En México nos gusta que los emprendedores sufran. Parece que no queremos demasiadas historias de éxito —no vaya a ser que ese ánimo se contagie— y mejor olvidamos sus necesidades y su importancia.
Cuatro de cada 10 emprendedores tienen pagos atrasados de facturas de clientes, según la Radiografía del Emprendimiento en México de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
La más estrujada posición en la que puede estar una pequeña y mediana empresa (pyme) o un emprendedor es no poder cobrar.
“Esto es muy grave. Hoy 75 por ciento de las empresas mueren en los primeros dos años de vida, la mitad de esas es por pagos atrasados. Tienen un producto o servicio y lo venden, pero no logran que se les pague”, me dijo Juana Ramírez, fundadora de Grupo Sohin y presidenta de la ASEM.
Por cierto, cuando los negocios son B2B y realizan transacciones comerciales con otra empresa, el número que reporta impago se incrementa a 55 por ciento, dice el Informe Ejecutivo de la Radiografía publicado hoy por la ASEM. De las empresas en este estudio, siete de cada 10 participan en la categoría B2B.
Las pymes y los emprendedores, sobre todo en países emergentes como México, juegan un relevante rol en la economía: son los que más desarrollo y empleos crean. “600 millones de puestos de trabajo se necesitarán en 2030 para absorber la creciente fuerza laboral mundial, esto hace al desarrollo de las pymes una alta prioridad para muchos gobiernos”, dice el Banco Mundial.
En México estos negocios generan ocho de cada 10 empleos, pero, ¿son prioridad?, ¿les prestamos atención?, ¿les generamos un mejor ecosistema? Muchas complicaciones a las que se enfrentan podrían mitigarse, comparto dos:
1. Entre las principales razones por las que un emprendimiento o pyme fracasó el año pasado no se encuentra la pandemia, sino la falta de liquidez o capital de trabajo y problemas para conseguir financiamiento.
2. Una empresa tarda en promedio 1.5 años en ser rentable y una de las mayores dificultades para lograrlo es el alto costo de la estructura fiscal y laboral del país.
Por eso, seis de cada 10 emprendedores considera que en México no hay facilidad para emprender. En promedio, en una escala del uno al 10, la calificación que dan a nuestro país en facilidad para emprender es 4.3. Estamos reprobados. “Hay personas que decidieron crear valor, invertir su talento y su capital, si logramos que estén mejor capacitadas y tengan un entorno propicio e inclusivo para crecer sus negocios, lograremos mucho”, me dijo Juana.
Quiero pensar que, en el fondo, no queremos verlos sufrir, y que el objetivo común son pymes y emprendedores exitosos que generen empleos dignos y desarrollo. Para eso necesitamos resolver las complicaciones existentes. ¿Lo hacemos prioridad?
C.@vivircomoreina
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