Mireya Díaz, una publicista y asesora de marketing venezolana afincada en Ciudad Real, ha lanzado el corto documental Una maleta llena de fe, con el que ocho de sus compatriotas relatan su experiencia a la hora de emprender un negocio en la capital, pero también trasladan un mensaje de optimismo para que otras personas se adentren en ese camino, incluidos los propios españoles. Díaz explica que este proyecto surgió hace tres meses, «tenemos un grupo de venezolanos en WhatsApp», de los que una parte habían fundado sus propios negocios.
Su propuesta es que este cortometraje de ocho minutos sirva «para alentar a otros emprendedores». De momento, el empuje de los venezolanos por crear su propia vía de sustento se ha materializado en tres establecimientos de hostelería, un centro odontológico, una peluquería de señoras, una barbería, un estudio de fotografía y una tienda de tejidos de hogar.
La autora del reportaje considera que «la misma experiencia de tener que salir del país y llegar a un sitio donde uno no se siente inmigrante, es muy grande» y facilita ese impulso para intentar poner en pie un negocio.
La obtención de materiales para este documental fue mucho más amplia que los ocho minutos que muestra su metraje final. Díaz aclara que todas esas imágenes grabadas han servido para que cada uno de los negocios participantes recibiera «un vídeo completo de lo que hablaron», que les puede servir como promoción de su establecimiento, con la consideración añadida de que la difusión esos vídeos puede servir de ánimo para incorporarse al grupo o emprender un nuevo negocio.
La publicista añade como otro argumento a favor «la cantidad de apoyos institucionale»» disponibles en Ciudad Real para quienes desean emprender: «Cepaim, la Cámara de Comercio… siempre están dispuestos a facilitar formación a quien quiere abrir un nuevo negocio».
Una de las participantes en este vídeo es Patricia Gómez, que hace cinco años abrió junto con su esposo un centro odontológico, quien advierte que la propuesta de Mireya Díaz fue aceptada prácticamente de forma automática. «En la unión está la fuerza» y mediante esa unión «podemos hacer una red en la que nos vamos a ayudar todos y nos vamos a dar mayor visibilidad».
La odontóloga resalta, además, la buena aceptación que ha tenido su clínica por el público ciudadrealeño.
Por su parte, Eduardo Maluenga, que abrió recientemente un gastrobar, insiste en la necesidad de «arriesgar», como forma de salir adelante y «contando con la receptividad que muestra el público». En este sentido, aunque el sector de hostelería es el más representados entre los negocios de raíz venezolana asegura que «no competimos entre nosotros».
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