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Opinión
miércoles, 27 julio 2022 | 06:00
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Actualmente, vemos que existe la venta de artículos de segunda mano por doquier, personas desechan cosas que consideran innecesarias o no indispensables para poseer un poco de recursos y hacer frente a la mutilada economía que se padece.
Existen varios mercados de segundas en Ciudad Juárez destinados a la venta de infinidad de cosas, donde acceden todo tipo de personas a comprar algo que les es necesario a un valor más bajo que el de una tienda o supermercado. Regularmente, ahí se encuentra de todo lo que se busque.
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Desde ferreterías ambulantes, carnicerías, venta de joyería y demás vendedores de mercancías han encontrado un espacio donde ofrecer sus productos sin la necesidad tormentosa de contar con un lugar establecido con todas las reglamentaciones necesarias para estar dentro de la ley.
Otros negocios trabajan en la oscuridad del encierro, con bardas enormes y cortinas cerradas, sin letreros o carteles que los identifique, mucho menos anuncios en medios. Viven de los clientes que han hecho a través del tiempo o de contactos cercanos que les genera trabajo, de esa forma han permanecido. Mientras otros se arriesgan a la apertura de un establecimiento sin los permisos para ello.
La razón es sencilla, son infinidad de trámites burocráticos que se requieren para abrir un negocio, además de los largos tiempos por cada gestión escalonadas, necesitando el primer trámite para poder realizar el siguiente. Además, tener que ver las caras altaneras y de arrogancia de quienes atienden los espacios públicos de gobierno, sobre todo de ventanilla, como haciendo un favor al contribuyente, sin saber que por ellos reciben el salario.
Para empezar un negocio, se quiere iniciar con el primer trámite, estar inscrito ante el Registro Federal de Contribuyentes con el régimen fiscal adecuado; posteriormente, tramitar el uso de suelo, con un costo dependiendo del giro, desde los mil pesos hasta los miles un tiempo de 20 días de espera, para posteriormente buscar la licencia de funcionamiento, otros 20 días, si no hay justificaciones que hagan más larga la espera.
Sin descuidar el registro patronal ante el seguro social y abrir una cuenta bancaria de empresa o negocio. Ahora, dependiendo del giro de comercio seguirán una escalada de requisitos en cascada, exigidos para cumplir cabalmente con los requerimientos para considerarse una persona dentro de la ley empresarial. De lo contrario, las consecuencias de no cumplir serán multas, ya sea del IMSS, SAT, Gobernación y demás inspectores que buscan de este nicho clientelar un recurso; sin contar las posibles y terribles extorsiones.
Agraciadamente, las cámaras de comercio en la ciudad han sido un aliado para estas personas que comienzan, el emprendimiento es un principio es difícil, pero más el sostenerse y continuar. Estas instancias, auxilian en los trámites y aportan conocimiento de infinidad de temas que son complicados de entender para alguien que solo busca empezar legal y limitadamente un negocio.
Una persona con escasos recursos no piensa en tramitar decenas de permisos y perder el tiempo limitado que lo persigue, menos en gastar en ello el poco recurso que posee. Solo busca ponerlo en movimiento para sacar dividendos y continuar con esa actividad económica. Es lo que hay en el momento y con lo que cuenta.
Se considera demasiada burocracia para emprender legalmente, hay muchos trámites y condicionantes por cumplir, es necesario evolucionar y permitir que las personas trabajen legalmente reguladas, pero sin tantas restricciones que frenan su desempeño y consolidación. En lugar de perseguir hay que dar opciones y alivianar la carga, con ello habrá mayor economía para todos, incluyendo al Estado. De lo contrario continuaremos igual o peor con esta carestía.
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