Iván Frutos, en el depósito que utilizan para abastecer a sus más de 15 mil clientes en todo el país.
El gen emprendedor de Iván Frutos se manifestó bien temprano. Con apenas 15 años ya hacía videos para equipos de Counter Strike, a la vez que incursionaba en el diseño gráfico y armado de páginas web. También vendió desde celulares, zapatillas o automóviles, hasta publicidad y asesorías de marketing.
Sin embargo, su deseo de emprender un negocio propio era muy grande y crecía mes a mes. Entonces, compró un auto para rentarlo como Uber, ingresó al negocio de alquileres temporarios con Airbnb y adquirió un fondo de comercio de una estética.
“El único capital que necesitás para crear una empresa es adquirir la información correcta. Una vez que armás el paso a paso mental y le mostrás a la gente qué puede funcionar, el capital aparece”, cuenta este personal trainner de 25 años que, junto a su padre y poco antes de la pandemia, fundó Farufitness, una empresa familiar que fabrica maquinaria y elementos deportivos para entrenar en el hogar.
En 2018, Iván búsqueda un lugar donde vivir y conversando con el agente inmobiliario encontró una oportunidad. “Me preguntó por la profesión de mi papá, que es herrero, porque estaba buscando un equipamiento muy resistente para hacer ejercicios, si podíamos hacerlo para él. Ahí empezó el emprendimiento familiar”, recuerda ahora Iván.
Sin ninguna inversión, y a partir de un pedido totalmente casual, comenzaron a fabricar artículos de entrenamiento, personalizados, por pedido. Y luego fueron reinvirtiendo en el negocio.
En ese momento, su padre tenía un tallercito, como él mismo dice, y su mamá vendía barras de dominadas (elemento que permite levantar el cuerpo con las manos agarrado a la barra, para hacer ejercicios) en Facebook.
Entonces, comenta Iván, “armé un espacio en Mercado Libre, organicé las redes sociales y desarrollé una tienda web para potenciar el negocio y, como mi viejo sólo podía fabricar cierta cantidad por mes, decidí sumar proveedores externos para cumplir con la demanda requerida hasta que pudiéramos armar nuestra propia fábrica. Eso también nos permitió incorporar muchos más productos y posicionarnos de otra manera en el rubro de calistenia”. (NdR. Sistema de ejercicios físicos con el propio peso corporal).
Hoy, ya cuentan con más de 15.000 clientes en todo el país y facturan $6.000.000 al mes con este emprendimiento donde las ganancias son compartidas entre los integrantes de la familia, que realizan diferentes tareas. Ahora, gracias a su constante crecimiento, en 2022 pudieron conseguir nuevos inversionistas para mantener el nivel de negocios, contratar empleados y seguir su desarrollo.
La pandemia que comenzó en 2020 hizo que los gimnasios cerraran y, en consecuencia, se produjo un boom de ventas para los productos de entrenamiento en casa. El negocio de Iván se disparó y se hizo muy popular.
«Durante la pandemia, la demanda de artículos deportivos para el hogar tuvo un aumento enorme que nos permitió capitalizarnos rápidamente y reinvertir en más materia prima, productos, mejores máquinas y nuevos servicios”, reconoce el emprendedor.
En poco más de dos años, este graduado como personal trainner de tan sólo 25 años logró convertir a Farufitness en un equipo que “se expande todo el tiempo” gracias a la alta demanda de sus productos.
En la actualidad, y aunque su foco principal es la calistenia, Frutos logró desarrollar cientos de productos para distintos tipos de disciplinas y para quienes deseen ir un poco más allá en su entrenamiento personal hogareño. “Hoy recomendamos las barras multifuncionales y las bandas de suspensión, así como las mancuernas, un producto infaltable por su facilidad de traslado y su uso para entrenar todo el cuerpo”, asegura.
A pesar de todas las trabas que surgen del contexto actual, el foco de Iván pasa por reinvertir y sumar productos todas las semanas porque su gran objetivo ahora es expandirse a Europa y Norteamérica. “También queremos sumar nuevas líneas de negocio, como la venta mayorista, la venta de info-productos, la creación de una app de entrenamiento en el hogar, suplementos y hasta una red de personal trainners por todo el mundo, a la cual nosotros les adjudicaríamos los clientes”, enumera con entusiasmo.
De todas maneras, explica, cuesta llevar adelante un emprendimiento con este escenario. “El tema impositivo es gravísimo, no dan los números por ningún lado para el qué vende online. Me parece muy penoso qué no ayuden a las PyMES que son las que tanto empleo podrían crear para mejorar la economía del país”, sostiene.
De todas formas, recomienda no bajar los brazos. “Si tienen un sueño pónganle fecha, divídanlo en etapas y vayan por eso, porque los resultados llegan para el que persiste, no para el que se rinde”, puntualiza este emprendedor de 25 años que encontró su camino después de mucho intentar.
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