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Cuando solo tenía 25 años, Daniel Falcón perdió su empleo en el área de recursos humanos de una importante empresa transnacional. ¿La razón? Su vocación por ‘hacer bien las cosas’. Eran comienzos del milenio y, tras este aparente tropiezo, encontró en un primigenio Internet un sinfín de posibilidades para desarrollar en distintos sectores que movían la economía del país. Con esta visión decidió emprender algo propio, un negocio que llevara su sello.
Hoy, a través de Neo Consulting, Daniel ha logrado forjar una sólida empresa de transformación y estrategia digital que comparte sus valores y que ha logrado expandirse con éxito en otros países de la región.
-¿Cómo nació tu idea de emprendimiento?
Estudié negocios en la Universidad Mayor de San Marcos y luego hice una maestría en psicología organizacional. Cuando terminé mi máster, estaba trabajando para una empresa trasnacional en el área de recursos humanos. Lideraba un equipo de call center interno de la empresa, donde trabajaban cerca de 100 mujeres muy jóvenes. No descansaban, tenían problemas de estrés e incluso hubo desmayos. Por mi vocación como profesional, intenté implementar un programa de formación y desarrollo para ellas. Eso no fue bien visto por los gerentes del área y me despidieron. Me chocó mucho mi salida. Ese día decidí nunca más trabajar para una empresa, sobre todo para una con esa falta de valores y compromiso con su talento.
-Un despido se convierte a veces en un punto de partida.
Después de lo que pasó, decidí hacer un emprendimiento y aprender. Mi idea era trabajar para otros y desarrollarme, pero me di cuenta que las empresas no compartían mis valores ni mi propósito como profesional. Así nació Neo Consulting, empezamos con poco dinero y recursos limitados. Todo inició en un espacio pequeño en una cabina de Internet en el Callao. En ese momento, nuestro objetivo era crear una empresa que pueda ayudar a otras a usar el Internet y canales digitales como oportunidades de negocio.
-Hace 20 años, no todas las empresas veían como prioridad digitalizarse o trabajar con comercio digital. ¿Cómo hacer de eso una idea de negocio?
No fue nada fácil. Con mi base de negocios, lo primero que hice fue analizar cuáles eran los sectores más importantes de la economía en el Perú y luego determiné qué empresas de estos sectores tenían potencial para mejorar con la digitalización. Eran empresas que sabíamos que aún no habían logrado usar Internet para generar negocios. Comencé buscando clientes en las Páginas Amarillas y llamando a las centrales de estas empresas. Me presentaba y pedía comunicarme con el gerente comercial. La mayoría de veces no sabía ni el nombre de los gerentes.
-Parece algo muy audaz lanzarse a llamar de esa forma. ¿Cómo hacía para convencerlos de trabajar con Neo Consulting?
Teníamos estudios e investigaciones. Con ello demostrábamos el potencial de sus empresas con un proceso de transformación digital. Les hablaba sobre ello y eso llamaba su atención. Finalmente, ayudaba a concretar una reunión con la que después se hacían nuestros clientes. Todo nació a partir de hacerles entender el potencial que tenían si decidían trabajar con tecnología.
-Da la impresión de que vio algo en Internet que no muchos vieron. ¿Cuál fue su primer contacto con ese mundo?
Desde que descubrí el Internet en la universidad, en 1993 en la biblioteca de San Marcos, fue algo que me apasionó al instante. Luego fui a casa y convencía mi papá de que pusiera Internet. Me conectaba a partir de las 11 de la noche, porque cobraban por minuto y el acceso era muy caro. Internet fue un amor a primera vista. Siempre he sido una persona muy curiosa y para mí fue como encontrar un paraíso. Representaba una gran oportunidad. Recuerdo muchas noches navegando e investigando y diciéndome a mí mismo: esto es lo que yo quiero hacer.
-Tras más de dos décadas, ¿cómo ve hoy la industria de la transformación digital en el Perú?
Lo que ha hecho la pandemia es acelerar la necesidad e importancia de la transformación digital de los negocios más tradicionales. Lo que hemos visto como un cambio positivo es que lo digital antes estaba circunscrito solamente a la gran empresa o a ciertos sectores y ahora es algo trascendente para cualquier sector o cualquier tamaño de empresa.
-¿Cuál es el objetivo actual de Neo Consulting?
Lo que me motiva día a día a seguir trabajando es forjar una empresa peruana líder a nivel regional y con valores muy marcados. Hoy he rechazado varias ofertas de compra, porque creo que una compañía peruana puede lograr eso.
-¿Es complicado emprender en un país como el nuestro?
No es nada fácil. Hacer empresa en el Perú, sin tener relaciones o contactos, desarrolla una capacidad de frustración muy alta. De hecho, durante los primeros años de Neo Consulting, no tuve sueldo.
-¿Sirvió su experiencia como gestor de talento durante la constitución de su emprendimiento?
Pese a que emprendí una empresa de tecnología y transformación digital, la gestión de talento siempre quedó en mí. Eso hizo que iniciara un emprendimiento donde no solo importa generar retorno de inversión, sino también desarrollar a los trabajadores. A lo largo del tiempo he ido incorporando socios, que en su mayoría trabajan o han trabajado con nosotros. De nuestros diez gerentes, cinco empezaron como practicantes y otros dos como consultores junior. Es decir, siete de ellos empezaron prácticamente su carrera con nosotros. Para mí, la diferencia no está en la tecnología o el servicio que se ofrece, sino en las personas. Si Neo Consulting está en cuatro países y tenemos el crecimiento que tenemos, es básicamente porque tenemos un buen equipo de trabajo.
-“Mi nombre es Daniel Falcón y tengo 47 años. Mi papá es de Áncash y mi mamá de Lima. Yo nací en la capital. Estudié negocios en la Universidad Mayor de San Marcos y luego hice un máster en psicología organizacional en la Universidad Ricardo Palma”.
– “Me encanta todo lo que tenga que ver con el arte, soy muy aficionado a la música. Disfruto ir a conciertos y a museos. Todo eso me llena el espíritu. Soy muy rockero. De más joven era punk y escuchaba música subterránea. Luego pasé por la música gótica, pero desde hace unos años me he fascinado por un género llamado shoegazing. También disfruto de la ópera y la música clásica”.
– “Me gusta salir a caminar, es tiempo para uno mismo y desarrolla la capacidad de observación. Lo que me motiva a seguir trabajando es forjar una empresa peruana con valores y que sea líder a nivel regional”.
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