Cuando el enemigo del inversor es uno mismo – EL PAÍS

Hace 30 años a un inversor, por ejemplo americano, le bastaba con colocar simplemente el 20% de su patrimonio en bonos del Tesoro (el resto, liquidez) para obtener una rentabilidad anual del 6,5%. Hace 20 años, en 1991, ya tenía que colocar el 50% de su cartera en acciones (americanas o europeas) para tratar de lograr ese mismo rendimiento, asumiendo ya una posible volatilidad del 7,63%. En la actualidad, con unos tipos de interés cercanos al 0% para los activos sin riesgo, ese mismo inversor debería colocar el 100% de su cartera en activos con riesgo (en mayor o menor medida) para tratar de obtener esa rentabilidad del 6,5%, sabiendo además que su volatilidad estimada se situará en torno al 14%. Son los datos que maneja David Azcona, responsable de inversión de Beka Values Private Banking AV, para quien, en este escenario queda claro que invertir es per se cada vez más difícil.
Sin embargo, tanto para él como para Nabil El-Asmar Delgado, responsable de Vontobel AM, e Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, para ser un inversor inteligente y conseguir ganar dinero no solo se trata de “luchar” contra la propia complejidad de los mercados; también “de pelear contra nosotros mismos; de tratar de evitar las trampas que nuestro propio cerebro nos pone en el camino o de dejar a un lado, entre otras cosas las falsas expectativas”. La lista que entre estos tres expertos han confeccionado sobre los errores más comunes a la hora de invertir con inteligencia es larga, aunque muchos de ellos llevan implícita su solución. He aquí un resumen.
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