En el mundo de las finanzas, los minicréditos representan la solución para quienes enfrentan dificultad de acceso al sistema financiero tradicional, pudiendo ser instituciones, mercados, o medios que gestionen el dinero de las entidades prestamistas a las prestatarias.
A diferencia de los préstamos personales, los minicréditos ofrecidos por entidades bancarias o empresas privadas corresponden a una pequeña cantidad. Aunque generalmente son el producto indicado para solventar gastos imprevistos, cada vez son más los que se apuntan a la idea de solicitarlos para financiar su negocio. Minicréditos ofrecidos por entidades bancarias o empresas privadas corresponden a una pequeña cantidad. Aunque generalmente son el producto indicado para solventar gastos imprevistos, cada vez son más los que se apuntan a la idea de solicitarlos para financiar su negocio.
El punto diferencial de los minicréditos respecto a otros tipos de financiación radica en la facilidad que supone su solicitud. Por lo general, son ofrecidos por empresas privadas a través de sus páginas web de forma sencilla, rápida y sin demasiadas complicaciones.
Otro punto a favor de la solicitud de un minicrédito para potenciar cualquier negocio es la posibilidad de establecer los términos y condiciones de su devolución, aunque cabe acotar que el plazo de devolución ser inferior al de préstamos de cuantías mayores, oscilando entre los 30 a 45 días.
Por otra parte, el minicrédito elimina la necesidad de presentar aval o garantía al momento de la solicitud, aun cuando su cuantía puede alcanzar los 25.000 euros. Respecto a la tasa de interés, tiende a ser más elevado en comparación a otros créditos o anticipos, pero pocas veces se acompañan de comisiones de apertura, mantenimiento o cancelación.
Los minicréditos representan la herramienta idónea para el emprendedor que desea financiar actividades de producción y comercialización en pequeña escala, sobre todo, cuando el proyecto se ve ralentizado por situaciones inesperadas, o en su defecto, los ingresos o ventas provienen directamente de la operatividad.
Frente a las consecuencias del confinamiento por la pandemia del Covid-19, los minicréditos vienen al socorro como modalidad diseñada para devolver el equilibrio perdido. Sin trámites burocráticos, largas esperas o salir de casa, basta con elegir la entidad financiera y seguir los pasos que propone su plataforma.
Para cualquier dueño de negocio, no hay nada más frustrante que quedarse sin capital a mitad de una etapa importante de crecimiento. La elección de un microcrédito supone el fortalecimiento de la gestión comercial devolviendo la capacidad de asumir la producción.
La inyección de dinero rápido, permite no solo recuperar la capacidad de atender la demanda de manera eficiente, sino que se convierte en la oportunidad esperada para invertir en mejoras.
A nivel de negocios, el producto persigue el fortalecimiento de los sectores o grupos sociales menos favorecidos, de esta forma, son los jóvenes o personas con pocas facilidades económicas los más beneficiados.
En su mayoría, las empresas o entidades que prestan el servicio integran entre sus objetivos apoyar a los nuevos negocios, aspecto que repercute de manera directa en la recuperación de la economía nacional. Mientras el negocio cuenta con el flujo de dinero necesario para su producción, el país recupera la salud financiera.
Cuidar la reputación frente a las entidades que ofrecen préstamos es un punto clave para todo dueño de negocio o emprendedor. La aprobación de un minicrédito repercute en el historial crediticio favoreciendo la posibilidad de acceder a nuevas oportunidades de créditos.
Mantener el cumplimiento puntual de los pagos no solo garantiza una calificación impecable, sino que contribuye a generar confianza frente a la entidad financiera, aspectos que, en conjunto, incrementan la probabilidad de recibir respuesta favorable al solicitar mejores servicios en el futuro.
Otra ventaja evidente de la financiación recae en la oportunidad de incrementar los recursos a favor del crecimiento del negocio, funcionando como plataforma perfecta de impulso a la hora emprender una nueva actividad.
El ingreso de flujo de capital acorta el camino hasta la meta de aumenta el rango del alcance y llegar a nuevos sectores, factores que, en conjunto, mejoran los niveles de ingresos y, por ende, las ganancias.
A pesar que los minicréditos reducen considerablemente la cantidad de trámites y requisitos, su aprobación demanda la presentación de cierta documentación y el cumplimiento de los lineamientos estipulados por las entidades crediticias. En primer lugar, el solicitante debe ser mayor de 21 años de edad y disponer de algún tipo de cuenta bancaria propia.
La aprobación del crédito y transferencia de efectivo está igualmente condicionada a la demostración de ingresos de origen lícito. Algunas entidades, deniegan la aprobación a personas cuyos nombres forman parte de ficheros de morosidad como la ASNEF o el RAI.
En definitiva, el microcrédito es la solución inmediata que puede conseguirse de forma sencilla, incluso sin salir de casa. Si bien algunos consideran una responsabilidad difícil de asumir ante la obligación de pagar intereses, la realidad es que representan herramienta eficaz para todo tipo de negocio.
La clave del éxito radica en saber medir bien la solicitud de dinero, y disponer de una estrategia bien planeada tanto para el correcto uso del capital solicitado, como para su devolución.
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