Históricamente, la mayor parte de los mexicanos que deciden migrar a otro país lo hacen en busca de trabajo y un mayor ingreso, eligiendo a Estados Unidos como su principal destino (aproximadamente el 97% la población migrante mexicana). En 2018, el Buró del Censo de los Estados Unidos estimó que la población de origen mexicano radicada en ese país alcanzaba los 38.5 millones de personas, siendo la nacionalidad más numerosa entre la minoría de latinos.
La enorme presencia de connacionales en el país vecino ha llevado a México a ser también el tercer principal destino de las remesas a nivel global con un monto que alcanzó en 2021 los 51.6 mil millones de dólares, una cifra histórica que representó un incremento del 27% a tasa anual.
En este tema, Michoacán tiene mucho que ganar, los números lo dicen todo: es la segunda entidad captadora de remesas en México con aproximadamente el 10% del total e incluso a pesar de la pandemia por COVID-19, se registró un incremento del 9.7%, alcanzando un ingreso de 5.1 mil millones de dólares, cifra similar al proyecto de presupuesto estatal para el próximo año.
Las remesas fortalecen la economía de las familias que las reciben. El dinero es utilizado para para comprar comida y ropa; el pago de dudas; servicios médicos y gastos educativos; entre otras cosas; sin embargo, las remesas también podrían tener un efecto multiplicador en el desarrollo regional.
Al invertirse en un proyecto productivo, los beneficiarios no solo aumentan su poder adquisitivo, a la vez crean fuentes de empleo e ingresos constantes para ellos y para los miembros de sus comunidades, a través del impulso y creación de micro y pequeñas empresas o incluso contribuyendo a la construcción de infraestructura local, generando verdaderos motores de desarrollo económico y social.
Ejemplo de ello es el programa estatal, “Sueño Michoacano”, que mediante el impulso a proyectos productivos fomenta la generación de empleo y la reintegración laboral de los migrantes michoacanos, a través de apoyos económicos para iniciar un proyecto productivo, servicios de capacitación, emprendimientos colectivos y familiares, así como inversión comunitaria. Los apoyos van desde los 2 mil hasta los 125 mil pesos.
Este es un programa importante que puede fortalecer la economía de las familias migrantes y fomentar el crecimiento y desarrollo económico de sus comunidades y, en general, del estado, sobre todo, cuando se prevé un nuevo máximo histórico para este año que superará los 5 mil 700 millones de dólares.
Las remesas constituyen una fuente importante de recursos y financiamiento, si se ofrecen más oportunidades para emprender negocios y apoyar a las comunidades, sin duda, el dinero que envían nuestros paisanos se convertirá en una palanca de desarrollo regional, toca al gobierno estatal y a los municipios presentar oportunidades atractivas e innovadoras para generar confianza entre los migrantes michoacanos.
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