Aunque es una de las grandes expectativas el poder vivir gracias a un negocio propio, son pocos los emprendedores que llegan a hacer realidad el sueño.
De acuerdo con la investigación Demografía Económica presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a los 20 años solo sobrevive el 11% de los negocios, ya que a los cinco años habrá muerto el 70% y y a los 10 años el 78% habrá desaparecido.
No son cifras alentadoras para el arduo trabajo que significa crear una empresa y volverla redituable, el camino a concebir un concepto, una marca y hacerla funcionar es un camino realmente largo, entonces, ¿por qué no pensar en arrancar con un negocio ya probado?
Las franquicias son marcas y modelos de negocio ya probados y aceptados que pueden representar una ventana de oportunidad para todas aquellas personas que tengan en mente tener conseguir resultados a corto y mediano plazo.
Pero antes de invertir es necesario analizar el negocio apto y el capital con el que cuentas para ello.
Si tienes un presupuesto limitado, aquí te presentamos algunas opciones de las franquicias más baratas que existen en el mercado en México.
Este negocio se especializa en la venta y alquiler de máquinas expendedoras. Desde 2003, la marca ha experimentado un crecimiento sostenido gracias a la baja inversión que representa para los franquiciatarios.
Los inversores tienen acceso a videos, promociones especiales, manuales de usos, asesorías comerciales y cursos de capacitación para iniciarse en el mercado del vending con Coin City. La inversión inicial es de 6,000 pesos mexicanos y el retorno se da en un año aproximadamente.
De las más baratas dentro del rango de las más exitosas en México. Enfocada en el giro de alimentos y bebidas, este negocio se sirve de ‘alitas’ y demás platillos de comida rápida en un ambiente para toda la familia.
Tiene una cuota de la marca de aproximadamente 300,000 pesos y pagos fijos desde 15,000 a 25,000 pesos. Sin embargo, para adquirir el local equipado y en funcionamiento, se necesitan casi dos millones de pesos.
Encabeza la lista de franquicias en el país que no necesitan de una gran inversión inicial y además, los inversores no están obligados a pagar regalías. El negocio se puede emprender con 7,500 pesos y el retorno se da en tres meses aproximadamente.
Su rubro es la limpieza a domicilio para vehículos y aunque suene innecesario, los franquiciatarios reciben capacitación, asesoría y acompañamiento en todo momento para echar a andar el negocio sin que este tenga pérdidas.
Si se busca emprender en el sector inmobiliario, Quality es una de las franquicias más baratas vinculadas al gremio. Actualmente cuenta con más de 80 sucursales y sigue expandiéndose año con año.
Su campo es la venta y alquiler de inmuebles, como prácticamente todas las empresas de este rubro. Lo que la diferencia de las demás franquicias, es que los inversionistas pueden recibir un respaldo financiero desde el inicio del negocio.
La inversión inicial es de 67,900 pesos mexicanos y el retorno se da en aproximadamente 18 meses.
Esta empresa tiene más de 20 años dentro del sector farmacéutico. Es conocida por ofertar gran variedad de medicamentos genéricos y de patente a sus consumidores. Además, cuenta con un consultorio de atención médica en la mayoría de sus sucursales.
A la fecha, existen más de 900 sucursales franquiciadas en toda la República Mexicana y otras 75 que son completamente propias. Para iniciar, se requiere una inversión de 100,000 pesos mexicanos. La cuota de regalías es del 3% y el retorno se da en un año.
Otro concepto de restaurantes de comida rápida que se ha expandido a tal grado de ser reconocido en prácticamente cualquier entidad del país es Subway. Tiene una cuota de marca de aproximadamente 200,000 pesos y pagos fijos de 8% por regalías.
Cabe destacar que es una de las empresas más grandes del mundo y en el país, más de 100 sucursales franquiciadas se expanden por todo México. El retorno de inversión se consigue entre 2 y 5 años aproximadamente.
El primer paso para encontrar el sistema de franquicia correcto es hacer un autoanálisis para determinar lo que realmente se desea obtener de esta inversión y las cualidades que se buscan en un franquiciante. Para ello existen seis puntos que ayudan a investigar, comparar diferentes marcas y así elegir la correcta.
Por lo general, el primer contacto y presentación del concepto de la franquicia se realiza por teléfono. A través de una llamada, el inversionista le ayuda al directivo a entender quién es, qué lo hace exitoso y qué busca lograr.
Por su parte, él lo ayudará a comprender quién es el franquiciante, qué es lo que hace que la marca sea una oportunidad única y quiénes tienen la capacidad de ser franquiciatarios exitosos.
Durante esta etapa, el franquiciante buscará reunir y ofrecer detalles más específicos, incluyendo si el interesado tiene el capital suficiente para emprender bajo su modelo de negocios.
El propósito es determinar si hay coincidencia desde la perspectiva del dueño de la marca. Esto puede hacerse por teléfono o en persona. Si se establece un diálogo abierto y honesto con el representante de la franquicia, éste probablemente descubrirá si hay potencial y lo externará.
En esta fase la mayoría de los inversionistas llevan a cabo una revisión de los términos y condiciones de la COF (Circular Oferta de Franquicia), que contiene la información que el franquiciante debe entregar a sus potenciales franquiciatarios con por lo menos 30 días hábiles de anticipación a la firma del contrato.
En términos generales, debe contener información técnica, económica y financiera de la franquicia, por lo que se debe estar seguro con el franquiciante en todos los puntos relevantes. Su fundamento se encuentra en el artículo 142 de la Ley de la Propiedad Industrial.
De una manera sencilla, es un documento que representa una radiografía del estado actual que guarda la empresa.
Una vez que se ha llegado hasta aquí, es momento de entrevistarse con otros franquiciatarios, reunir información, comparar los datos de los demás miembros de la red y determinar si existe un alto grado de probabilidad de que puedan alcanzarse los resultados deseados.
Idealmente, este es un periodo en el que hay que adquirir información de manera intensiva y analizarla a profundidad. Aquí es cuando se pone a prueba la veracidad de los sistemas del franquiciante y se evalúa si éste es hábil y posee un modelo de negocios rentable en el largo plazo.
Nunca deben hacerse negocios con gente que no se conozca en persona. Adquirir una franquicia implica establecer una relación altamente personal; se están confiando los sueños y el capital en el liderazgo del franquiciante.
De ahí la importancia de visitar las oficinas corporativas de la franquicia, conocer a la gente que toma las decisiones, estrechar su mano, mirarla a los ojos y plantearle preguntas difíciles. En esta fase se sugiere evaluar el nivel de confianza en el liderazgo del franquiciante y la esencia de su administración.
Finalmente llega la decisión, si con lo analizado se decide continuar con el proceso e invertir, no hay vuelta atrás. De lo contrario, hay más franquicias en el mercado que seguro se acoplarán a cada inversor que las requiera.
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