Conquiste clientela certificando su conciencia social – El Colombiano

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En la recta final de este año varias de las más reconocidas empresas colombianas sonaron con fuerza y no precisamente por sus altas ganancias o millonarios negocios, sino porque consolidaron su labor social y eso les trajo importantes reconocimientos. Nutresa, Argos ISA y Bancolombia, por ejemplo, figuraron en el Índice de Sostenibilidad de Dow Jones (DJSI) en el que aparecen los “gurús” mundiales en estos temas.
Similar fue el caso de Alquería, que en meses pasados se convirtió en la primera compañía del sector lácteo en Colombia con certificación Tipo B, que se le entrega a aquellas firmas con altos estándares sociales, ambientales y de gobierno corporativo en toda la cadena productiva. Prácticamente, una graduación en grandes ligas de sostenibilidad.
Pero esa no es una condición que solo puedan alcanzar las grandes empresas del país, hay varias certificaciones a las que las unidades productivas, sin importar su tamaño, pueden aspirar para que los consumidores encuentren en ellas referentes sociales.
Una de las más recientes y difundidas por el Gobierno es la estrategia de Sociedades BIC (Beneficios e Interés Colectivo). Dice el Ministerio de Comercio que esta es “una carta de presentación en materia de cumplimiento de estándares de gobernanza, trabajadores, medioambiente y comunidad” para las compañías.
La incitativa se encuentra reglamentada mediante el Decreto 2046 de 2019 y los pasos a seguir son sencillos; primero, la empresa debe tener la convicción de generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente; luego debe aprobar la decisión de adoptar esa condición con la venia de socios o de la asamblea de accionistas y finalmente reformar los estatutos.
Este último punto hace referencia a agregar en la razón social la expresión “Beneficio e Interés Colectivo” o la sigla “BIC” e incluir en el objeto social de la firma alguna actividad relacionada con el gobierno corporativo, prácticas sociales o ambientales, entre otras. Todo esto debe registrarse ante cámara de comercio (ver ‘Para saber más’).
Además de Sociedades BIC, para ponerse a la par con criterios sociales las organizaciones pueden apelar al estándar ISO 26000, que hace referencia a guías de responsabilidad social emitidas por la Organización Internacional de Normalización respecto a temas de vigilancia de prácticas empresariales, derechos humanos y transparencia.
Adicional, existen opciones como el certificado de Responsabilidad Social de Fenalco Solidario en el que se evalúa en qué estado se encuentra la empresa esta materia y qué posibilidades y retos tiene, primordialmente en ocho áreas que comprenden comunidad y sociedad, medio ambiente, Estado, proveedores y competencia, entre otros. Todo esto permite un diagnóstico efectivo y, potencialmente, mejores prácticas, dependiendo del trabajo de cada unidad.
Por supuesto, también está uno de los sellos Icontec más relevantes, el de Sostenibilidad. Creado en 2014, busca promover este aspecto gradualmente al interior de las organizaciones y según Icontec es una herramienta valiosa «para identificar brechas importantes».
El sello cuenta con las categorías Origen, Evolución, Esencia y Excelencia que las compañías logran según sus avances. Lo interesante es que aquí se recogen varios estándares, entre ellos los de Sociedades BIC, el DJSI y la propia ISO 26000.
Igualmente, hay certificaciones como la SA8000, relativa a derechos de los trabajadores; Rainforest Alliance, enfocada en medio ambiente, o Cosme Bio, referente a productos elaborados con ingredientes naturales y de origen natural.
De acuerdo con la firma ConTREEbute actualmente en el mundo existen más de 400 sellos o certificaciones con los que «las compañías pueden validar acciones o compromisos de sostenibilidad».
Pese a que implica un esfuerzo de toda la organización los impactos son relevantes, principalmente en lo que se proyecta al público. Datos recopilados por la firma especializada Kantar indican que para 49% de los consumidores lo más relevante en la reputación de una marca es la responsabilidad social, mostrar que va más allá del dinero y las ganancias.
“Es muy importante que la marca cumpla con su propósito de manera auténtica, que no solo lo haga por protagonismo sino por esencia“, es la reflexión de Ángela Cedeño, Brand Director, División Insights de Kantar Colombia
El Ministerio de Comercio describe que “las Sociedades BIC combinan simultáneamente las ventajas económicas de la actividad mercantil, con la posibilidad de contribuir al medio ambiente, al bienestar de los trabajadores y al interés de la colectividad”. Además, recuerda que las empresas que tienen un propósito que va más allá del interés económico y que generan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, son conocidas como “Empresas de Triple Impacto”, “Empresas Híbridas” o “Empresas de Beneficio”. De acuerdo con la cartera, hasta noviembre había 1.043 Sociedades BIC en el país, lo que se acerca a la meta a 2022, que es 1.500.
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.

En materia de recuperación económica y del empleo, MinVivienda prevé que el sector edificador termine el año con un crecimiento anual de 7,8% y más de un millón de ocupados en promedio durante 2021. Este comportamiento, en cuanto al empleo, implicaría un crecimiento de 5,0% frente al número de ocupados de 2019, cuando se emplearon 849.000 personas.
“El sector edificador es llamado a continuar liderando la recuperación económica y del empleo en el país. En 2022 estimamos que el sector presente un crecimiento de 5,6% y emplee a más de 1 millón de personas”, indicó la cartera.

Periodista de la Universidad de Antioquia. Me gustan los temas sobre justicia ambiental, territorio y comunidades. Mi pasión: conocer historias y contarlas.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Me gustan los temas sobre justicia ambiental, territorio y comunidades. Mi pasión: conocer historias y contarlas.
Desde Fenalco Antioquia extendieron una invitación a los proveedores de Justo & Bueno, independiente de su tamaño, para conformar una mesa de trabajo conjunta –que se llevará a cabo durante seis meses– con el fin de explorar alternativas que ayuden a superar las dificultades y aprovechar las oportunidades que el Gobierno y el gremio puedan brindar. Así, la invitación a los interesados fue a sumarse a esa iniciativa, que estará liderada por una de sus gerentes sectoriales, Luz Andrea Calle, y su director jurídico, Juan Fernando Pulgarín.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Me gustan los temas sobre justicia ambiental, territorio y comunidades. Mi pasión: conocer historias y contarlas.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.
Académicos precisan que quienes plantearon las ofertas, primero por Nutresa y luego por Sura, son inversionistas de capital, y al igual que sus representados, no son empresarios del sector de alimentos ni tienen tradición de inversionistas en esa actividad, por lo que es difícil explicar que tengan un real interés en el desarrollo de ese negocio. Nutresa y Sura hacen parte del denominado Grupo Empresarial Antioqueño que se ha constituido en un pilar del desarrollo del país; y cuenta con una base de accionistas amplia, que representa un ejemplo de democratización de la propiedad empresarial.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.
Juan Gonzalo Merino, presidente de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransva), estimó que un incremento de $200 en el pasaje representaría un alivio para los propietarios de buses. Sin embargo, él mismo reconoció que un aumento por encima de los $100 podría afectar la demanda y eso terminaría por exacerbar el déficit financiero por el que atraviesan. En este contexto, vale recordar que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva) ya definió el incremento de los pasajes para 2022 en las rutas de transporte público urbano. Ese ajuste será de $150 y la entidad aclaró que lo definió a partir de premisas como la sostenibilidad y la capacidad de pago de los usuarios.
Soy afortunado por que me gano la vida haciendo lo que amo. Fanático de la salsa brava y los timbales. Amo a mi familia.
Una de las desilusiones de Pulpas AMY fue el “portazo” que le dio Hidroituango, pues los constructores de la central abrieron una convocatoria para conseguir proveedores de alimentos para los campamentos de los trabajadores. Tras participar y obtener una alta calificación, la microempresa tomó un crédito de $80 millones para adquirir unos equipos que le permitieran cumplir parte de los requerimientos. Pero, el esfuerzo no fue reconocido y por cambios en el personal de Hidroituango fue necesario iniciar otro proceso, con reglas distintas, que le cerraron la posibilidad a las mujeres de AMY.
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