5 diciembre, 2022
5 diciembre, 2022
Un frente frío se dejaba sentir en la capital tamaulipeca, y la gente en las calles apuraba el paso para no terminar empapados, por la fina lluvia qué se dejaba caer, en esas avenidas de la zona centro, en estos primeros días del mes.
Pero hay algo que no cuadra a simple vista, un paisaje un tanto descolorido, qué se aprecia distinto, el color, el ruido y la textura del clásico diciembre no brillan cómo en otros años. Tanto los negocios establecidos, cómo los pequeños puestos qué abarrotan el primer cuadro de la ciudad, lucen muy parecidos a cómo lo fueron el resto del año.
En épocas anteriores aún no llegaba el último mes, y los establecimientos lucían repletos de mercancías nuevas y brillantes decoraciones navideñas. Pero hoy no es asi. Muchas tiendas, zapaterías, mueblerías y changarros pequeños, parecen no advertir que la época decembrina ya llegó, sus aparadores y exhibidores no están repletos de ofertas navideñas.
– Este año nos pegó dura la crisis, mi amigo – relataba Mario, propietario de un pequeño negocio al Caminante – las ventas han estado de lo peor y la inflación cada vez más perra.
– ¿Han estado muy bajas las ventas? – Demasiado, pa’ empezar el pasado regreso a clases se llevó todo el circulante.
La gente ya se había desacostumbrado a comprar útiles escolares y uniformes, y luego, muchas escuelas cometieron la salvajada de cambiar de uniformes, “quesque’ para renovarse, quesque’para un nuevo comienzo” ¿y sabe qué fue lo que pasó? qué muchos papás que tenía la esperanza de reutilizar uniformes de segunda mano ya no pudieron hacerlo, y lo peor fue qué las escuelas se los exigieron.
Luego vino el cambio de sexenio y perdimos muchos de nuestros clientes, y los nuevos burócratas que llegaron todavía no nos conocen. – La gente nueva que llegó a trabajar en gobierno – mencionó el Caminante. – Si amigo, pero eso no fue todo. Después llegó la feria Tamaulipas y se desató “la gastadera”, ya sabe, ‘una ida a la feria y se acaba la feria’. – ¿Y qué tal el Buen Fin? ¿no se repusieron un poco? – Ojalá así hubiera sido, pero para empezar el clima estuvo horrible, frío y con lluvias. Y la poca gente que hubo nomas vivieron a mirar – lamentaba ‘Mayo’. – Este año surtimos muy poco – comentaba ‘El Flaco’ a su amigo el Caminante. – Recuerdo que para estas fechas tu puesto ya estaba repleto de mercancía. – ¿Pues si pero pa’ que invertir la lana, si no tenemos la seguridad de que vamos a vender? y si te más por toda la calle Hidalgo es lo mismo. Bueno, este año ni las Marías que piden caridad se pusieron en las calles.
– Entonces, ¿pinta muy ‘flaco’ este diciembre? – Pues a cómo se ve, no va a ser igual que en otros años. Esta sensación de pesimismo se extiende también a los locatarios del mercado Argüelles. El Caminante se ha topado con camaradas y conocidos que chambean ahi, y la historia suena parecido.
– Desde que llegas al mercado te das cuenta de que ya no es igual, si te fijas, este año afuera no está lleno de piñatas como en otros, ¡piñatas! si el mercado Argüelles no está repleto de piñatas en diciembre es porque algo está pasando – explicaba ‘Pelón’ al vago reportero – pa’ estas fechas ya no se podía ni caminar en las banquetas, es mas, ni se escuchaba lo que hablabas, Porque muchos negocios ya tenían la bocinota a todo volumen. – ¿Tu crees que el panorama se ve muy negro? – pregunta el Caminante. – No, yo creo que sí va a haber movimiento, sobre todo cuándo empiecen las posadas, el 24 y el día último, peeero… – ¿Ahi donde tú trabajas sintieron el bajón de clientes? – Cómo en todos lados carnal, no te voy a decir que “no sé paran ni las moscas”, pero de plano yo creo que van a estar muy castigadas las ventas este fin de año, de hecho ya lo están.
El Caminante, asi de preguntón como es, no se quedó “con la espinita” y se lanzó a preguntar a otros conocidos de la zona, sobre sus expectativas de la temporada: el mismo relato se repite tanto en carnicerías.como en tiendas de ropa, puestos de fantasía informática y hasta los mismos lavacoches de la plaza lo han vivido en carne propia.
Y es que luego de dos años y medio de resentir los estragos de la pandemia, el comercio local se encuentra deprimido y descapitalizado. Muchos negocios bajaron sus cortinas y una gran cantidad se encuentran ‘nadando de muertito’ sobrellevando está difícil recesión económica.
Muy pocos comerciantes se han arriesgado a invertir con la esperanza de qué diciembre los ayude a recuperarse. Esperemos qué los victorenses ‘se tienten el corazón’ en lugar de ir a entregarle todo su dinero a las grandes cadenas de tiendas y franquicias, opten por consumir local, pues es un hecho que hay mejores ofertas en el.
A todos esos empresarios y emprendedores, comerciantes y chachareros de la ciudad, el Caminante les envia las mejores vibras y los mejores deseos, para que sus ventas mejoren y la recuperación económica llegue pronto. Demasiada pata de perro por esta semana.
Por Jorge Zamora
Grupo Editorial Expreso – La Razón
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