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Bonos a la baja, depreciación de la moneda y acciones en rojo. Si los activos locales habían arrancado 2022 con el pie izquierdo, la invasión rusa a Ucrania solo profundizó las caídas. En un contexto donde la incertidumbre gana terreno, los inversores se ven obligados a buscar nuevas estrategias para no perder la rentabilidad de sus carteras en el mediano-corto plazo.
“Febrero fue uno de los meses más volátiles de los últimos tiempos, en el que se combinaron los temores inflacionarios con la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, que se convirtió en el mayor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El Covid-19 pasó a un segundo plano, y ahora las miradas se concentran en el impacto que tendrá este conflicto en el escenario económico global”, reconoció Daiana Olivera, estratega de Cohen.
Es así como, en tiempos de guerra, volvieron a estar vigentes declaraciones que había hecho Warren Buffet en 2014. En aquel entonces, cuando Rusia ingresó militarmente en Ucrania y anexó el territorio de Crimea, el multimillonario le recomendó a los inversores que no se refugien en dólares, ya que la moneda se devaluaría.
“De lo único que podemos estar seguros es que, si entramos en una guerra muy importante, el valor del dinero se vendrá abajo. Es algo que pasó en prácticamente todas las guerras que conozco. Lo último que alguien querría es guardar el dinero (…). Mejor tener activos que sean productivos durante los próximos 50 años, que poseer trocitos de papel”, explicó el empresario.
Para Walter Morales, presidente de Wise Capital, si el conflicto bélico se alarga va a traer aparejado menores tasas de crecimiento y una posible profundización de la salida de capitales de mercados emergentes. Por esa razón, invertir en acciones y Certificados de Depósitos Argentinos (conocidos como Cedears) no son las mejores opciones.
Solo hay algunas excepciones. Los activos atados al petróleo, el gas, los cereales y el oro. Se trata de las principales materias primas que se ven impulsadas al alza por el conflicto, próximas a romper nuevos máximos históricos. Eso beneficiaría a los ingresos de las empresas del sector en el mediano y corto plazo.
“A priori, podemos pensar en papeles como Vista, Chevron y Barrick Gold, para empezar a dar nombres. Más adelante, excepto que haya buenos precios de entrada, acciones de empresas sólidas de bienes de consumo y con bajos niveles de deuda (Coca-Cola), dejando afuera a las de bienes durables”, indicó Morales. En el sector de las commodities agrícolas, una firma que podría verse favorecida es la australiana Rio Tinto Plc.
Otra alternativa, para no comprar una acción en específico, son los Cedears de ETF. Esta herramienta financiera, que empezó a operar en la Argentina en enero de este año, replica el rendimiento de un índice activo. Para Olivera, hoy hay dos opciones: el XLF (empresas financieras) y el XLE (compañías energéticas).
“Como perlita para el inversor, también resulta interesante empezar a mirar al sector de la ciberseguridad. Vivimos en un mundo de gran tensión bélica, el cual, de a poco, seguramente va a ir mutando y los ataques cibernéticos podrían tener una participación relevante en los conflictos geopolíticos. Este es un sector interesante y existen índices de empresas de ciberseguridad para invertir”, sumó Gonzalo Gaviña, asesor financiero de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
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