Pablo Mata
22 de diciembre de 2022 (19:57 CET)
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Los dos primeros videoclubs españoles abrieron sus puertas en 1980. 42 años después, y tras unas primeras décadas de auge, el 90% ha desaparecido. Las estadísticas estiman que apenas resisten en toda la geografía española unos 250 de estos negocios. Reconvertidos, reorientados, casi como museos de otra época, aquel lugar donde alguna vez fuimos felices… La piratería, primero, y los contenidos digitales en streaming, más tarde, dieron al traste con una fórmula de éxito, un negocio que llegó de Estados Unidos y en el que echaron los dientes grandes del cine como Quentin Tarantino.
El mundo de la exhibición cinematográfica y las plataformas bajo demanda y en streaming han evolucionado de una forma espectacular en los últimos años. Hace no tanto, los videoclubs eran negocios muy rentables que contaban con un goteo constante de clientes que alquilaban películas y videojuegos, pero ahora esta dinámica ha cambiado radicalmente obligando a sus dueños a buscar alternativas para seguir siendo rentables. O, en la mayor parte de los casos, directamente pegar el cerrojazo.
En Jerez, por ejemplo, el videoclub Rotonda 7 se ha convertido en un lugar de culto para los amantes de la cultura audiovisual de los años ’80 y ’90. Casi en el penúltimo de los videoclubes que resisten abiertos en la segunda década del siglo XXI.
Francisco José Sánchez fue el encargado de abrir este negocio hace once años, en una época muy distinta en el sector, en la que el flujo de alquiler de cintas de VHS y DVD era lo suficientemente constante como para mantener a flote el negocio. Ahora, la situación ha cambiado por diversas razones, la principal, a su juicio, «la llegada de Netflix».
El empresario jerezano recuerda que «cuando abrimos, esta plataforma no funcionaba aún en España y su explosión fue lo que acabó rematándonos», y añade que «antes había colas para entrar al videoclub, el alquiler iba viento en popa y funcionaba especialmente bien los fines de semana».
No obstante, es consciente de que las dinámicas sociales cambian y entiende que «hoy en día las redes sociales han influido en que nuestro tiempo libre lo disfrutemos de otra forma». Y es que con la llegada de los teléfonos móviles y las plataformas sociales como WhatsApp o, más recientemente, TikTok las costumbres han cambiado. «Esto no depende de Netflix ni de otros servicios similares. Ahora estamos mucho tiempo chateando o viendo vídeos, y a menudo acabamos teniendo de fondo la serie o la película que hemos puesto en casa», insiste.
Siguiendo esta idea, el dueño del videoclub asegura que «no hay ningún tipo de competencia económica porque el precio de mi alquiler es de 1,20 euros y más barato no lo hay. Simplemente esto cada vez se estila menos». Aún así, mantiene una visión positiva con respecto al negocio, ya que «casi todos los días registramos nuevos socios. Incluso chavales jóvenes que ya están saturados de las nuevas plataformas se interesan por esto así que aún hay algo de luz».
Eso sí, no oculta que la necesidad de renovarse o morir está ahora más a la vista que nunca. Tras el paso de la pandemia la situación de este tipo de establecimientos ha empeorado más si cabe porque el confinamiento descubrió a muchas personas las ventajas de Netflix, HBO o Disney +, que adelantó un año su lanzamiento para sumarse a la nueva ola.
En vista de la situación que se presentaba los videoclubs tuvieron que diversificar su negocio para seguir siendo rentables, con el riesgo que esto supuso para algunos que acabaron fagocitados por los nuevos servicios que ofrecían. A otros, simplemente no les sirvió tomar esta decisión para evitar el cierre y acabaron claudicando ante un mercado tremendamente competitivo.
Afortunadamente, para Francisco José esta no es la situación de su espacio, al que le sentó realmente bien la ampliación de horizontes. «Como aficionado al cine de los años ’80 y ’90 decidí transformar el videoclub en un lugar de reunión donde pudiera charlar con mis clientes y amigos, que no son pocos», comenta. Así, todas las mañanas recibe la visita de alguno de sus parroquianos que acude a tomar algo y a mantener productivos encuentros que suelen versar sobre su gran pasión cinematográfica.
Con el tiempo esta costumbre motivó al empresario a crear su propia asociación, a organizar reuniones periódicas e incluso a llevar a cabo fiestas temáticas. «Por lo general solemos hacer una al año pero es muy divertido. En la última teníamos un mago y le disfrazamos de cazafantasmas y le pusimos a hacer trucos con su asistente. Tenemos un grupo muy peculiar y lo pasamos muy bien», indica.
Por esto entre otros motivos han conseguido crear una pequeña comunidad y poco a poco va creciendo gracias a fidelización de clientes. «El hecho de tener siempre gente aquí atrae a nuevas personas que se sienten a gusto porque ven el buen ambiente que se genera
En comparación con las nuevas plataformas, también desea señalar que «el trato personalizado es algo que solo podemos ofrecer los negocios físicos y eso los clientes lo valoran. Está muy bien tener un catálogo amplísimo de títulos y de estrenos pero solo aquí vas a encontrar un experto que puede aconsejarte lo que podría gustarte en función de tus intereses. Yo tengo mi propio algoritmo para proponer al cliente», bromea.
La pasión de Francisco José por la cultura de las últimas décadas del siglo XX le ha llevado también a hacerse con una importante colección de muñecos, máquinas de cine y réplicas de algunos de los personajes más famosos del cine y la televisión de la época. En la entrada, por ejemplo, espera Kid, el Coche Fantástico, una pieza de coleccionista que «atrae por sí solo al público».
Sin embargo, este no es el artículo que más valora de su colección. «Creo que los que más llaman la atención y tienen mayor valor añadido son los Gremlin. Una vez los llevé a un encuentro con el Comandante Lara y acabaron cantándoles bulerías», recuerda.
Y es que el pequeño museo de Rotonda 7 es conocido y valorado en toda España. Tanto, que uno de los actores de doblaje más importantes de España como Jordi Brau —quien dobla a Tom Hanks, Robin Williams, Daniel Craig o Tom Cruise— le dedicó un divertido vídeo en el que le deseaba la mejor de las suertes a él y a su establecimiento. «Me sorprendió recibir este mensaje», reconoce.
Como él, otros grandes artistas españoles como Miguel Ángel Sevilla o Tomás García han querido dirigirse a él para hacerle saber lo mucho que les gusta el trabajo que realiza. «Para mí es una gran alegría ver que se valora la esencia que desprendemos», asevera. De hecho, Francisco José saca pecho de que «las valoraciones que tenemos en Internet son muy positivas y ahí no hay votos comprados, eso es simplemente que a la gente le ha gustado lo que ha visto».
La clave de su éxito es «la nostalgia. Es mi gran aliada. Las personas disfrutan aquí de algo que no existe en otro lugar y que les llena de recuerdos agradables, lo que ayuda a que quieran volver.
Junto a otros videoclubs de España, Rotonda 7 forma parte de un grupo de WhatsApp en el que sus dueños van compartiendo las novedades de sus negocios y su visión con respecto a la situación actual. «Básicamente nos ponemos al día de cómo evolucionan nuestros establecimientos. Unos añaden a sus servicios paquetería, otros comienzan a trabajar con móviles o con productos de alimentación… vamos buscando la forma de seguir en pie», señala.
Porque en Jerez, por ejemplo, ya solo quedan dos videoclubs abiertos, aunque Francisco José se niega a hablar de futuros oscuros ni de la muerte de este modelo empresarial. «Eso ya está manido. ¿Que el alguiler probablemente no vaya a remontar? Seguramente, pero mientras existan el coleccionismo y el formato físico nosotros vamos a seguir aquí y vamos a seguir teniendo negocio por delante», advierte.
Sobre el autor:
Pablo Mata
Periodista, graduado en la Facultad de comunicación de Sevilla en el año 2020. Miembro de la Asociación de Prensa de Jerez. He hecho prácticas y colaborado en varios medios para ganar experiencia. También escribo en mi propio blog sobre mi pasión, el deporte, y ahora tengo la oportunidad de aportar mi granito de arena en lavozdelsur.es.
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