Confianza: Condimento clave en los negocios – Última Hora

Cuando no confiamos en nuestra capacidad para alcanzar con éxito los objetivos que nos proponemos, tampoco podemos confiar en nuestra percepción sobre la vida. Por otro lado, cuando cultivamos la confianza propia, la misma se vuelve “contagiosa” en un buen sentido, pues, si la tenemos dentro nuestro, la transmitimos en palabras, acciones y emprendimientos.
La confianza es clave para hacer negocios, ya que, cuando se carece de ella, el intercambio se hace muy costoso, pues se llena de burocracia.
Así, la falta de confianza nos golpea de manera transversal en todas las áreas de nuestra vida. La baja autoestima trae usualmente consigo la falta de confianza y con esos prismáticos vamos por el mundo observando el entorno de una manera difusa y amorfa, adaptando la realidad a lo que logramos percibir.
Esta distorsión de la realidad amplía la desconfianza, pues la sensación de falta de control y de armonía con quienes nos rodean precisa de una explicación y comúnmente ella es hallada en la culpa y responsabilidad, ya sea de uno mismo o del otro.
Por eso encontramos a aquel que se considera a sí mismo culpable de todo cuanto ocurre a su alrededor, asumiendo errores ajenos y quebrantándose por tareas que no le corresponden. Mientras que también conocemos a aquel quien se cree la víctima eterna de todo lo que le sucede, solo existe gente mala, inoperante, ineficiente y sin capacidad a su alrededor, todos le perjudican y él nada puede hacer al respecto, sale de una situación amarga solo para caer en otra, el mundo es injusto y cruel.
Quienes se encuentran atrapados en el tremendo drama de ser siempre culpables o víctimas asfixian sus posibilidades de confiar en sí mismos; por lo tanto, tampoco confían en que puedan alcanzar logros, por ello cuando alcanzan una meta, la boicotean.
Esto puede comprenderse claramente si asumimos que para sentirnos felices necesitamos de una adecuada dosis de optimismo, ya que quien tiene baja autoestima no se quiere lo suficiente a sí mismo; por lo tanto, es pesimista respecto a sus reales posibilidades de lograr éxito en sus emprendimientos y así, como cuando busca cargar la cruz de la culpabilidad o encontrar a quien cargar con la responsabilidad de determinada situación, también boicoteará lo bueno que le suceda para endosar al “destino” o a la “suerte” lo acontecido, evitando felicitarse por sus propios méritos.
Quien tiene una buena relación consigo mismo, se quiere, se valora y se respeta, también inequívocamente tendrá asegurada su dosis de optimismo ante la vida que es la que nos permite alinear los prismáticos con que vemos el mundo. No todo en la vida debe ser un drama, pero tampoco todo debe ser analizado como algo trivial. En los negocios, la confianza es clave para innovar e invertir. El Señor bendiga la noble vocación empresarial.

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