Daniel Adler es especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo, con un rol como consultor en el que se apasiona por ayudar a otros a encontrar su talento oculto. Esto es algo que “todas las personas tienen”, según expresó, por lo que busca orientarlas para transformar esa habilidad, en un negocio.
“Lo que más placer me da es trabajar con emprendedores innovadores, con personas que tienen un sueño, la disciplina y el coraje para poner en acción esos proyectos y transformarlos en realidad, cueste lo que cueste”, contó en esta entrevista con ADNSUR, que aceptó gustoso ante la propuesta de invitar a la gente a pensar cuáles son las mejores formas para empezar a “invertir en uno mismo”, algo que Adler suele desarrollar en sus columnas de opinión y participaciones en medios de Buenos Aires.
“Básicamente voy a hablar desde mi opinión personal, porque modestamente tengo mucha experiencia. Yo arranqué a trabajar en el año 1983, con 8 años y hoy tengo 47, es decir que empecé hace 39 años”, dijo, como carta de presentación, antes de aclarar también que sus consejos buscan inspirar no sólo a quienes se dedican al mundo de los negocios o las finanzas, sino a cualquier persona que pueda estar atravesando una búsqueda laboral o intentando reinsertarse económicamente.
“No se le puede ganar a la inflación”
Una primera definición del especialista es que en el país, con un Indice de Precios al Consumidor cerca del 100% anual, “no se puede alcanzar a la inflación, mucho menos en tiempos de una casi aceleración como ésta que estamos viviendo”.
Para Adler, no hay producto financiero que pueda alcanzar un rendimiento que supere o nos resguarde frente a la erosión del poder adquisitivo. “No hay plazo fijo tradicional, ni dólar, ni plazo fijo UVA ni naranja”, ironizó, en referencia a la denominación del sistema de ahorro que se actualiza a través de la denominada Unidad de Valor Adquisitivo.
“No sólo no se le puede ganar a la inflación, sino que vamos a inmovilizar el dinero y vamos a comernos el costo de oportunidad –añadió-. Entonces, partimos de la base de que no hay un instrumento para ganarle a los precios. A lo sumo se le puede empatar, pero tampoco es el objetivo, sino incrementar nuestro patrimonio”.
Desde ese punto de partida, el especialista propone diferenciar con claridad lo que es un activo de un pasivo, ya que el exceso de este último lleva a la quiebra de una persona o una economía familiar.
“Un pasivo se conforma por cosas que adquirimos y que por ello nos sacan plata del bolsillo: desde un adorno hasta un auto, o incluso una casa en la que vivimos. O la ropa de marca que compramos para estar a la moda. Es decir, todo lo que adquirimos y nos lleva dinero por impuestos, depreciación comercial o mantenimiento”.
Por lo contrario, “la gente que triunfa en el mundo de la educación financiera es la que trabaja para adquirir activos: marcas de patentes, negocios, propiedades si es que las vamos a alquilar, maquinarias para alquilar. Debe estar presente siempre la diferencia entre pasivos y activos”.
El activo más importante está más cerca de lo que creemos
Aunque los ejemplos anteriores pueden llevar a pensar que el consejo es sólo para un determinado sector social, el especialista vuelve unos pasos hacia atrás para aclarar que el principio de este camino está mucho más cerca de lo que podría pensarse:
“El activo más valioso en el que podemos invertir y que todos los humanos tenemos, es el que está arriba de los hombros, es nuestra propia cabeza. Es ahí donde tenemos que invertir, porque si no incrementamos nuestro IQ (coeficiente intelectual) financiero, no hacemos nada. No hay viento favorable si no tenemos claro cuál es el norte, o la estrategia a seguir”.
Se impone una pregunta. ¿El consejo hace referencia a cursos de capacitación, por ejemplo en materia de finanzas?
“Más que a cursos, me refiero a adquirir hábitos productivos. Un filósofo dijo que somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia no es una cualidad, sino un hábito. Tenemos que identificar los hábitos productivos y aprender a identificar los destructivos”.
Para dar un ejemplo, Adler señaló que hoy la mayoría de las personas se despierta “y agarra el teléfono celular, para empezar a interactuar en redes sociales, whatsapp, etc. Eso es un hábito destructivo, porque hoy sabemos que a primera hora de la mañana el cerebro está predispuesto para la creatividad, la genialidad, a partir de la creación de dopamina. Y el cortizol, que es la hormona del estrés, está bajo, entonces a esa hora hay mucha energía positiva. Neurocientíficamente es muy especial esa primera hora de la mañana y esto lo sabe la gente más exitosa”.
Un segundo consejo para aprovechar el potencial ‘tempranero’, además de postergar la dependencia del celular, es incurrir en el hábito de la lectura, para reemplazar un hábito dañino por uno productivo.
“Dedicar 20 minutos a la lectura, al menos 10 páginas de un libro, es algo muy importante para empezar a cambiar nuestros hábitos. No me refiero a leer una novela, sino libros de inspiración que pueden orientarnos en la Educación Financiera, de los que hay muchos referentes mundiales. Con 10 páginas por día, ya es un hábito que nos va a enriquecer”.
Claro, la recomendación de este hábito de lectura irá de la mano con otro, bastante parecido, que es el de levantarse temprano, o incluso una hora más temprano de lo habitual o lo necesario, antes de iniciar las demás rutinas.
“De hecho, es un sacrificio –reconoce Adler-. Mi hora normal para levantarme es a las 6 de la mañana, cuando me ducho, tomo un café en el desayuno, leo las noticias y a las 7:30 ya estoy sentado en mi oficina. Ahora, hay que arrancar antes para sumar otros hábitos, como la lectura o incluso la meditación, que es otra práctica muy buena para la educación financiera, o repetirnos mantras positivos, que hacen un gran trabajo en el subconsciente”.
“El club de las 5 de la mañana”
Para el especialista, hay que superar también otra afirmación que suele cerrar las puertas a cualquier tipo de cambio:
“Decir que no tenemos tiempo es la mayor mentira que nos decimos a nosotros mismos. Pero si es así, deberíamos hacer un esfuerzo para levantarnos una hora antes. Yo me levanto todos los días a las 5 de la mañana y quiero recomendar un libro que se llama, precisamente, ‘El Club de las 5 de la mañana’. El otro es ‘La mañana milagrosa’, que destacan la importancia de levantarnos temprano, antes de que el mundo amanezca, cuando todavía no hay ruidos ni distracciones electrónicas. Es el momento preciso para desatar un poco la genialidad”.
Adler insiste en que “todos tenemos un genio financiero en nuestro cerebro, por más que lo tengamos oculto, pero todos lo tenemos. El desafío es desatar ese potencial que todos llevamos dentro con un poco de tiempo y paz mental, con soledad y silencio”.
Como ejemplo de lo anterior, el especialista contó el caso de un cliente, vinculado al negocio de la venta de colchones, al que le hizo una pregunta muy simple para tratar de correrlo de su aceleración y estrés:
“Le dije, mirándolo a los ojos, cuánto tiempo hace que no te tomás un café con vos mismo para planificar y pensar lo que querés hacer. Se conmovió y le caían las lágrimas, mientras me respondía: ‘¿Podés creer que en 60 años no lo hice nunca?’. Lo mismo les pregunto a los lectores: ¿cuánto hace que no se sientan a planificar una estrategia, con un lápiz y papel, para tomar nota en esos momentos de inspiración?”.
Si querés saber más sobre uno de los libros recomendados, te dejo aquí un podcast en el que te cuentan de qué va la cosa.
Desterrar las creencias limitantes
Finalmente, Adler insiste en enfatizar que sus consejos no apuntan sólo a hombres o mujeres que ya están en el mundo de los negocios, sino para cualquier persona que trabaje en relación de dependencia, o incluso se encuentre desocupada o en busca de otras oportunidades para reinsertarse económicamente:
“Este mensaje es especialmente para la gente que puede estar un poco más oprimida, o en relación de dependencia que lucha contra la inflación o ni siquiera está trabajando y puede estar deprimida y no le vienen las ideas. Para alguien que no se le ocurre qué hacer, porque está encerrado y quiere reinsertarse en el mercado laboral, pero tiene esas creencias limitantes”.
Según Adler, es importante romper con las creencias limitadoras y dar los mensajes correctos al subconsciente. “Leo Messi y Cristiano Ronaldo han declarado que ellos visualizan las jugadas antes de que pasen, porque luego el cerebro subconsciente les ayuda a concretarlo en la cancha. Las visualizaciones positivas son un canal muy poderoso para desarrollar nuestro potencial”, insistió, en referencia a que más allá del talento natural de los genios mencionados, el mensaje en la dirección correcta ayuda a expresarlo en toda su magnitud.
Está claro que no todos somos Messi, ni Ronaldo, ni mucho menos. La clave está en encontrar, según el especialista, qué es eso que podemos ofrecer y que el mundo, o el mundo que nos rodea al menos, está buscando.
Vaya un desafío, en tiempos tan complejos, pero con probar levantarse una horita antes de lo habitual para ver qué pasa, no se pierde nada.
Los 5 hábitos para invertir en vos mismo según Adler