Garantizar la certeza jurídica, indispensable para atraer y mantener la inversión – Cuestione

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Cuando una empresa transnacional decide invertir en un nuevo mercado siempre será más atractivo el país que le brinde mayor certeza jurídica y por eso es importante que el gobierno federal la garantice, de acuerdo con Enrique Díaz-Infante Director del Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias

“El problema es cuando el gobierno da una concesión o un permiso para explotar un bien público y luego cambia o no respeta las reglas de juego establecidas previamente, entonces el inversionista duda si no puede planificar sus utilidades o el rendimiento de un proyecto”, aseguró el experto.

Pero ¿qué es exactamente la certeza jurídica y qué sucede cuando un cambio en las reglas del juego afecta los planes de una empresa?

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Para averiguar más al respecto platicamos con el abogado constitucionalista y colaborador de Cuestione, Luis Enrique Pereda, quien nos explicó que la certeza jurídica es básicamente que las empresas puedan predecir el camino, basándose en las normas y en las instituciones.

Es decir, si hay antecedentes de que el camino fue soleado el lunes, el martes y el miércoles, es más seguro saber que el jueves la gente necesitará una bebida refrescante y por lo tanto se puede invertir sabiendo que existirá esa demanda.

De lo contrario, si el lunes llovió, el martes fue soleado y el miércoles hubo un frío terrible, pues nadie querrá invertir en bebidas refrescantes para el jueves porque es muy arriesgado saber si existirán condiciones.

El ejemplo anterior se da en condiciones naturales, pero en las condiciones de inversión de un país la certeza jurídica –es decir que existan normas claras e instituciones confiables–, es lo que garantiza que el camino sea claro.

“La inversión extranjera es atraída más por un ambiente de certidumbre y uno de los aspectos de la certidumbre es la predictibilidad, que un hecho pueda ser predecible. No quiere decir que sea posible saber en qué acabará una sentencia, pero sí tener la certeza como inversionista de que las opciones jurídicas están acotadas”, explicó.

Y agregó que a la hora de predecir el resultado de un problema potencial, es necesario saber cómo ha resuelto la Suprema Corte. “Si ha resuelto casos similares en el mismo sentido, lo predecible es que también a mí me resuelvan en ese sentido”.

“El empresario va a poner en riesgo su dinero y la certidumbre jurídica lo atrae”. Y si una vez que ya invirtió su dinero esta predictibilidad no se cumplió, “imagínate la próxima vez que le pidan invertir en el país, va a decir “híjole, dame más garantías”, dijo Pereda.

Para Díaz-Infante, además “la certeza jurídica es importante, porque te permite, conforme al estado de derecho, saber que se va a respetar la Constitución, las leyes, los reglamentos, todo el entramado jurídico, los contratos que se establecen para poder actuar conforme a ellos y realizar inversiones, seguro de que tus derechos de propiedad se van a respetar”.

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Luis Enrique Pereda nos explicó que un principio jurídico dice que “a ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”.

Para explicarlo mejor nos puso un ejemplo en materia penal. Si una persona es encarcelada en 2010 por robar una vaca y ese año la pena es de cinco años, pero si en 2015 la pena se modifica a 10 años, la persona tiene que estar en libertad porque la nueva ley es en su perjuicio.

Sin embargo, este principio también actúa en beneficio. En el mismo ejemplo de una persona que roba una vaca en 2010 y la pena es de 10 años, si la ley se reforma en 2015 para estipular solo una pena de cinco años, la persona tiene que estar en libertad, aún cuando en un inicio recibió una pena de 10 años.

Es por esto que este principio jurídico protege a las empresarios de probables cambios en las leyes, porque pueden decir “yo inicié este negocio, yo firmé este contrato con estas reglas, si hay algo posterior que me perjudica, no se va a aplicar porque yo debo de tener una capacidad de predecir qué va a pasar.

Este es solo uno de otros principios legales que se pueden argumentar en contra de un cambio de ley, porque también existe “la obligatoriedad de lo pactado, que incluso aplica en el derecho internacional. Lo pactado debe cumplirse”.

Y concluyó el experto: “qué garantía tendría la sociedad, los negocios, la familia, los gobernados, si cada día van a cambiar las cosas. Tiene que haber una predictibilidad del derecho”.

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