorizar la fiesta, comportarse siempre con rectitud y nunca tenerle miedo a trabajar, erigen como los principales factores (inculcados por su padre) que han llevado a Don Salvador Alcalá a ser Hijo Predilecto de Aguascalientes y ser reconocido por su liderazgo humanista con el premio “Eugenio Garza Sada” (otorgado por FEMSA y el Tecnológico de Monterrey).
“Si tuviera que darle un consejo al empresario joven sería no claudicar, nunca tirar la toalla. Ver el trabajo como una cosa tan normal como comer”.
NEWSLETTER
© 2022
© 2022