OPINIÓN
El crowdfunding inmobiliario (financiamiento colectivo) ha ganado gran interés por parte de los inversionistas desde hace un par de años, aunque existe desde siete años atrás.
En este modelo, dependiendo de la plataforma, una persona puede invertir desde cinco mil pesos y obtener ganancias como si fuera el desarrollador.
Estas aplicaciones ofrecen rendimientos que van de 10 a 30 por ciento anual, lo cual es muy atractivo para los inversionistas. El secreto para invertir en estos negocios es hacer un análisis del constructor y de la plataforma, aunque hasta ahora, el índice de incumplimiento es prácticamente nulo y el riesgo también es bajo, ya que se invierte en ladrillos y al estar en un fideicomiso no hay forma de que el desarrollador ocupe el dinero en otra cosa que no sea la construcción del edificio.
No obstante, existe la denominada Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera o también conocida como la Ley Fintech, que entró en vigor en 2018 y bajo la cual deben operar las plataformas de crowdfunding.
Es importante verificar que quienes se ostenten como tal aplicación, cuenten con la autorización, ya que eso le puede dar mayor certeza al usuario, al estar regulada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Por ello, vale la pena verificar qué plataformas están operando bajo esta regulación y así también, con organizaciones como la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (AFICO).
Siempre comento que estas plataformas democratizan la inversión y sin duda, de esta manera el desarrollador obtiene capital para financiar el proyecto y aunque pudiera ser más caro que un crédito bancario, tiene sus ventajas como el hecho de que el riesgo va en el tiempo, es decir, en caso de demora en la construcción por cualquier circunstancia.
Los esquemas de inversión que ofrece el crowdfunding inmobiliario son el de deuda, equity y patrimonial.
En el esquema de deuda, el inversionista actúa como acreedor del desarrollador, es decir, que su pago proviene de los intereses generados.
El formato equity, es donde el inversionista se vuelve copropietario del inmueble que se financia, lo que significa que el desarrollador otorga una porción de la utilidad al capitalista, generada por la comercialización del inmueble. Patrimonial, aquí quien invierte, recibe parte del desarrollo como su propiedad, por lo que se vuelve parte de su patrimonio.
Así también, el crowdfunding inmobiliario ha llegado a sectores especializados como, por ejemplo, el turístico que permite a los inversionistas convertirse en socios de hoteles con cantidades accesibles de inversión en este mercado y pueden generar rendimientos de la ocupación hotelera y la plusvalía que genera el inmueble.
Con este modelo los inversionistas pueden acceder a diferentes opciones del sector inmobiliario para diversificar su portafolio y reducir riesgos sin que la inversión que se realice represente un desembolso considerable.
POR LUIS RAMÍREZ
PRESIDENTE DE VIVE DE LAS RENTAS.COM
@LUISRAMIREZMI
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