Pasar de trabajar para pagar sus estudios a ser su propia jefa y tener tres negocios es lo que a sus 25 años, Andrea Saa está logrando. Si bien como universitaria las deudas la abrumaban, lejos de vivir de lamentos, esta guayaquileña apuesta por emprender.
Con título de Psicóloga Organizacional y un máster en Administración de Empresas, invirtió sus ahorros en una consultora de selección de personal. Luego, en pandemia, sacó una marca de moda hecha por artesanas. No satisfecha con eso, a finales del 2022, lanzó una aplicación para servicio de transporte solo para mujeres.
Todo ello lo balancea con sus jornadas de voluntariado como bombera. Ella es la primera mujer en cumplir guardias en el cuartel al que asiste. No se cansa.
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Ella va “por todo o nada”, dice. Así, entre incendios y emergencias, demuestra que referirse a la mujer como el sexo débil es del pasado; y segura que emprender va más allá de ser joven o mujer.
- DE LA ZONA DE CONFORT A LA LUCHA
Cuenta que a los 18 años empezó a trabajar y estudiar al mismo tiempo para afrontar los gastos de la universidad. Empezó como asistente en el área de Recursos Humanos de una empresa y luego se fue haciendo cargo de más tareas. Aquella, dice, que fue su escuela.
“Ya con el título de máster, decidí que era tiempo de salir de mi zona de confort. No quería trabajar para otro empleador el resto de mi vida, así que renuncié para empezar a ser independiente”. Juntó sus ahorros y lanzó Gestalt, un negocio que brinda soluciones laborales para pequeñas y medianas empresas, desde la contratación de personal, capacitaciones, el marketing digital hasta la asesoría legal.
“Como soy joven, abro plazas de trabajo a chicos que son estudiantes para que puedan pagar sus estudios y comiencen a ganar experiencia”. Tal como empezó ella.
Ese ritmo lo lleva desde hace cuatro años. Si pensar en tener un negocio propio era una utopía, las ganas de salir del sistema lo hicieron realidad. “Es muy raro ver mujeres jóvenes con negocios, hay quienes se llenan de prejuicios. Pero hay que voltear la moneda. El hecho ser mujer y joven trato de hacerlo a mi favor. Demuestro de qué estoy hecha y que tengo mérito por estar allí parada”, enfatiza.
- OPORTUNIDAES PARA TODAS
En su afán de seguir abriendo plazas de trabajo, decidió en 2022 enfocarse en el género femenino, sobre todo en las conductoras de aplicaciones de taxis.
“Hice una experiencia vivencial. Salí en mi auto a recoger pasajeros usando estas apps por algunos días”, recuerda y agrega que notó un mal trato al trabajador. A partir de lo vivido, decidió aportar desde su experiencia en selección de personal.
Así nació la aplicación She Drivers. Con el afán de voltear un trabajo informal a uno formal. De modo que, una vez que contrata mujeres, les ofrece estabilidad laboral, bonificaciones y, cada mes, les brinda capacitaciones avaladas por el Ministerio de Trabajo para que les sirva en su hoja de vida. “Es decir, si el día de mañana, una empresa las quiere contratar para manejar su camión, tendrán todo el conocimiento para hacerlo”.
La inseguridad en la ciudad fue otro de los motivos que la impulsó a crear esta app que le tomó cerca de seis meses. “Quería ofrecer un servicio de mujeres para mujeres, por el miedo que suele haber de ambas partes”.
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La acogida ha sido tal, que al momento cuenta con veinte conductoras que pasaron un filtro de selección muy minucioso. “Tenemos profesionales que cuentan incluso con masterados, y solo trabajan como conductoras en sus tiempos libres para hacer un ingreso extra. Otras, en cambio, han terminado el bachillerato y este es su trabajo principal”.
- O TODO O NADA, COMO LA HERMANA CLARE
En lo que va de la pandemia pudo también lanzar un proyecto con otra área que la apasiona: la moda. Se trata de ropa confeccionada por mujeres artesanas, cuya etiqueta tiene el nombre Clare. “Es en honor a una monja muy joven y conocida, la hermana Clare. Ella era irlandesa y falleció en Manabí en el terremoto del 2016. Si la ‘googlean’, notan en los videos la paz que transmitía. Mientras estuvo viviendo en Guayaquil, solía visitarla con mis amigas. Su carisma era muy contagioso, la amaban no solo aquí, sino en Irlanda, en España… Una de sus frases que me marcó es ‘O todo o nada’”.
Esas palabras, las lleva Andrea como nota mental de su día a día y en cada proyecto que lanza. De allí que Clare sea una marca de ropa para vestir mujeres que lo dan todo.
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- EL FUEGO, SU OTRO RETO
Los ratos libres de Andrea están muy marcados por el fuego. Al mes de cumplir dieciocho anos, decidió que quería ser voluntaria de bomberos. “Mis madrugadas son todos los miércoles en el cuartel de Los Ceibos. A eso súmale el horario del trabajo y los estudios en ese entonces. Pero cuando te gusta algo, lo disfrutas mucho, aunque sientas cansancio físico”, refiere.
Empezó como suboficial, el grado mas bajo, y hoy ostenta uno medio: el de subteniente. Eso no es todo: al día de hoy es la primera mujer en liderar una guardia en ese cuartel.
“Tantos años allí hicieron que me den esa potestad, porque manejo los conocimientos”, dice con cierto orgullo. De hecho, como lo exige su oficio, Andrea siempre está lista para emergencias, aunque no esté de guardia. En su auto lleva consigo casco, botas y uniforme por si la necesitan.
“A diferencia de mis trabajos, acá es muy incierto lo que pueda pasar. He cubierto desde una urgencia en un choque hasta flagelos. En uno de esos terminé en el hospital. Fuimos a apagar el fuego en una fábrica y entramos (sin saber) a un lugar donde tenían amoniaco. Luego de unas horas comenzamos a ahogarnos y fuimos y a parar a Emergencias. A todos los bomberos que estuvimos allí nos dijeron que teníamos amoniaco en la sangre, pero ya luego salimos bien”.
Fotos: Álex Lima//EXPRESO. Producción: Gianella Muñoz R. Camisa: De Prati.
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