OPINIÓN
Derivado de mi participación en diferentes foros con líderes de la industria creativa durante los últimos meses, conocí más a detalle el término “Economía Naranja” (EN), el cual se refiere a la combinación de la creatividad con la producción y comercialización de contenidos creativos, según la definición de la Organización para las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En este sentido, un Universo Naranja son todas aquellas actividades que transforman el conocimiento en un bien o un servicio que trate de fomentar, además del beneficio económico, el desarrollo de la cultura y la creatividad.
Asimismo, la “EN” está basada en las 7i: información, instituciones, industria, infraestructura, integración, inclusión e inspiración, dando sentido y mayor claridad a todo lo que puede llevarse a cabo. Por tanto, la EN es un transformador de realidades al ser un motor determinante para el crecimiento de cualquier economía. Ejemplo de ello puede ser visto desde los años 90´s, con la filmación de una de las películas emblemáticas como Titanic y Perl Harbor en las playas y costas de Rosarito, municipio de Baja California, que no solo trajeron reconocimiento al lugar, sino que generó una derrama económica muy interesante, en empleo local, turismo, y desarrollo de PYMES.
La integración de la “EN” en nuestro país está constituida por ya miles de empresas de arte y patrimonio cultural, artes escénicas y espectáculos, turismo, industrias culturales convencionales como editorial (libros, periódicos), audiovisual con el cine, televisión, radio, TV, diseño de interiores, ilustración, joyería, juguetes, software de contenidos, publicidad dentro de muchas más.
México tiene el potencial para desarrollarse en este ámbito gracias al folklore y creatividad de los miles de artesanos que trabajan con diferentes materiales para crear prendas y artesanías mexicanas de gran calidad las cuales hoy ya son objetos de exportación sobre la cultura mexicana.
El World Economic Forum, en solo 7 años, recientemente a rankeado la creatividad en el Top 3 como habilidad más importante, después de la capacidad para resolver problemas y de pensamiento crítico. También, según un estudio reciente de McKinsey menciona que el 67% de las empresas que fomentan la creatividad de manera formal en sus procesos de negocio, son más rentables, gracias al ciclo de investigación, pruebas y cada vez más sostenibilidad integrado.
A pesar de todo, debemos llevar más allá esta Economía Naranja, que si bien en México es otra gran práctica que podríamos capitalizar mucho más, también debe buscarse llevar de la mano la generación de valor económico, valor social y valor ambiental. Eso sería realmente Economía Naranja Sostenible.
Las industrias creativas son un gran motor de innovación e impacto social, pues La creatividad es la inteligencia divirtiéndose – Einstein.
POR DR. FRANCISCO SUÁREZ HERNÁNDEZ. DIRECTOR DE ASUNTOS CORPORATIVOS DE FEMSA NEGOCIOS ESTRATÉGICOS Y EX PRESIDENTE DEL CONSEJO DEL WORLD ENVIRONMENT CENTER
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