La gurú de las finanzas Cathie Wood de Ark Invest predijo que se potenciarán los papeles de una reconocida tecnológica pese a los temores de recesión en Estados Unidos. Wood aseguró que las acciones de Tesla se cuadripliquen a u$s4600 para 2026.
Ark dijo el año pasado que el fabricante de vehículos eléctricos iba a alcanzar los u$s3000 para 2025, pero desde entonces actualizó su precio objetivo en medio de renovadas expectativas en torno a nuevos negocios y la eficiencia del capital.
El caso alcista de la empresa sugiere que el precio podría subir a alrededor de u$s5800 para 2026 y el caso bajista sugiere u$s2900, todavía alrededor de tres veces más que el precio actual de las acciones de $1.005. «Aunque ajustado a nuestras expectativas para 2026, creemos que nuestro modelo Tesla es metodológicamente conservador», escribió Tasha Keeney, analista de Ark, en una publicación de blog la semana pasada.
«Suponemos que las acciones de Tesla cotizarán como una empresa madura en lugar de una de alto crecimiento en 2026″.
La más eficiente
Wood ha sido durante mucho tiempo una ferviente partidaria de Tesla y su CEO, Elon Musk. Si bien el ETF insignia de Ark Innovation recortó su posición en Tesla el mes pasado, el fabricante de vehículos eléctricos sigue siendo su mayor participación, representando el 10% del fondo. Las acciones de Tesla ganaron alrededor de un 1,8% el lunes.
Ark también ha aumentado su convicción en la capacidad de Tesla para lograr la conducción autónoma total, con el posible negocio de taxis robóticos del fabricante de automóviles contribuyendo con un 60% de su valor esperado en 2026.
Otro factor es la expectativa de que Tesla sea más eficiente en términos de capital, escribió Keeney, y señaló que el gasto de capital de Tesla por unidad de capacidad incremental ha disminuido a $7700 desde $84 000 en 2017.
Mientras tanto, las tenencias de bitcoins de Tesla están incluidas en el modelo de Ark, pero no se consideran un componente clave del pronóstico, lo que aumenta el precio objetivo en menos del 5%, escribió Keeney. Otras oportunidades comerciales que Tesla podría aprovechar que no están incluidas en el modelo incluyen un negocio de almacenamiento de energía, inteligencia artificial como servicio y un robot humanoide.
El crecimiento de Tesla
Tesla viene dando que hablar hace años. La empresa, al igual que otras muchas del sector, está intentando reducir costes para elevar, lo menos posible, el precio de los vehículos. Esto, en ocasiones, puede verse reflejado a través de disminución de servicios o el establecimiento de algunos elementos convencionales como opciones adicionales. Esto es justo lo que parece que ha hecho el fabricante con el cable para cargar el vehículo en enchufe convencional.
Esta práctica es algo que viene sucediendo en el mercado. La incorporación de hardware adicional es un coste que, en su conjunto, implica millones de dólares para la compañía. La eliminación de esta opción supone, por tanto, un ahorro muy cuantioso en términos de coste de producción. Al fin y al cabo, Tesla ofrece su red de carga rápida, denominada Supercharger, para no tener que depender de tomas de corriente convencionales.
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Ahora bien, ¿qué supone este nuevo planteamiento? Sin duda alguna, la nueva política tomada por Elon Musk y su equipo ya tiene antecedentes en la industria. El ejemplo más claro nos lo muestra Apple, empresa que decidió no incluir el cargador en el equipamiento. Otro ejemplo que se puede observar claramente que está orientado en esta dirección es el de los auriculares, que tampoco suelen incluirse en los nuevos modelos lanzados por las firmas tecnológicas.
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